domingo, 4 de noviembre de 2012

Orange hallo; Capítulo: #19

Capítulo: #19

La habitación de Gerard parecía la de un boticario, plantas, frascos de contenidos extraños, animales disecados, y él mismo lucia como un alquimista medieval, Mikey no pudo contener la risa al verlo – Sabias que hay hojillas de afeitar... ah! Y tijeras para recortar el cabello – Gerard no había advertido la presencia de Mikey y Benji hasta que su hermano habló, - ¿Qué haces aquí? Hermanito mío, como te he extrañado! -. Gerard se abalanzó a abrazar a su hermano, pero la pequeña niña que este cargaba le impidió tal acción 
– Y esto ¿quién es? -. 
-Mi hija... ja! ¿Qué te parece? – Gerard no comprendía nada, - De donde te robaste esa criatura ¿ah? – Mikey sonrió, puso a la niña en los brazos de Benji, - Lauren vino a Orange Hallo en días pasados, mi tío le dijo donde vivíamos, cuando ella me dejó por el mercader ya estaba embarazada de mí bebe, al nacer, el mercader se dio cuenta que ese bebe no era suyo y la obligó a abandonarla, así que me buscó, y me dio a la niña para que yo la criara -. Benji sentó a la pequeña sobre la cama de Gerard, - ves, ya somos papás... y tu, eres tío ja ja ja! – 
-es muy bella, ¿cómo se llama?- 
-Any, es un nombre tierno, como ella! – 
-¿Cómo están todos en la hacienda?, Mi madre, Ale, y... Frank -. 
-Mi má, esta bien, te extraña mucho, te envía un beso, Ale, ya sabes igual domando caballos como si fuera un machito, y haciéndoles la vida imposible a el par de desgraciados... Frank, no sé hermanito... él cada día está peor, siempre se me acerca con la intensión de preguntar por ti, pero su orgullo no lo deja, además se la pasa en las bodegas del algodón, estamos en plena cosecha.... – 
-Bueno, por más que me guste su visita, no quiero que estén aquí, prefiero que me cuiden al patrón, al señor don orgulloso, que no acepta que me ama mas que a su propio ser y que no viene por mí... – La voz de Gerard se comenzó a quebrar, y un nudo en su garganta le impidió seguir hablando, se despidió con un fuerte abrazo de su hermano y su amigo, beso suavemente la frente de la niña, - Gee, antes de salir de este escondite de bruja... ¿para que es todo esa porquería que tienes aquí? – 
-mmm, no es nada, solo busco la forma de lograr que Frank y yo seamos felices, sea como sea... si tengo que venderle mi alma al diablo... lo haré, por Frank... doy hasta mi propia vida! -. 

Billy estaba inmerso en los libros de registro, la cosecha de algodón había superado las expectativas, salió de la oficina a buscar a Frank para darle la buena nueva, las voces de Frank y David discutiendo llamaron su atención, se pego de la puerta para oír mejor. 
-Déjame en paz, de que forma tengo que decírtelo para que me entiendas.. NO TE AMO... David, no te amo ni te amaré nunca... – 
-Maldito seas Frank, todo esto es por ese peón, por Gerard, el se metió con Billy, te traicionó con él, y aun así lo amas... yo jamas te traicionaría, sabes que nadie en esta tierra te puede amar como yo... una sola palabra tuya y mando a Billy al carajo... solo quiero estar contigo... ¡-. 
Billy se alejó, se encerró en su habitación, lleno de ira, lleno de frustración, se quedó allí en penumbras toda la noche, hasta que David entró y encendió su lampara. 
-Tenemos que hacer algo, y tenemos que hacerlo ya! – 
-Hacer qué, ¿qué estas tramando David? – 
-Destruirlo... mañana en la mañana, quiero que vallas temprano a la bodega de almacenamiento del algodón, llenes el lugar con queroseno, sueltas un cerillo encendido... quiero ver esa maldita cosecha arder, llamaré a mi padrastro, para que vea el desastre, le contaré que su hijo descuido la hacienda por estar revolcándose con un zarrapastroso peón, así lo desheredan y Orange Hallo queda para ti y para mí... – 
Billy, a pesar de estar odiando a David en ese momento, se calló su dolor, le aseguró a David que haría todo tal cual lo había planeado. 

El amanecer llegó mas pronto de lo normal, el cielo teñido de negro, el humo colándose por las ventanas del castillo y la casona, el olor del algodón quemado alertó a todos los residentes, Frank tomó su caballo, y galopó tan rápido como el pobre animal podía, llegó hasta la bodega, donde los trabajadores trataban infructuosamente de apagar el incendio, Frank subió las escaleras externas hasta el tejado de la bodega, Billy estaba allí arriba contemplando maravillado su obra 
-Es bella la manera en que el algodón se consume, parece como si brillantes líneas naranja viajaran a gran velocidad en su interior... – 
-Es peligroso estar aquí, mejor bájate – 
-Para que subiste tú, si es tan peligroso – 
-Porque quiero que saber como demonios le pasó esto a mi cosecha – 
-Ah! Eso te lo puedo contestar... yo le prendí fuego, porque David me lo pidió- 
Frank no daba crédito a lo que le escuchaba decir, Billy tenia la mirada perdida, como si la razón hubiera abandonado su cuerpo, se acercó a Frank, lo miró a los ojos 
-Yo no tuve nada con Gerard, ese día en el jardín te vi de pie en la ventana, y lo bese a la fuerza, para que creyeras lo que no era... esa noche David y yo hicimos el amor como locos, celebrando nuestra pequeña victoria – 
Gerard, quedó pasmado, se dio media vuelta para correr a buscar a Gerard, en ese momento lo que menos le importaba ya era la hacienda, tenía que buscar a su amado, y rogar por su perdón, Pero Billy lo tomó fuertemente del brazo, halándolo hasta una de las grandes fisuras del techo, por la cual salía un espeso humo, y un fuerte calor que emanaba del interior mismo de las llamas 
-Pero de nada sirvió... el te ama a ti, solo a ti... a David no le importa cuanto lo ame, cuanto me enloquezca por él, siempre estas tu primero que todo, primero que yo... David... él solo podrá amarme a mí cuando tu ya no estés... – 
Frank sintió su sangre helarse, cuando Billy lo empujó con todas sus fuerzas directo hacia el interior de las llamas de la bodega.

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