Capítulo: #15
Me observe en el espejo.
-Mmmm....-Murmure no muy convencido de mi vestimenta-
No era adecuado ir vestido tan informal. Quizás una camisa estaría mejor.
Me quite la remera, tirandola sobre la cama. Abrí el armario y comencé a ver cada una de ellas, una por una.
Algo cayo al suelo en medio de mi búsqueda no muy suave, debo confesar.
No me moví, sabiendo lo que era.
No quería acercarme a ella, pero debía levantarla.
Una caja especial, plateada, metálica, rectangular. Contenía fotos, fotos nuestras.
Algunas, estaban desparramadas en el suelo.
Me agache, dejando que mis dedos las rozaran lentamente. Con mucho miedo a perder el odio, la incertidumbre, la bronca, si las tocaba demasiado.
Pero mi cuerpo reacciono de la forma que yo no deseaba.
Las rodillas tocaron el suelo para luego sentarme sobre mis talones. Tome las tres únicas fotos que yacían sobre mi parquet, dejándolas descansar sobre mis rodillas.
Las observe, minutos que parecieron horas para mi. Sentía como los ojos se llenaban de lagrimas al vernos tan sonrientes en ellas. Ray abrazándome, rodeando mi hombro con tanto cariño.
Gerard junto a Frank, con Mickey a sus espaldas, también sonriendo.
-Cómo...-Hice una pausa para respirar- Cómo pudo haberse esfumado todo lo que construimos?-Termine la frase para llorar de una vez por todas- Cómo...?-Solloce tapando mi rostro con ambas manos-
Dios sabe cuanto tiempo estuve así, yo no lo se.
Pero si supe que se hacía tarde cuando entre las lagrimas, logre divisar la hora.
Las seque, guarde las fotos y me puse de pie. La coloque nuevamente en su lugar, logre elegir una camisa y cerré el armario de los recuerdos.
No para siempre, pero necesitaba cerrarlo en este momento, para sobrevivir esta noche.
Camine hasta la casa de Gerard.
Pensaba una y otra vez en Ray.
Quizás era tiempo de serenarme con él, estaba siendo muy cruel.
Nunca olvidare su mirada, en aquel almuerzo frustrado.
De repente, mi mente recordó todos aquellos momentos hermosos que había vivido junto a él.
Sonreí como idiota, mientras seguía caminando.
Luego de media hora, llegue a mi destino.
Allí estaban ellos. Recién llegados.
-Hola...-Apenas sonreí-
-Hola Bob.-Escuche que respondió Ray-
Me acerque, y salude a ambos como corresponde.
Con un beso.
Los ojos de Ray, parecían hipnotizados. No pestañeaban, no se movían.
-Sólo ensayo para no arruinarle la noche a Gerard.-No sabia que decir-
Ray no contesto, pero una gran sonrisa invadió el rostro de Mickey.
Él, se ubico entre ambos, tomando nuestros hombros.
-Así me gusta.-Murmuro- Todos en paz.
Sonreí, sin que ellos me vieran.
Toque el timbre. Cuando este sonó, unos gritos se escucharon desde adentro.
Y que me parta un rayo si estoy mintiendo, pero era Frankie.
Cómo confundir su voz?! Nunca.
-Puede que este loco. Pero estoy seguro que esa voz, es de Frankie.-Dije-
-Qué puede hacer Frankie acá? Esta filmando una película.-Respondió Ray-
Buen punto, pensé.
Pero era él, no podía estar tan confundido.
-No lo se Ray.-Respondí con tranquilidad- Juro que es su voz.-Sonreí enormemente-
Habíamos tenido un intercambio de palabras con Ray, sin insultos.
Felicitaciones para mi. No?, pensé.
La puerta se abrió.
Bob III.
Me observe en el espejo.
-Mmmm....-Murmure no muy convencido de mi vestimenta-
No era adecuado ir vestido tan informal. Quizás una camisa estaría mejor.
Me quite la remera, tirandola sobre la cama. Abrí el armario y comencé a ver cada una de ellas, una por una.
Algo cayo al suelo en medio de mi búsqueda no muy suave, debo confesar.
No me moví, sabiendo lo que era.
No quería acercarme a ella, pero debía levantarla.
Una caja especial, plateada, metálica, rectangular. Contenía fotos, fotos nuestras.
Algunas, estaban desparramadas en el suelo.
Me agache, dejando que mis dedos las rozaran lentamente. Con mucho miedo a perder el odio, la incertidumbre, la bronca, si las tocaba demasiado.
Pero mi cuerpo reacciono de la forma que yo no deseaba.
Las rodillas tocaron el suelo para luego sentarme sobre mis talones. Tome las tres únicas fotos que yacían sobre mi parquet, dejándolas descansar sobre mis rodillas.
Las observe, minutos que parecieron horas para mi. Sentía como los ojos se llenaban de lagrimas al vernos tan sonrientes en ellas. Ray abrazándome, rodeando mi hombro con tanto cariño.
Gerard junto a Frank, con Mickey a sus espaldas, también sonriendo.
-Cómo...-Hice una pausa para respirar- Cómo pudo haberse esfumado todo lo que construimos?-Termine la frase para llorar de una vez por todas- Cómo...?-Solloce tapando mi rostro con ambas manos-
Dios sabe cuanto tiempo estuve así, yo no lo se.
Pero si supe que se hacía tarde cuando entre las lagrimas, logre divisar la hora.
Las seque, guarde las fotos y me puse de pie. La coloque nuevamente en su lugar, logre elegir una camisa y cerré el armario de los recuerdos.
No para siempre, pero necesitaba cerrarlo en este momento, para sobrevivir esta noche.
Camine hasta la casa de Gerard.
Pensaba una y otra vez en Ray.
Quizás era tiempo de serenarme con él, estaba siendo muy cruel.
Nunca olvidare su mirada, en aquel almuerzo frustrado.
De repente, mi mente recordó todos aquellos momentos hermosos que había vivido junto a él.
Sonreí como idiota, mientras seguía caminando.
Luego de media hora, llegue a mi destino.
Allí estaban ellos. Recién llegados.
-Hola...-Apenas sonreí-
-Hola Bob.-Escuche que respondió Ray-
Me acerque, y salude a ambos como corresponde.
Con un beso.
Los ojos de Ray, parecían hipnotizados. No pestañeaban, no se movían.
-Sólo ensayo para no arruinarle la noche a Gerard.-No sabia que decir-
Ray no contesto, pero una gran sonrisa invadió el rostro de Mickey.
Él, se ubico entre ambos, tomando nuestros hombros.
-Así me gusta.-Murmuro- Todos en paz.
Sonreí, sin que ellos me vieran.
Toque el timbre. Cuando este sonó, unos gritos se escucharon desde adentro.
Y que me parta un rayo si estoy mintiendo, pero era Frankie.
Cómo confundir su voz?! Nunca.
-Puede que este loco. Pero estoy seguro que esa voz, es de Frankie.-Dije-
-Qué puede hacer Frankie acá? Esta filmando una película.-Respondió Ray-
Buen punto, pensé.
Pero era él, no podía estar tan confundido.
-No lo se Ray.-Respondí con tranquilidad- Juro que es su voz.-Sonreí enormemente-
Habíamos tenido un intercambio de palabras con Ray, sin insultos.
Felicitaciones para mi. No?, pensé.
La puerta se abrió.
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