martes, 25 de junio de 2013

How the misery begins; Capítulo: #30

Capítulo: #30



Bob VI.

No pude con mi genio, tenia que trabajar, necesitaba hacerlo. De lo contrario, me quedaría en casa, sólo, lamentándome por todo lo ocurrido, volviéndome loco, llorando.
-Bob!-Escuche en un grito-
Baje de aquella dimensión en la que flotaba.
-Qué..?-Casi murmure-
-Deja de echarle pimienta por dios!-Dijo ella-
Mire mi mano.
-Lo siento...-Aleje el tubo-
-Mira...-Suspiro quitándomelo de la mano- Sé que es tu local, amas lo que haces, y te gusta tener todo controlado. Pero no entiendo por qué has venido. Vuelve a tu casa Bob, no estas en condiciones de trabajar hoy.
-Estas loca?-Dije acomodando los platos listos- No me iré. De ninguna manera.-Negué con mi cabeza-
-No me interesa lo que tu opines.-Alejo mis manos de los platos- Has pasado aquí toda la mañana. Hiciste el desayuno, y parte del almuerzo.-Hizo una pausa- Y tendremos que tirar a la basura ese con kilos de pimienta, jajaja.-Rió- Hazme caso Bob, descansa. Estas estresado, necesitas dormir. Ve con ellos. 
-Con quiénes?
-Con Gerard, Frank, Mickey o Ray. Quien sea. Pero vete. Descansa. 
-No lo sé...-Suspire mirando hacia un lado-
De repente sus brazos me rodearon, y me aferré a ella.
-Bob, todos te amamos aquí. Eres una persona agradable, da placer estar a tu lado, pero sabes que tengo razón.
-Tengo miedo, tuve tanto miedo.-Clave mis manos en su espalda- Qué ocurría si..
-No.-Me interrumpió- No lo pienses porque no ocurrió. Él esta bien. Todos están bien. 
No dije nada, y algunas lagrimas cayeron.
-Ahora...-Me alejo un poco sonriendo- Vete.-Quito el sobrero de mi cabeza-
-Sabes..?-Sonreí secando mis lagrimas- Tienes razón. Pasare a buscar a Ray. Iremos a almorzar a mi casa.
-Ahí tienes. Ves?-Sonrió- Almuerza con él, recupera el tiempo que has perdido. Se alegrara de verte y tu también. Sorpréndelo. Hazle saber que aún lo amas como amigo.
-Demonios, comenzare a pagarte por escucharme.
Rió.
-Ya vete idiota. Mañana nos veremos si?
-Gracias Francisca.
-De nada.

Bese su mejilla, me desvestí y salí de allí rápidamente.
Mire mi reloj. 
Necesitaba un taxi.
Subí en uno, y a los minutos estaba allí.
No quise entrar, me daba vergüenza. Podía sonar estúpido, pero era la verdad.
Respire, apoyando mi espalda contra la pared, junto a la puerta.
Minutos pasaron, y el salió.
-Hey!-Dije-
Volteo asustado.
-Dios! Bob?-Sonrió-
-Hola!-Me acerque a el-
-Me asustaste! Qué haces aquí?
-Pues...-Baje la vista- Prácticamente me echaron de mi trabajo, Francisca dijo que debo descansar y todo ese discurso.
-Si..?-Dijo- Entonces.?
-Entonces...-Lo mire- Vine a verte, se me ocurrió que quizás podíamos almorzar en casa?-Comencé a sonreír con vergüenza-
-Awww...-Escuche-
-Idiota...-Murmure-
-Si.-Dijo- Acepto-.
-Si?.
-Claro hombre! Nadie cocina mejor que tu, y que encima me invites? Dios mío, debemos tener cuidado, porque van a llover sapos.-Bromeo-
Reímos juntos.
-Vamos.-Tome su hombro-

Nos subimos a un taxi y en cuestiones de minutos estábamos en mi casa.
No hablábamos mucho, se notaba el nerviosismo.
Si, habíamos sido grandes amigos. Quizás, aún lo somos sino fuese por mis actitudes, pero es tiempo de remendar aquellas estupideces hechas, y dichas.
Entramos.
-Ya había olvidado como se veía tu comedor.-Comento dejando sus cosas sobre el sofá-
Reí.
-Exageras...-Fui a la cocina-
-Sabes que no.-Respondió rápidamente-
No conteste, tenía razón.
-Bien.-Voltee- Qué comeremos? Dime tú, yo lo hago.-Sonreí-
-No se...-Suspiró apoyando sus codos sobre la mesada- 
-Vamos...-Insistí- Pastas? Carne? Pollo?-Comencé a darle opciones-
-Mmm quizás carne al horno con verduras? Recuerdo que una vez comí eso en tu local, y me fascino.
-Entonces, será nuestro almuerzo.-Sonreí-

No había intenciones de moverse de aquella mesada. 
Silencio.
Algo nervioso, comencé a separar las verduras para cortarlas.
Me ubique a un costado de el.
-Cómo estas?-Pregunte sin mirarlo-
-A qué te refieres?
-Cómo estas con todo lo que pasó? Ya veo que fuiste a trabajar.
-Si, tu también. Creo que si me quedaba en casa, era sólo para torturarme.
-Si, se de lo que hablas.-Respondí-
-Y tú?
Silencio.
-Tuve tanto miedo.-Lo mire- Y sabes? Fue la misma sensación que tuve cuando me queme la pierna.
-No digas eso...- Miró hacia un lado-
-Es la verdad.-Dije- Fue ese pánico, inexplicable, el no saber que ocurrirá. El saber que puede ocurrir lo peor.
-Por dios Bob..-Murmuró- Cállate, quieres? 
-Pero estoy bien. Él esta bien. Es lo único que importa. Recuerdo que cuando te abrace junto a los médicos, temblabas.
-Si...-Murmuró- También tuve miedo. Tú, no fuiste quien sintió su pulso. Apenas mis dedos pudieron acertarlo.
-Quiero saber que lo llevo a hacer eso.
Silencio.
Nos miramos.
-Tú, no sabes nada. Cierto? 
-No. Por qué piensas que estoy al tanto?
-No lo se.-Dije- A veces me da la sensación de que tienes alguna idea de lo que ocurre con Frank, y no dices nada.
-Pues, estas equivocado.-Dijo jugando con el mármol de mi mesada-
-Lo estoy?-Lo mire-
-Si, lo estas.-Dijo rápidamente-

Si claro, acá ocurre algo que no sabemos. Mi instinto psicópata me lo dice. 
-Sabes?-Dije cortando una verdura-
-Si?-Me  miró a los ojos-
-Algunos rumores, dicen que no has dejado la banda por el motivo que nos has dicho.
-Ah si?-Respondió- Y qué dicen los rumores?
-Otras razones.-Comencé a jugar con las palabras-
-Pues no tengo nada que ocultar, todo lo que pensaba lo dije aquella noche. –Respondió- Bob-Hizo una pausa- Hay algo que me quieras preguntar? Tiene sentido alguno este interrogatorio? Dilo ahora, es el momento adecuado.
-No..-Mentí- Sólo...-Hice una pausa- Quería comentarte sobre esos rumores.
-No me interesan los rumores. Nunca me interesaron. Creo que eso lo sabes muy bien.

Decidí callarme en ese preciso instante. Se supone que seria un almuerzo para tener una buena comunicación, cierto? Y mi lengua, con cada segundo que pasaba, lo estaba transfigurando en una situación incomoda, y rutinaria.

Estuvo inspeccionando cada centímetro del mármol hasta que se canso, y termino sentado en mi sofá, mirando televisión.
Obviamente, tuve que quedarme en la cocina para no tener que lidiar con mi gran bocota. Estuve casi una hora preparando todo, sólo faltaba media hora para el almuerzo. 
Debo confesar que el olor que emanaba ese gran viejo, pero admirable horno, hacia que mi estomago rugiera.
Voltee, apoyándome sobre la pileta y observe su gran cabellera que sobresalía del respaldo del sofá.
-Por dios Bob...-Me dije a mi mismo- Déjalo tranquilo ya.
Suspire, y decidí hacerle compañía.
Me acerque lentamente.
-Quieres algo para tomar? Una cerveza? Gaseosa? Tengo de todo en el refrigerador.
Volteó sonriendo.
-Quizás una gaseosa para empezar estaría bien.-Respondió-
-Bien.-Dije-

Fui hasta la cocina, y volví con dos latas en la mano. Me senté a su lado.
-Aquí tienes.-Le extendí el brazo-
-Gracias.-La tomo-
Silencio.
-Lamento lo que dije hace un rato.
-No te preocupes, esta todo bien.-Dijo sin despegar sus ojos de la caja boba-
-Algún día me perdonaras por todo lo que te he hecho?-Pregunte de la nada-
Vi como sonrió, bajando la mirada para clavarla en su pequeña lata.
-Te perdonado el primer día Bob.-Respondió- Entiendo como te sentís, el por qué de tus acciones y pensamientos. Si, hubo momentos en donde te hubiese matado a golpes sin importarme nada. Pero eres mi amigo sabes?-Dijo mirándome- Y yo doy todo por ellos, hago sacrificios, quizás hasta mi propia vida.
-Has hecho mucho sacrificios por amigos?-Pregunte tomando un sorbo de mi bebida-
Suspiró.
-No te das una idea de lo que he hecho. Algún día te enteraras.
-Por qué no ahora? Tengo todo el día libre.-Dije-
Rió a lo bajo.
-Algún día Bob, no hoy. Pero algún día sabrás todo Bob, y quizás sabiendo eso, puedas encontrar muchas respuestas a preguntas que me has hecho, hace tan sólo media hora atrás.
-Demonios Ray...-Lo mire- Por qué siempre eres tan misterioso?
-Pasas mucho tiempo con Mickey.-Sonrió como si recordara alguna anécdota-
-Por qué lo dices?-Pregunte-
-Sólo fue un comentario...- Miró el suelo- Pero bueno!-Casi grito poniéndose de pie- Debo ir a atacar a ese horno o qué? Ya esta listo? 
Sonreí.
-Si, dame dos segundos.-Me puse de pie-

Una vez más, hice silencio. Pero Ray, ocultaba algo. Es obvio!. Si, me enoja que sea así. Pero no puedo tirarlo al suelo, y poner mi pie sobre su cuello para que hable, no?
Sonreí ante esa imagen violenta.
Sacudí mi cabeza.
-Vete pensamiento...-Me murmuré a mi mismo-

Finalmente, tuvimos un almuerzo agradable y tranquilo. Pero su mirada no era la misma, sus movimientos, sus respuestas. Y según el, algún día lo sabría.
No puedo esperar a que llegue ese momento.

-Bob..-Dio unas palmadas a mi espalda- Eres el mejor cocinero. Hasta me atrevo a decir, que quizás seas mejor que mi madre.
Reí.
-No se lo digas, puede venir a matarme mientras duerma.
Reímos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario