martes, 25 de junio de 2013

How the misery begins; Capítulo: #34

Capítulo: #34



Bob VII.

Extrañamente, la noche nos había rodeado. Insistí para que cenara conmigo, lo logré. Fue un día tan raro. Hace rato que no pasaba un día entero con Ray. Vimos películas, algún que otro programa de televisión. Estuve enseñándole algunas recetas básicas de cocina. Nada difícil, quizás algunos secretos para la cocción. 
Estábamos alegres, si. Esa alegría espontánea que sólo demuestra tu mirada, vieron? Aquella que no podes describir con palabras, porque estarías horas buscándolas? Bueno. Ese tipo de satisfacción invadía mi corazón. Se que también sentía lo mismo, lo veía en sus retinas y en sus gruesos labios que no dejaban de regalarme sonrisa tras sonrisa.
Comenzaba a relajarme sobre el sofá.
Gire la cabeza, lo mire. Sus ojos, de vez en cuando se cerraban. Era obvio, habíamos tenido unos días difíciles y estresantes. No habíamos dormido lo suficiente para recuperar esas energías perdidas.
-Quieres quedarte a dormir?-Pregunte casi susurrando- Puedes hacerlo si quieres.
Sonrió, giro lentamente su cabeza como si sólo estuviese apoyada en su cuerpo, con miedo a caer si la movía demasiado.
-No..-Dijo- No te preocupes. En unos minutos me iré. 
-Seguro?-Dije- Es tarde. No quiero que andes sólo.
Rió a lo bajo.
-Desde cuando soy un pobre niño indefenso?-Preguntó-
Sonreí, luego reí para contestarle, pero el celular interrumpió mi acción.
Era Mickey, según la pantalla.
-Mickey..-Dije-Qué? Hace cuanto tiempo ocurrió? Si, estoy con él. Iremos para allá.-Colgué-
-Qué pasó?-Preguntó-
-No lo se. Gerard tuvo un ataque. Llamo a Mickey diciendo que Frank no le quiere abrir la puerta de la habitación. Dijo que no sabe que hacer. No puede hacer que deje de llorar.-Dije mientras me ponía de pie-
-Maldición...-Dijo mi amigo haciendo lo mismo- Vamos?
-Si. Déjame cerrar todo y nos iremos.-Comencé a cerrar cada ventana, mientras el apagaba las luces-
Rápidamente salimos de mi casa, y tomamos un taxi.
Llegamos a su casa, Mickey nos esperaba en el porche.
Bajamos.
-Qué pasó?-Fue lo primero que preguntó Ray-
-Pasen.-Dijo Mickey haciéndose a un lado-

Entramos, y pude ver a Gerard sentado en el pequeño sillón junto al grande. Estaba acurrucado allí, lloraba. Esos llantos tan moribundos, se apoderaban de él. 
-No puedo hace que deje de llorar.-Nos miró Mickey-
-Demonios..-Dijo Ray- Gerard?-Se acerco un poco- Gee?-Se arrodillo a su frente- Puedes mirarme?-Rozo apenas sus rodillas-
-No. No puedo. No quiere abrir la maldita puerta. No te das una idea de las cosas horrendas que nos hemos dicho a la tarde.-Dijo ahogándose entre lágrimas sin mirarlo.-
-No dice más que eso. –Dijo Mickey-
-Qué ocurrió?-Me acerque a ellos- Por qué discutieron?
-Porque..porque...escuchó la conversación que tuve con Mickey.-Dijo esta vez balanceándose un poco-
-Creo que escuchó cuando dijo “Me da miedo, parece un esquizofrénico”-Agregó Mickey- Por lo menos es lo que pude entender entre tantas lágrimas.
-Frank, esta arriba? Duerme?-Pregunte-
-Si.-Dijo Mickey- Duerme. Tomo el remedio, el cual le produce sueño.

Una vez más, comenzaba a ponerme nervioso. Es coherente, luego de lo que ha hecho contra la puerta del baño. Gracias al cielo, esta vez duerme. Pero Gerard estaba despedazado. Su llanto me ponía los pelos de punta, parecía que nunca iba a dejar de llorar. No se calmaba, ni siquiera un minuto. Sólo lloraba, y seguía llorando.
Mickey suspiró y se sentó en el apoya brazo, a su lado.
-Vamos hermano, cálmate un poco. -Acaricio su espalda-
Mire a Ray, sólo lo observaba mientras trataba de mimar sus manos entrelazadas.
-No ha..-Sollozo Gerard- No ha almorzado, ha tomado su pastilla sin tener comida en el estomago. No ceno. Destrozara su estomago de esta manera.-Termino la frase-
-Has intentado todo?-Pregunte ubicándome junto a Ray-
Silencio.
-Gee.?-Insistí-
Negó con la cabeza.
-Puedo...-Su voz tembló un poco- Puedo abrirla con la llave del baño. Pero se enojara, no quiero escuchar más gritos. Sólo quiero dejar de escuchar gritos...-Hundió su cabeza otra vez en sus piernas- Me hieren, nos hiere.

Silencio.
Al llanto de Gerard, podíamos unirle nuestros suspiros. Algún que otro pie chocando suavemente en el suelo, debido a los nervios.
No se cuanto tiempo estuvimos así, en mutismo. Implorando que hablara, o que dejara de llorar. Trato de decidirme cual deseaba más, creo que ambas.
Apoye mis manos en su pierna izquierda.
Podía ver claramente la impotencia en los ojos de su hermano. Odiaba verlo así. Todos sabíamos cuanto.
Por un momento, tuve la loca idea de subir las escaleras y azotar a Frankie. Pero no podía hacerlo, no cuando todo era una gran confusión. Ni siquiera sabíamos exactamente que ocurrió.
No creo que pueda aguantar mucho tiempo más, esta situación. El no saber que demonios ocurre, los comportamientos extraños de Frank. Las lágrimas sin explicación de Gerard. El misterio en cada palabra que expresaba Ray.
Sentí unos movimientos. Levante la vista, apenas había sacado su cabeza de las rodillas, mientras que su vista se clavo en la nada. Simplemente estaba ido.
Pero algo raro ocurrió. No tan raro, proviniendo de Gerard.
-Como desearía...-Sollozo- Como desearía que estés aquí.
Mire a Ray, el sólo lo observaba con tristeza.
Esas palabras acompañadas de lágrimas, tomaron sinfonía, estaba cantando sin dejar de llorar.
-Sólo somos dos almas perdidas, nadando en una pecera.-Siguió cantando muy a lo bajo- Año tras año corriendo sobre la misma vieja tierra. Qué es lo que encontraste?-De repente miró a Ray- Los mismos viejos miedos.-Volvió a hundir su cabeza-Desearía que estés aquí- Lloro por enésima vez-

Me puse de pie, necesitaba sentir otra vez la sangre correr en mis piernas. 
-Voy al baño.-Dije subiendo las escaleras-
Mire la puerta de la habitación de Gerard. La observe unos segundos, con la falsa esperanza de que saliera de allí corriendo y me abrazara. Tenía unas ganas inmensas de abrazarlo. Era el enérgico de nosotros, pero a su vez  el más perceptivo y tierno. 
Gire a la derecha y entre al baño. Eche un poco de agua a mi rostro. Lo necesitaba, algo frío para reconfortarme entre tantos nervios contiguos.
Mientras secaba mis manos, observe la puerta. Gerard la había limpiado. Pero mis ojos podían distinguir claramente aún, unas manchas oscuras en ella. Su sangre, su vida yacía ahí, con intenciones de hacerle la guerra a cualquier limpiador.
Me acerque, extendí mi mano. Pero cerré el puño y la aleje. Rogando a mi mente no recordar aquella escena de ambos en el suelo, uno de ellos apenas respirando mientras que el otro agonizaba de la angustia.

Me aleje, busque en mi pantalón. Gracias al cielo tenía los cigarrillos en el. Encendí uno para sentarme luego, sobre la tapa del retrete.
Inhale y exhale, tratando de calmarme. Pero ellas aparecieron. Cerré los ojos y las deje caer.
Tocaron la puerta.
-Bob?-Escuche- Estas ahí?
-Si..-Dije casi susurrando-
-Puedo entrar?-Dijo Mickey-
-Si.-Respondí-

Entro, asomando su cabeza para mirarme.
-Qué ocurre?-Cerro la puerta detrás de el-
No dije nada, pestañeé y dos más bajaron. 
-No no...-Dijo arrodillándose a mi frente- Bob, por favor...-Apoyo sus manos en mis rodillas-
-No puedo Mickey...-Solloce- No puedo ver todo esto, y no poder hacer nada. Él duerme, Él llora desconsoladamente. Y yo...-Cubrí mi rostro-
Me abrazo.
-Y tu?-Dijo a mi oído-
-No quiero decirte. Bastante soportas con Gee.-Murmuré-
-No seas imbecil. Dime. No te lo guardes Bob. Es bueno hablar, dime.-Insistió.-
-Y estoy muerto de miedo.-Apreté su espalda teniendo cuidado con el cigarrillo para llorar en su hombro-No se que pasara con ellos.-Agregue-
Entreabrí los ojos, para lanzar el cigarro a la pileta. Gracias a mi buena puntería logré hacerlo, y simplemente me desplome en sus brazos.
-Demonios Bob...Por qué no me dijiste que te sentías así?-Preguntó con amabilidad-
-No lo se..-Murmuré- No quería cargarte con más cosas. Bastante tienes con Gerard.
-Nunca digas eso. Somos amigos. Siempre estaré ahí, para abrazarte. Como lo estoy haciendo ahora.
-Lo se. Lo siento.
Beso mi cuello, y me soltó lentamente.
-Ahora.-Se puso de pie tomando mi mano- Bajaremos. Tomaremos un te, para calmarnos un poco, si?
-Esta bien.-Apenas sonreí-

Salimos de allí, ambos miramos unos segundos su puerta y bajamos otra vez. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario