martes, 25 de junio de 2013

How the misery begins; Capítulo: #31

Capítulo: #31



Gerard VII.

Desperté. Estábamos a oscuras.
Moví mi mano, y pude sentir entre mis dedos su cabello.
Sonreí a mí mismo.
No sabía que hora era, no quería saberlo, no importaba.
Mantuve los ojos abiertos. Podía escuchar su respiración, era lenta. Aún estaba dormido.
-Frankie... -Suspiré entre las sombras-
Silencio.
Nunca podré explicarle a nadie lo que sentí al tenerlo en mis brazos, lleno de sangre, desmayado, apenas respirando. Luego, verlo en aquella sala de guardia, a la espera torturante de que me digan “Sí, su amigo esta bien”.
Sinceramente, no sé que hubiese hecho si escuchaba lo contrario.
Habría muerto allí mismo, a su lado, en ese hospital, junto a esa camilla.
Aún recuerdo cuando estuve a punto de llorar debido a su intoxicación.
No sólo porque él estaba enfermo, sino porque lo extrañaba en los shows.
Si, podía ser reemplazado. Pero es Frank Iero.
Nadie en el mundo se parecerá a él, por mas intento que haga, y esas noches descontroladas, no eran las mismas sin él.
Y la gente se daba cuenta, el escenario lo percibía, yo lo notaba, mi corazón lo extrañaba.

Cerré los ojos, con miedo por volver a escuchar su cabeza contra esa puerta.
Gire, y abrace a mi pequeño amigo.
-Mmm... -Emitió-
-Sh...
-Gerard?
-Sí. -Murmuré-
Trato de estirar sus brazos, pero no lo deje. Rió a lo bajo.
-En algún momento deberás soltarme.-Susurro algo dormido,  ante su intento fallido-
-Si puede ser, pero no quiero soltarte. No ahora.-Dije abrazándolo aun más todavía-
Silencio.
-Estas bien?-Escuche-
-Si.-Dije- Sólo no quiero dejarte ir.-Agregue- A menos que tengas que ir al baño.
-Eres un idiota.-Dijo rodeando mi espalda-
Sonreí sin decir nada.
-Te sientes mejor?-Pregunte-
-Algo... Qué hora es?-Respondió-
-No lo sé. Acaso importa?
-Si, que cada cinco horas debo tomar el medicamento.
-Demonios... -Murmure- Tienes razón.-Lo solté-

Gire una vez mas, y logre encender el velador.
Frote mis ojos, dándoles tiempo para que se acostumbren a la luz, y mire el reloj.
-Son las dos de la tarde.-Dije sin mirarlo- A las tres debes tomar el remedio-
-Acaso calculaste el tiempo que dormiríamos?-Escuche-
Gire la cabeza y lo mire.
Se veía algo gracioso con esa gran venda, pero no dejaba de ser tierno.
-Qué?-Dijo mirándome-
-Tu venda.
-Qué? Sangra?-La toco-
-No.-Sonreí- Te hace más tierno.
-Mas?-Dijo-
Silencio.
-Te hace tierno.-Aclare-
Me acerque un poco a el.
Ninguno dijo nada.
Nos miramos en silencio, escuchando nuestras respiraciones, los sonidos externos. 
Sólo, disfrutamos del silencio.
-A veces... -Murmuro sin dejar de mirarme- A veces pierdo las palabras contigo.
Sonreí.
-Cuándo me dirás lo que pierdes?
-No lo se.-Dijo-
-Yo te esperare.-Sonreí-
Silencio.
-No quiero levantarme.-Cerro sus ojos-
-No te levantes.-Acaricie su nariz-
Sonrió sin abrir los ojos.
Seguí acariciándolo.
-Ah... -Suspiro- Me haces cosquillas.-Hacia muecas con su cara-

Juro, juro que tuve que contenerme para no besarlo en ese preciso instante. Pero no quería asustarlo. 
Quizás no se asustaría, luego de todas las cosas que hemos hecho sobre un escenario.
Pero no era lo mismo. Allí arriba, todo es un juego.
Para el publico, claro. Pero cada vez que lo besaba sobre aquellas tablas, lo hacia con mi corazón, y no con mi bolsillo.

Aleje mi mano, y me senté en la cama. Respire hondo.
Creo que me estoy volviendo loco.
Quizás, hasta fue una mala idea visitarlo, traerlo aquí.
Seguí allí, sentado. Inhalando y exhalando para no perder la razón. Pero unos brazos me rodearon.
-Qué ocurre?-Escuche a mi oído-
Sonreí, y tome sus manos.
-Nada... -Respondí-
-Vamos, algo pasa.
-Por qué... -Murmure- Por qué debería decirte cuando tu no lo haces conmigo?
Sus brazos, trataron de dejarme, pero lo impedí.
-Lo siento... -Entrelace sus dedos con los míos-
-No seas cruel conmigo, ya te dije. Hasta que no resuelva todo lo que tiene mi mente, no puedo platicar contigo. Es lo único que puedo decirte Gee, y no te das una idea lo que me ha costado decir esa simple frase.-Se confeso-

Solté sus manos.
-Te preparare algo de comer, si? Debes comer.-Dije volteando para encontrarme con sus ojos, quizás demasiado cerca-
-Pero...
-No. Comerás.
-Esta bien... -Sabia que no tenia sentido discutir conmigo-

Me puse de pie, me observo sentándose sobre sus talones.
-Quédate aquí, descansa. Yo prepare el almuerzo, y lavare... -Hice una pausa.- El pantalón y el baño.

No dijo nada, miro la sabana para volver a acurrucarse.
Tome la prenda, rodee la cama. Me acerque a él, lo mire, bese su frente.
-No quieres que te ayude?-Pregunto mirándome- A limpiar?-Agrego-
-No. No quiero que veas todo eso otra vez.
-Esta bien.

Salí de la habitación, baje las escaleras.
Entre al pequeño lavadero con el cual contaba, y deje aquel jean con su sangre en el lavarropa.
Luego de colocarle, prácticamente el paquete entero de jabón, suspire.
Volví a la cocina. No tenia muchas ganas de cocinar, nunca fue mi hobby, pero el debía comer.
Unas simples y rápidas pastas lo alimentarían. Regresarían algo de toda esa energía, que malgasto en estos últimos días.
Si Jamia estuviese aquí, lo estaría golpeando.
Jamia!
Esperen, nadie llamo a Jamia!
-Maldición!-Grite-

Salí corriendo, y subí a mi habitación.
-Dios! Gerard! Casi  me matas de un infarto! Qué ocurre?-Pregunto  cuando me vio entrando corriendo-
-Jamia!-Casi grite- No la hemos llamado.
-Demonios... -Respondió como si se le hubiese quebrado una simple uña- Pensé que te había pasado algo.
-Frankie... -Me acerqué- Debes llamarla. Yo no lo hice, no creo que Mickey tampoco lo haya hecho.
-No quiero que sepa lo que ocurrió, me obligaría a volver. O peor aún.-Hizo una pausa- Ella vendría.
-Pero... -Dije-
-Gerard!-Gritó- No la llamare ok? 
-Frankie, es tu mujer. No puedes hacerle esto. Te matara cuando sepa lo ocurrido, y nunca la llamaste. Me matara. Dirá que tuve la culpa.
Nos miramos.
-Esta bien... -Suspiro- Me alcanzas el celular? Esta en mi chaqueta sobre la silla.-Dijo-

Me acerque, lo tome de su bolsillo.
-Me quedare para escuchar que le dices.-Dije sentándome a su lado-
-Gerard, me asustas. Le diré lo ocurrido. Qué piensas que le diré?
-No lo se. Quizás si me voy, le mientes y le dices que sólo la llamaste para saludarla.
-Eres un paranoico.
-Lo soy?-Levante una ceja.- O sólo es una consecuencia a tus reacciones?
-Ah... -Hizo un ademán mientras comenzaba a marcar su número- Déjalo ahí. No discutiré contigo.-Parecía enfadado-
Silencio.
Apoyó el celular, sobre la oreja.
-Jamia?-Dijo el-
Silencio.
Sabia que no tenia la menor idea que decirle.
Nos miramos. Sus ojos se detuvieron en el techo.
-Cómo estas? Me alegro. Ah si? Mira que bien. No, todo esta bien. Sólo te llamo porque..-Hizo una pausa, sus manos jugaban con la sabana-
-Dile.-Susurre-
-Tuve un pequeño accidente aquí. No no no.-Dijo rápidamente.- Estoy bien. Fue una estupidez, me dieron seis puntos.
Frank alejo el celular de su oreja, era evidente que Jamia le estaba gritando.
-Qué? No. Por qué? Te estoy diciendo que fue una estupidez Jamia. No me crees?-Dijo mirándome- Si, esta aquí conmigo. Pero...-Murmuro- Pero...-Repitió- Esta bien. Quiere hablar contigo Gerard.-Estiro su brazo con el teléfono-
Tome el artefacto.
-Jamia?-Dije esperando un grito- Ok, te explicare. –Hice una pausa para pensar, mire a Frank- Estábamos jugando-Comencé a mentir- Y caímos al suelo, pero Frank se golpeo la cabeza contra la mesa?-Dije casi tartamudeando- No, no estoy mintiendo Jamia.-Mire otra vez a Frank.
Sonrió.
Le pegue suavemente en el abdomen.
-Anoche ocurrió.-Seguía respondiendo sus preguntas- No te llamamos antes, porque queríamos que Frank hablara contigo. Si, esta bien. No, juro que nunca mas jugaremos de esa manera. Si Jamia, sólo fueron seis puntos. Lo juro. No, no estábamos drogados. Por dios Jamia, no nos crees? Buen punto.-Dije mirando el suelo- Pero no, no estábamos drogados. Mira, debo colgar porque debe tomar el medicamento.-Me excuse- Si, te volverá a llamar mas tarde. Nos hablamos.-Colgué-
Silencio.
-Eres un idiota. Siempre termino arreglando tus problemas.-Dije dejándole el celular sobre el abdomen-
-Qué te dijo?-Pregunto-
-Mejor tienes que decir “Que no me pregunto”-Respondí- Pregunto si estábamos drogados, y cuando le dije si no nos creía, resumió en un segundo todas las situaciones por las que hemos pasado gracias a las drogas.
-Ah...-Suspiro- Por  eso tu frase “Buen punto”.
-Si...-Murmure- Pero creo que nos ha creído. De todas formas grandísimo idiota, me debes una explicación.-Lo mire-
No dijo nada, y giro en la cama.
-Lo se...-Murmuro-
-Bien..-Me puse de pie- Iré a hacer el almuerzo, y te subiré un vaso de agua para tu medicamento. Ok? -Dije-
-Ok.

Lo observe unos minutos, sabia que no diría nada.

Baje las escaleras lentamente. Fui hasta la cocina, y deje una olla sobre el fuego con agua, para las pastas.
Sobre la mesada, vi el paquete de cigarrillos junto con el celular. Los tome, y fui al living.
Me deje caer sobre el sofá. 
Prendí uno, al mismo tiempo que marcaba el número de Mickey.
Bostece.
-Mickey?-Dije apoyando mis codos sobre las rodillas- Si, es Gerard. Estabas dormido? Ah....Siento haberte despertado. Seguro? Ok.-Hice una pausa- Si, no lo se.-Cerré los ojos- Estoy preocupado hermano. Ha hablado con Jamia, y prácticamente tuve que obligarlo a que lo haga. Tuve que hablar con ella, mentí diciéndole que estábamos jugando, y luego cayo golpeándose la cabeza contra una mesa. Qué quieres que le diga? Que tuvo un ataque y se estrello la cabeza una y otra vez contra la puerta del baño?. Lo siento...-Exhale el humo- Estoy muy nervioso. Si.-Respondí- He hablado con él, pero sólo me ha dicho que hasta que no resuelva las cosas que tiene en su mente, no podrá hablar conmigo, con nosotros. Lo se, es raro todo esto. No se qué ocurre con él, pero no quiero dejarlo sólo ni un segundo Mickey. Me asusta. Lo quiero mucho, pero me esta asustando. Parece un esquizofrénico. Cuando llegamos, hubo un momento en donde me dijo “Gerard, no me deja tranquilo”.
Silencio.
Escuche cada palabra de mi hermano, mientras fumaba, aun con los ojos cerrados.
-Si lo se...-Murmure- Debemos darle tiempo, pero si lo vuelve a intentar? No lo sabes Mickey, creo que podemos esperar cualquier cosa de el, en este momento y sabes que tengo razón.-Hice una pausa- Mira, debo colgar porque tengo que darle de comer. Hace días que no come bien, si? Gracias por escucharme.-Sonreí- Yo también te amo Mickey, y duerme.
Colgué.

Escuche el típico crujir de madera en la escalera.
Me puse de pie. Frank estaba en los últimos escalones.
-Mi culpa? Mi culpa!!!!?-Grito-

Dios. Debe dejar de hacer eso. 
No, realmente tiene que dejar de hacerlo. Me asusta. Con quién demonios habla?
Ha creado otra persona?
O quizás escuchó la conversación que tuve con Mickey. Espero que no, sino estoy en problemas.
Sus ojos, demostraban bronca, ira, pero una tristeza tan individual que sólo me provocaba correr hacia el, y tomarlo en mis brazos. Besarlo, acariciarlo, decirle cuanto lamento que pase por todo esto, exteriorizarle mi secreto.
Todo esto. Qué es todo esto? Ni siquiera sabemos a que nos estamos enfrentando. 
Lo único que sabemos es que esa noche, su cabeza se estrelló sin piedad alguna contra la puerta de mi honrado baño, una y otra vez.
Acaso el sabe lo que sentí? Se percata de lo que mi corazón sintió al tenerlo allí? Prácticamente muerto?
Y no, no estoy exagerando. Su pulso era lento, lento como la respiración comprometida de un asmático, ese mar de sangre que nos cercaba, me rompió en mil piezas. Lo único que pude hacer fue cargarlo en mis brazos como a una simple rama quebrándose, esperar por ayuda.

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