martes, 25 de junio de 2013

How the misery begins; Capítulo: #33

Capítulo: #33



Ray VII.

Mi mente había acertado. Un buen día de trabajo exhaustivo, hizo que ella se despejara. AL menos, ya no tenía flashes de Frank en los brazos de Gerard, junto a un casi lago de sangre.
Esas pequeñas criaturas, hicieron que sonriera, perdí el miedo, recupere esperanza.
Salí del lugar, bostezando, pero algo lo corto.
-Hey!-Escuche-
Voltee asustado, realmente no estaba esperando encontrarme a alguien.
Bob? Bob!? Qué demonios hace aquí? Tuve la loca idea, de que una vez más se lanzaría sobre mi, a golpearme.
-Dios! Bob!?-Sonreí algo nervioso-
-Hola!-Se acerco un poco-
-Me asustaste! Qué haces aquí?
-Pues...-Bajo la vista- Prácticamente me echaron de mi trabajo, Francisca dijo que debo descansar y todo ese discurso.

Entonces? Cuando tiene que ser directo, se inhibe, pensé.
-Si?-Dije- Entonces?
-Entonces...-levanto la mirada- Vine a verte, se me ocurrió que quizás podíamos almorzar en casa?-Comenzó a sonreír algo sonrojado-

Sonreí. Por un momento, pensé que podía tratarse de una broma, pero sus ojos no me lo reafirmaban, y su sonrisa corregía mi error.
-Awww...-Fui tan espontáneo-
-Idiota...-Murmuró-
-Si.-.Dije- Acepto-
-Si?-Sonrió más que antes-
-Claro hombre! Nadie cocina mejor que tu, y que encima me invites? Dios mío, debemos tener cuidado, porque van a llover sapos.-Bromee-
Reímos juntos.
-Vamos.-Tomo mi hombro-

Nos subimos a un taxi, no había mucha distancia desde mi trabajo hasta su hogar, pero lo suficiente como para ponerme nervioso.
Bob, siempre tuvo ese sexto sentido. A veces, bromeo con mi mente, y me convenzo de que Mickey le transfiere sus poderes. Quizás en su casa, me esperaba un interrogatorio de primera clase, quizás ya estoy alucinando por la falta de sueño. No lo se...

Llegamos.
Entre con lentitud, analizando cada mueble.
Si, hace tiempo que no estaba aquí, en su casa. Desde aquel día, sólo en ocasiones muy especiales yo era invitado a su refugio.
-Ya había olvidado como se veía tu comedor.-Comenté dejando mis cosas sobre el sofá-
Rió.
-Exageras.-Se fue a la cocina-
-Sabes que no.-Respondí rápidamente y con sinceridad-
No respondió, supe que me dio la razón.
-Bien.-Volteo- Qué comeremos? Dime tú, yo lo hago.-Sonrió-
-No se...-Suspire apoyando mis  sobre la mesada- 
-Vamos...-Insistió- Pastas? Carne? Pollo?
 -Mmm quizás carne al horno con verduras? Recuerdo que una vez comí eso en tu local, y me fascino.-Respondí-
-Entonces, será nuestro almuerzo.-Sonrió

Me postre en aquella mesada, como cualquier ballena que vara en la paya. Así estaba mi anatomía, en aquel gran segmento de mármol.
Hubo un silencio, acompañado del sonido algo intimidante de su cuchillo, cortando las verduras.
Se acerco un poco, ubicándose a mi costado izquierdo.
-Cómo estas?-Escuche-
Lo mire, seguía concentrado en la verdura.
-A qué te refieres?-Respondí-

Yo tenía razón, sabía que algún interrogatorio tendría que escuchar.

-Cómo estas con todo lo que pasó? Ya veo que fuiste a trabajar.-Aclaro-
-Si, tu también. Creo que si me quedaba en casa, era sólo para torturarme.-Respondí-
-Si, se de lo que hablas.-Agregó-
-Y tú?-Pregunte-
Silencio.
-Tuve tanto miedo.-Me miro- Y sabes? Fue la misma sensación que tuve cuando me queme la pierna.
-No digas eso...- Mire hacia un lado-

Por qué demonios tiene que recordarme aquella vez? Sólo quiero olvidarlo! Dejarlo tapado con tierra, yeso, cemento en lo más profundo de mi inconsciente.

-Es la verdad.-Dijo- Fue ese pánico, inexplicable, el no saber que ocurrirá. El saber que puede ocurrir lo peor.
-Por dios Bob..-Murmure- Cállate, quieres? 
-Pero estoy bien. Él esta bien. Es lo único que importa. Recuerdo que cuando te abrace junto a los médicos, temblabas.
-Si...-Dije a lo bajo- También tuve miedo. Tú, no fuiste quien sintió su pulso. Apenas mis dedos pudieron acertarlo.
-Quiero saber que lo llevo a hacer eso.-Dijo-
Silencio.
Nos miramos.
-Tú, no sabes nada. Cierto? –Preguntó-

Si hubiese tenido las agallas suficientes,  quizás reemplazaba su verdura con mi cabeza. Pero no puedo hacer nada al respecto, no puedo correr, no puedo hacer silencio, ni siquiera puedo expresar una mentira no muy creíble, se daría cuenta.
Tome aire unas dos veces.

-No. Por qué piensas que estoy al tanto?-Dije seriamente-
-No lo se.-Dijo- A veces me da la sensación de que tienes alguna idea de lo que ocurre con Frank, y no dices nada.

Aja! Ven? Alguien debería darme un premio.! Siempre, cada teoría, situación que pienso, luego se verifica.

-Pues, estas equivocado.-Dije jugando con el mármol-
-Lo estoy?-Me miro-
-Si, lo estas.-Dije rápidamente-

Silencio.
Mis ojos, se clavaron en la pared paralela a mi cuerpo. La había pintado de gris? Blanco? Qué color es ese?. No puedo definirlo. 
Por qué nunca comento que pinto su pared?

-Sabes?-Dijo cortando otra verdura-
-Si?-Lo mire a los  a los ojos-
-Algunos rumores, dicen que no has dejado la banda por el motivo que nos has dicho.
-Ah si?-Respondió- Y qué dicen los rumores?-Ya comenzaba a respirar con más prisa-
-Otras razones.-Respondió-

Otras razones? Cuáles razones? De dónde habían salido esos rumores? Acaso ellos habían abierto sus bocas? No creo. No podría ser cierto. No, cuando todo dependía de nuestro silencio.
Demonios...No se que decir.

-Pues no tengo nada que ocultar, todo lo que pensaba lo dije aquella noche. –Respondí- Bob-Hizo una pausa- Hay algo que me quieras preguntar? Tiene sentido alguno este interrogatorio? Dilo ahora, es el momento adecuado.-Ya comenzaba a hartarme-
-No..-Dijo- Sólo...-Hice una pausa- Quería comentarte sobre esos rumores.
-No me interesan los rumores. Nunca me interesaron. Creo que eso lo sabes muy bien.

Hubo un silencio, más que largo. Supo que no me daría por vencido. Esos juegos de palabras que a él tanto le gustaron siempre, nunca pudieron hacerme caer. Nunca. Ha tratado millones de veces, he perdido la cuenta. 
Mi mente siempre se la rebuscaba para ganarle, hasta ahora me ha ido bastante bien, pero se que algún día me atrapara, y seré hombre muerto.
Mickey, hace unos días atrás, estuvo muy cerca de hacerlo. Aún no entiendo, como pude escapar de su interrogatorio.

Mis ojos, de dedicaron a mirar cada detalle, y imperfección de aquella mesada. Mi organismo no soporto la situación, y camine gasta el sofá, para luego encender la televisión.
Él, seguía allí, en la cocina. Podía escuchar los sonidos típicos de ella, los cuchillos, los platos chocando con otros, la puerta del horno.
Finalmente, hubo un silencio. Sentía que sus ojos estaban clavados en  mi nuca, pero por nada del mundo voltearía, no señor.
Escuche unos pasos.
-Quieres algo para tomar? Una cerveza? Gaseosa? Tengo de todo en el refrigerador.-Escuche-
Voltee sonriendo.
-Quizás una gaseosa para empezar estaría bien.-Respondí-
-Bien.-Dijo-

Volvió con dos latas en su mano, y se sentó a mi lado.
-Aquí tienes.-Extendió su brazo sin mirarme-
-Gracias.-La tome-
Silencio.
Basta de silencios, los detesto. Pero no puedo hablar cualquier cosa, podría ser usada en mi contra.
-Lamento lo que dije hace un rato.-Se disculpo-
-No te preocupes, esta todo bien.-Respondí aún “concentrado” en la televisión-

-Algún día me perdonaras por todo lo que te he hecho?-Pregunto-

Me sorprendió
Bob, realmente debo reconocer que en menos de una hora me has sorprendido más veces que en los años que pasamos juntos.
Nunca había estado enojado realmente con él, estaba enojado conmigo mismo.
Si público, conmigo mismo.
Ustedes piensan que yo sonrió porque soy feliz? No. Están tan equivocados.
Si, Ray es amistoso, Ray es buena persona, buen amigo, compañero, divertido, pero al fin y al cabo es un ser humano. Llora, siente, se entristece, se encabrona, pero no puede enojarse con un amigo del alma.
Trata, trato de hacerlo, pero no puede, simplemente no puedo hacerlo.

Sonreí, bajando la mirada para desplazarla a la gaseosa.

-Te perdonado el primer día Bob.-Respondí- Entiendo como te sentís, el por qué de tus acciones y pensamientos. Si, hubo momentos en donde te hubiese matado a golpes sin importarme nada. Pero eres mi amigo sabes?-Dije mirándolo Y yo doy todo por ellos, hago sacrificios, quizás hasta mi propia vida.
-Has hecho mucho sacrificios por amigos?-Pregunto tomando un sorbo de su bebida-
Suspire.


Si tu supieras Bob...Si tu, tan sólo lo supieras.

-No te das una idea de lo que he hecho. Algún día te enteraras.-No quería dar demasiada información-
-Por qué no ahora? Tengo todo el día libre.-Dijo-
Reí a lo bajo.
-Algún día Bob, no hoy. Pero algún día sabrás todo Bob, y quizás sabiendo eso, puedas encontrar muchas respuestas a preguntas que me has hecho, hace tan sólo media hora atrás.
-Demonios Ray...-Me miró- Por qué siempre eres tan misterioso?
-Pasas mucho tiempo con Mickey.-Sonreí recordando aquella noche-
-Por qué lo dices?-Pregunto-
-Sólo fue un comentario...- Mire el suelo- Pero bueno!-Casi grite poniéndose de pie- Debo ir a atacar a ese horno o qué? Ya esta listo? –Cambie de tema-
Sonrió.
-Si, dame dos segundos.-Se puso de pie-
Desapareció
Sabía que no había creído una sola palabra que dije. Pero no podía hacer más que, mentir y tratar de cambiar de tema.
Tuvimos un buen almuerzo, más allá de las miradas cómplices y confusas, la pase bien. Sin peleas, sin insultos, sin golpes.
Quizás, nuestra amistad volvía a ser la de antes, quizás.
Aún, no estoy muy seguro de lo que pasara.

-Bob..-Di unas palmadas en su espalda- Eres el mejor cocinero. Hasta me atrevo a decir, que quizás seas mejor que mi madre.
Rió unos minutos.
-No se lo digas, puede venir a matarme mientras duerma.-Respondió sonriendo-
Reímos.
-Te quedas?-Preguntó- Pasa el día conmigo, creo que ambos lo necesitamos.
Lo pensé, no mucho, pero lo pensé.
Podría quedarme, necesitaba recuperar algo del tiempo perdido a su lado.
-Esta bien.-Sonreí- 
-Perfecto, veremos alguna que otra película. Como en las viejas épocas, qué tal?-Seguía sonriendo-
-Eso, estaría muy bueno.-Dije haciendo un lado mi plato-

No hay comentarios:

Publicar un comentario