martes, 25 de junio de 2013

How the misery begins; Capítulo: #32

Capítulo: #32



Frank VII.

Nunca estuve dormido. No pude hacerlo.
Me quede allí, en su pecho.
Estaba seguro que dormía, pero sentí sus dedos moviéndose en mi cabello.
-Frankie...Escuche que dijo en un suspiro-
Sonreí.
-Suspira por ti, te acaricia. No entiendo por qué demonios no le dices todo lo que sientes.-Dijo mi maldita mente-
No conteste.
Silencio.
Giro y me abrazo.
-Mmmm...-Emití haciéndole creer que estaba dormido-
-Sh..-Dijo-
-Gerard?
-No, quién puede ser?-Dijo mi mente-
-Cállate, quieres? Arruinas el momento.-Pensé-
Trate de estirar mis brazos, pero Gerard lo impidió.
Reí.
-En algún momento deberás soltarme.-Susurre-
-Si puede ser, pero no quiero soltarte. No ahora.-Respondió sujetándome con mas fuerza-
Silencio.
-Estas bien?-Pregunte-

A veces, tenia la loca idea que sentía lo mismo que yo. Que era consumido por ese sufrimiento inexplicable que siente mi corazón.
Pero no podía ser cierto, o quizás si.
Nunca se sabe.


-Si.-Respondió- Sólo no quiero dejarte ir.-Agrego- A menos que tengas que ir al baño.
-Eres un idiota.-Dije rodeando su espalda-
Sonreí al sentirlo tan cerca de mí, esa protección que me brindaba.
-Te sientes mejor?-Escuche-
-Algo...Qué hora es?-Respondí-
-No lo se. Acaso importa?
-Si, que cada cinco horas debo tomar el medicamento.-Dije-
-Demonios...-Murmuro- Tienes razón.-Me soltó-

Giro para encender el velador.
Frote mis ojos, quejándome en silencio por la luz.
-Son las dos de la tarde.-Dijo sin mirarme- A las 3 debes tomar el remedio-
-Acaso calculaste el tiempo que dormiríamos?-Bromee-
Giro su cabeza para mirarme. 
Ya comenzaba a ponerse nervioso. Siempre ocurre lo mismo, cuando me observa mas de dos minutos seguidos.

-Qué?-Dije mirándolo-
-Tu venda.
-Qué? Sangra?-La toque con suavidad-
-No.-Sonrió- Te hace mas tierno.

-Dios mío. “Te hace mas tierno”, significa que para él eres tierno. Y con la venda aún mas? Demonios! Acorrálalo en la cama!-Dijo mi mente-
-Eres un pervertido.-Pensé-
-No. Lo somos. Es plural Frank. Plural. Nunca lo olvides. Que no quieras reconocer mi presencia, es otro tema.



Silencio.
-Te hace tierno.-Aclaro-
Se acerco un poco mas a mi cuerpo.
No dijimos nada. No podía moverme. Estaba paralizado.
Nos miramos en silencio, escuchando nuestras respiraciones, los sonidos externos. 
Hace tanto que no hacia esto con el. Es algo simple, estar con un amigo en silencio. Pero lo extrañaba, anhelaba.
Tenia que decir algo.
-A veces...-Murmure sin dejar de mirarlo- A veces pierdo las palabras contigo.-Me confesé-
Sonrió.
-Cuándo me dirás lo que pierdes?
-No lo se.-Respondí-
-Yo te esperare.-Sonrió-
Silencio.
-No quiero levantarme.-Cerré mis ojos-
-No te levantes.-Acaricio mi nariz-
Sonreí sin abrirlos
Sus suaves huellas digitales se paseaban a lo largo de mi nariz, y debo reconocer que era bastante relajante sentirlas.
-Ah...-Suspire- Me haces cosquillas.-Hice algunas muecas-

Estuve a punto de temblar cuando mi cuerpo percibió la ausencia de sus caricias.
Abrí lentamente los ojos. Estaba sentado, dándome la espalda. Podía escuchar como hacia un esfuerzo, algo preocupante, para respirar.
No estaba muy seguro de como reaccionar.
Me puse de rodillas,  me acerque a él, rodee su cuello con mis brazos. Tratando de que mis labios, no devoraran su expuesta nuca.

-Qué ocurre?-Susurre en su oído-
No dijo nada, y tomo mis manos.
-Nada...-Respondió-
-Vamos, algo pasa.-Insistí-.
-Por qué...-Murmuro- Por qué debería decirte cuando tu no lo haces conmigo?
Trate de alejarme, dolió su comentario, y mucho.
-Lo siento...-Entrelazo rápidamente sus dedos con los míos-
-No seas cruel conmigo, ya te dije. Hasta que no resuelva todo lo que tiene mi mente, no puedo platicar contigo. Es lo único que puedo decirte Gee, y no te das una idea lo que me ha costado decir esa simple frase.-Hable rápidamente-
Soltó mis manos.
-Te preparare algo de comer, si? Debes comer.-Dijo volteando-

Lo observe, parecía que iba a llorar allí mismo.
-Pero...-Fui interrumpido-
-No. Comerás.-Ordeno-
-Esta bien...-Sabia que no tenia opción-

Se puso de pie. Me senté sobre los talones. 

-Quédate aquí, descansa. Yo prepare el almuerzo, y lavare...-Hizo una pausa.- El pantalón y el baño.
No dije nada. No podía decir nada sin querer matarme por la culpa que sentía. Vivía en ese estado por mi. Así que, sólo me limite a mirar la sabana, para acurrucarme una vez mas en ella.
Lo observe, tomo su pantalón, rodeo la cama. 
Beso mi frente.
-No quieres que te ayude?-Pregunte- A limpiar?-Agregue-
-No. No quiero que veas todo eso, otra vez.
-Esta bien...-Sabia que no podía discutir con el-

Finalmente, quede sólo.
Si claro, “sólo”. Entre millones de comillas.
No hice nada, toque la venda de mi cabeza.
Suspire. 

-Demonios Frank. No soporto verte así, vendado, agonizando por dentro. Por qué no hablas con él de una vez por todas?
-Ah...-Murmuré- Ahí estas. Justo estaba pensando en ti, en las comillas.
-Si lo se.-Respondió- Aún no me has respondido. 
-Algún día hablare con el, no hoy, mañana tampoco. Algún día. Deja de insistir.
-Sabes? No conozco a alguien que pueda manejan con tanta perfección la represión como tu.
-Acaso tus amigos son otras mentes?-Pensé-
Silencio.
-Te estoy hablando.-Volví a pensar-
-Me has sorprendido. Fue muy rara tu pregunta.
-Tu eres el raro.-Ya murmuré-
-Porque tu me has hecho así. Somos uno Frank. Que tu no quieras aceptarme, es otra cuestión.

La conversación más sugestiva de mi vida fue interrumpida por unos pasos fuertes, y algo estremecedores.
Era Gerard. Entro corriendo a la habitación, con una cara de pánico.
-Dios! Gerard! Casi  me matas de un infarto! Qué ocurre?-Pregunte-
-Jamia!-Casi grito- No la hemos llamado.
-Genial.-Pensé- Gracias Gerard Arthur Way por recordármelo. 
Silencio.
-Demonios...-No sabia que decir para que no suene tan indiferente- Pensé que te había pasado algo.
-Frankie...-Se acerco- Debes llamarla. Yo no lo hice, no creo que Mickey tampoco lo haya hecho.
-No quiero que sepa lo que ocurrió, me obligaría a volver. O peor aun.-Hice una pausa- Ella vendría.

Desde lo ocurrido, no la había nombrado en ningún momento. No quería hacerlo, porque ellos me obligarían a llamarla.
Si, es mi mujer. Pero qué iba a decirle? “Hey, estoy loco. Hablo en voz alta con mi mente, y para callarla no tuve mejor idea que estrellarme la cabeza contra la pared. Pero no te preocupes, sólo fueron seis puntos, un baño de sangre, y un desmayo en los brazos de Gerard”.
-Pero...-Dijo-
-Gerard!-Grité ya fastidiado- No la llamare ok? 
-Frankie, es tu mujer. No puedes hacerle esto. Te matara cuando sepa lo ocurrido, y nunca la llamaste. Me matara. Dirá que tuve la culpa.
Nos miramos.
Tenía razón, la culpa caería sobre Gerard. Y lamentablemente eso en este momento, no podía permitir que ocurriera.
-Esta bien...-Suspire vencido- Me alcanzas el celular? Esta en mi chaqueta sobre la silla.-Dije-

Lo tomo, extendió su mano y lo sostuve.
-Me quedare para escuchar que le dices.-Dijo sentándome a su lado-
-Gerard, me asustas. Le diré lo ocurrido. Qué piensas que le diré?-Dije-
-No lo se. Quizás si me voy, le mientes y le dices que sólo la llamaste para saludarla.
-Eres un paranoico.-Me queje.-
-Lo soy?-Levanto una ceja.- O sólo es una consecuencia a tus reacciones?
Nos miramos. 
Gerard, te detesto. Esas respuestas tan características tuyas. Recordé el suceso, el desmayo, y su baño.
Frank, te ha vencido una vez más, me dije.
-Ah... -Hice un ademán mientras comenzaba a marcar su número- Déjalo ahí. No discutiré contigo.
Silencio.
Apoyó el celular, sobre la oreja.
Estaba tan nervioso, podía sentir como temblaba mi mano, haciendo que el artefacto siguiera mis movimientos.
Sonó dos veces, hasta que escuché su voz.
-Jamia?-Dije-
Silencio.
No sabia que decirle, hace tiempo que no hablaba con ella. Mi mente no podía, mi corazón se resignaba a hacerlo.
Mire a Gerard, nuestros ojos se cruzaron, pero no pude seguir en ellos. Mire el techo.
-Cómo estas? Me alegro. Ah si? Mira que bien. –Dije aún nervioso-No, todo esta bien. Sólo te llamo porque..-Hice una pausa, y jugué con la sábana-
-Dile.-Susurró Gerard-
Demonios, supe que no tenía excusa, lugar a dónde correr. Ni siquiera puedo cavar en el suelo para esconderme!
-Tuve un pequeño accidente aquí.-Confesé- No no no.-Dije ante sus preguntas estúpidas- Estoy bien. Fue una estupidez, me dieron seis puntos.

Jamia! Demonios, por qué debes gritarme de esa manera!?
Aleje el celular de mi oído, para que no los torture más.

-Qué? No. Por qué? Te estoy diciendo que fue una estupidez Jamia. No me crees?-Repetí- Si, esta aquí conmigo. Pero...-Murmuré- Pero...-Repetí- Esta bien. Quiere hablar contigo Gerard.-Estire mi brazo con el teléfono-
Lo tomo.
-Jamia?-Pregunto algo atemorizado- Ok, te explicare. –Comenzó a hablar- Estábamos jugando. Y caímos al suelo, pero Frank se golpeo la cabeza contra la mesa?-Dijo casi tartamudeando- No, no estoy mintiendo Jamia.-Me miro.
Sonreí.
Estábamos jugando? Qué clase de mentira es esa? Por dios Gerard! Para decir eso, hubiese mentido yo.
Me pego suavemente en el abdomen.
-Anoche ocurrió.-Seguía respondiendo sus preguntas- No te llamamos antes, porque queríamos que Frank hablara contigo. Si, esta bien. No, juro que nunca mas jugaremos de esa manera. Si Jamia, sólo fueron seis puntos. Lo juro. No, no estábamos drogados. Por dios Jamia, no nos crees? Buen punto.-Dijo mirando el suelo- Pero no, no estábamos drogados. Mira, debo colgar porque debe tomar el medicamento. Si, te volverá a llamar mas tarde. Nos hablamos.-Colgó-
Silencio.
-Eres un idiota. Siempre termino arreglando tus problemas.-Dijo dejando el teléfono sobre mi torso.-
-Qué te dijo?-Pregunte-
-Mejor tienes que decir “Que no me pregunto”-Respondió- Pregunto si estábamos drogados, y cuando le dije si no nos creía, resumió en un segundo todas las situaciones por las que hemos pasado gracias a las drogas.
-Ah...-Suspiré- Por  eso tu frase “Buen punto”.
-Si...-Murmuró- Pero creo que nos ha creído. De todas formas grandísimo idiota, me debes una explicación.-Me miro-
Silencio. Gire, dándole una vez más la espalda.
Explicación? No es explicación, es confesión, un desahogo letal.
-Lo se...-Fue lo único que pudo formular mis labios-
-Bien..-Dijo- Iré a hacer el almuerzo, y te subiré un vaso de agua para tu medicamento. Ok? 
-Ok. -Respondí-

Supe que aun seguía allí, de pie, mirándome. Pero nada diría, nada haría más que seguir agonizando.

-Aplausos para el idiota mayor.-Hizo su aparición-
-Ah...-Suspiré- Desaparece. Déjame en paz. No estoy de humor para escuchar tus idioteces.
-Idioteces? Sólo digo lo que tu no quieres oír, porque todo es verdad mi adorado Frankie. Y sabes qué? La verdad a veces, duele. Puede herir en algunos casos, pero no deja de ser una verdad. Es mejor que la mentira. Hiere, pero sanamente.

Por primera vez, escuchaba cada palabra que decía.
Cerré los ojos, y no pude contenerme.
-Sólo...-Cayeron algunas lágrimas- Sólo déjame en paz. Por favor.-Rogué a alguien que ni siquiera existe para el mundo-
-Demonios Frank, deja de hacerte daño. Has llorado desde que estas aquí, más de lo que lo has hecho en toda tu vida.
-Desaparece!!!!!-Grité-

Estuve en silencio uno minutos esperando, a que Gerard subiera al escuchar mi grito. Pues, parece que no lo escuchó.
Gracias Dios.

Me puse de pie lentamente, y baje las escaleras. Ya comenzaba a aburrirme allí arriba. Tenía seis puntos, no soy inválido.
Además, pensé que nunca lo diría otra vez. Pero realmente necesito esas pastillas. Al menos me dan sueño, y no tengo que luchar con mi inconsciente, lo cual reduce la cantidad de horas que tengo que ver a Gerard.
Si, puede sonar egoísta y malvado luego de todo lo que ha hecho por mi.
Pero soy realista.
-Si claro...-Dijo el-
-Púdrete.-Murmuré-

Escuché su voz, pude ver que se hallaba en el sofá hablando por teléfono.
-Me asusta, parece un esquizofrénico.-Mis oídos captaron-

Me paralicé en aquella vieja escalera. Estaba hablando con Mickey. 
Demonios, todos piensan que estoy loco?
Acaso tienen una idea de lo que implica llamar a alguien “esquizofrénico”? Los asusto.?

-Y todo por tu culpa Frankie...
-Mi culpa? Mi culpa!!!!?-Grite sin medir el tono de voz-
-Frankie?-Escuche-

Mire a mi frente. Estaba Gerard, me observaba.
-Te habla otra vez?-Dijo de la nada-
-Eso a ti no te interesa!-Grite bajando los pocos escalones que nos separaban- Si piensas que soy un maldito esquizofrénico por qué no me encierran? Ah?-Grite-
-Qué..?-Retrocedió unos pasos- Ah...-Suspiró- Escuchaste la conversación?
-Acaso te asusto?
Silencio.
-Contesta la maldita pregunta!-Grite-
-Cálmate quieres?-Extendió sus brazos-

Me aleje.
-No. Contéstame. Acaso sabes lo que es la esquizofrenia? Has leído sobre ella?
-Sólo fue un decir Frankie. No hay motivo para ponernos así, no puedes ni debes hacerlo en tu estado.
-En mi estado de qué? De locura?-Volví a gritar-
Suspiró.
-No discutiré contigo.-Caminó hacia la cocina- Comerás unas pastas, tu medicamento y a la cama.
-Claro!-Lo seguí levantando mis brazos- Te conviene drogarme para no tener que escucharme?

Silencio. Vi como sus manos, ponían las pastas en el agua hirviendo.
-Y?-No dejaba de gritar-
-Maldición Frank!-Volteó gritando- Acaso piensas que me gusta verte así!? Por dios!-Golpeo su puño contra la mesada- Cómo puedes pensar que quiero drogarte? Estas escuchando lo que dices? No tiene sentido! Y si! Me asustas! Porque te he tenido en mis brazos inconsciente casi una hora, sangrando, apenas respirando, mientras miraba aquella maldita puerta del baño-Extendió su brazo derecho- Bañada con tu maldita sangre! Hablas sólo! No me quieres decir que ocurre. Cómo se supone que te ayudare! Ah? Si no haces más que evitarme! Evitarnos! evitarla!-Respiro hondo-
Lo mire, cada palabra formo una lágrima, y caían lentamente.
-Pero...-Solloce- Ustedes piensan que estoy loco.
Silencio. Nos miramos.
-Bien. Comete tú las pastas. Porque no almorzare.-Sequé mis lágrimas-
-Vamos...-Suspiró- Basta de todo esto Frank. Debes comer para tomar tu remedio.
Mire la mesa, estaba el vaso junto a la pastilla.
Me acerque en unos pasos desesperados, puse la pastilla en mi mano y tome el agua.
-Ahí tienes. Tome el maldito remedio. –Sostuve el vaso en la mano-
-Eres un idiota Frank, estas haciendo que todos nos preocupemos por ti, cuando no te interesa el daño que estas causando.
-Eso piensas? Que no me importa?
-Importa?
-Crees que no me importa?
-Dímelo, porque tu eres el que no quiere hablar aquí.-Se cruzó de brazos- Sólo pones una pared frente a tu persona.

Sentía que iba a explotar en cualquier momento. 

-Vete a la mierda!-Estrelle el vaso a sus pies- Tu, tus pastas, tus malditas pastillas!-Voltee y subí corriendo las escaleras-
Llegue a la habitación, azote la puerta para luego asegurándola.
-Maldición!-Grité dejándome caer en el suelo- Por qué demonios tiene que pasarme todo esto!?-Grite-
-Porque no quieres dejarme salir.
-Muérete!-Grite- Créeme que si sigues hablando, me tirare por la ventana.-Junte mis rodillas contra mi pecho y volví a llorar-
-Frankie...-Murmuró-
-Vete.-Dije entre lágrimas-

Silencio. Sólo se escuchaba mi llanto y los pasos de Gerard.
-Frankie?-Jalo el picaporte-
-Déjame tranquilo!-Grite-
-Vamos, abre la puerta. Lo siento, si?-Dijo- Pero tu me sacas de quicio.
-Entonces vete!-Dije-
-Demonios Iero! Abre esa puerta!-La pateo-
-No la abriré! Y no te preocupes por mi, porque no arruinare otra de tus puertas con mi sangre!
Mi celular sonó.
-No..-Murmuré- No ahora.
No dejaba de sonar.
-Nunca me dejaran tranquilo, nunca me dejarán tranquilo-Murmuré una y otra vez mientras me ponía de pie-
Me acerque a la cama, y lo tome.
-Qué?-Atendí sollozando-
-Frank?-Escuche-

Mickey.

-No ocurre nada. Sólo...-Hice una pausa- Sólo discutí con Gerard. Si lo se, se que no debo ponerme nervioso. Pero todos ustedes piensan que estoy loco, me encerrarán.-Me senté en la cama- Gerard dijo que soy un esquizofrénico y tu también. No se que hacer, creo...-Trate de pensar- Creo que volveré a Florida. Debo colgar Mickey, he tomado el remedio y siento que mis ojos se cierran. No le digas nada a Gerard, de lo que hablamos, si? Te quiero Mickey.-Colgué rápidamente-
Deje el celular sobre la mesa y me acurruque bajo las sabanas, una vez más.
-No quiero...-Susurre- No quiero quedarme más aquí. Duele y mucho. –Cerré mis ojos-
-Respira, respira y duerme.-Dijo-
-Nunca me aconsejes. No eres el indicado para hacerlo porque tu....
-Cállate y duerme. Lo necesitas.-Me interrumpió.-

La droga se apodero de mi sangre y caí dormido. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario