martes, 25 de junio de 2013

How the misery begins; Capítulo: #36

Capítulo: #36



Gerard VIII.

No despertaba. No abría la puerta. No me hablaba. No tuve más remedio que llamar a Mickey, mientras las lágrimas se encargaron de inundar mi casa toda la tarde. 
Apenas pude decirle que había ocurrido. Comencé a temblar, estaba teniendo un ataque de pánico.
Ataque de pánico? Dios mío. Hace años que no me ocurría esto. Años!
Me recomendó sentarme, según él me desmayaría.
Debo ser sincero. A estas alturas de las circunstancias, no me hubiese importado hacerlo. No quería seguir escuchando, viendo, sintiendo. Mi mejor amigo, me estaba volviendo loco. No sólo luchaba contra lo que no debo sentir hacia él, sino con nuestra amistad.
Nunca quise decirle esas cosas en la cocina, pero que demonios! Me ha sacado de quicio! Cómo puede pensar que quiero drogarlo? En qué demonios esta pensando por dios! Somos amigos! No enemigos! Nos conocemos hace años, a veces ni siquiera necesitamos abrir la boca para decir que estamos pensando, de sólo mirarnos lo sabemos. 
¿Eso hacen los amigos? Se drogan los unos a los otros para arreglar los problemas? Claro que no. 
Podía sentir las manos de Ray tratando de tomar las mías. Sabía que Mickey los había llamado, escuche la conversación telefónica. 
Pero nada ayudaba.
Nada.


No podía con mis lágrimas. Estaba devastado. Lo único que deseaba, era que abriera esa maldita puerta, y abrazarlo fuerte, tan fuerte al punto de quebrarlo.
-Cálmate Gee, por dios... -Escuche que dijo Mickey-
-No puedo... No puedo... -Murmuré- Ustedes no saben lo que él significa para mí.
-Lo sabemos.-Dijo Bob-
-No.-Lo mire- No lo saben. No..-Hice una pausa- No lo saben...
Ray clavo sus ojos en mi. Él lo sabia. Estaba al tanto de cada lágrima que he derramado por él, cada puerta de baño publico que he roto con mis manos, cada línea de nuestras canciones que las he escrito para él, por él, gracias a él.
No, ellos no lo saben. Sólo Ray.
Se acerco, y se arrodillo a mi frente.
-Gerard...-Murmuró apoyando sus manos en mis rodillas- Sube, sube y termina con todo esto. Se ha salido de control y lo sabes. Usa la llave del baño.
-De qué hablan?-Pregunto Bob-
Nos miramos.
-Tu puedes hacerlo. Sube, respira y díselo.-Dijo Ray-
-No puedo Ray, no se como decirlo. Quizás no me crea, luego de todo lo que hemos hecho sobre el escenario.
-Créeme que te creerá. –Sonrió- Esta allí arriba sólo, quizás tan destrozado como lo estas tu.
-O no despertó por el remedio.
-Despiértalo. Pero esto, no esta yendo por buen camino Gerard. Ni él ni tu están bien, ya no es sano. Ya no puedes fingir.
-Por qué no nos dicen que hablan?-Pregunto mi hermano-
-Sube. Vamos.-Tomo una de mis manos Ray-
Me puse de pie.
-Yo..-Mire el suelo- No sé que como empezar.
-Encontraras la manera.-Me llevo hasta las escaleras- Pero sube, y termina con esto Way.
Apenas sonreí.
-Demonios Ray, eres tan..-Hubo un silencio- Eres tan muy buen amigo. Siempre estas ahí, a mi lado.-Sonreí- Y todo por lo que te he hecho pasar...
Sonrió.
-Yo acepte, así que ambos somos culpables.
-Pero podrías haberme dicho que no. Negarte.
-Nunca me niego a mis amigos.-Sonrió- Y ahora- Miró las escaleras-Sube.-Termino la frase-

Subí lentamente cada escalón, volteando para mirarlos. Deje a un hermano confundido pero con sentido común, él sospechaba, Bob también. Aunque no tenían pruebas para comprobarlo.
-Vamos Gerard..-Me dije a mí mismo- Tu puedes, no te retractes. Es ahora o nunca.-Frote mis ojos doloridos por el llanto.-
Tome la llave de la puerta del baño.
La introduje lentamente para no despertarlo, si es que mi teoría que estaba dormido era cierta, claro. Escuche como del otro lado, la llave cayó. Finalmente, pude abrir la puerta.
Estaba todo oscuro. 
Cerré la puerta lentamente.
-Frankie..?-Murmuré-
No contestó, evidentemente estaba dormido.
Rodee la cama, tanteando cada mueble en la oscuridad y pude llegar hasta el velador. Lo encendí.
Allí estaba. Acurrucado bajo mis sabanas, en mi cama. Dormía tan pacíficamente.
-Frankie..?-Me senté lentamente en ella- Hey...-Toque su brazo-
-Mmm...-Emitió-
-Frankie, despierta.-Le dije-
Abrió sus ojos espaciosamente, nos miramos.
-Ah..-Suspiró- Eres tú. Ya ves que no ensangrenté ninguna de tus puertas.-Me dijo de la nada-
Suspire.
-No vine a discutir. 
-Cómo has entrado?-Estiro sus brazos-
-La llave del baño, también abre esta puerta.
-Nunca me lo dijiste, ya veo porque...-Giro dándome la espalda-
-Mira...-Hice un silencio- Vine para que hablemos. Es ahora o nunca. Este es el momento, y no me iré de aquí hasta que ambos hayamos dicho todo.
Silencio.
-Estas escuchándome?-Pregunte-
-Si, pero quién te dijo que tengo ganas de hablar contigo? Si piensas que estoy loco, para qué hablar?.-Respondió-
Maldito sea el momento cuando escuchó la conversación que tuve con Mickey.
Suspire. Ya comenzaba a perder la paciencia, una vez más. Pero es Frank, debo aguantar.
-Frank..-Murmuré- Puedes girar? Y mirarme?
-No.-Dijo- No quiero escucharte, sólo quiero que te vayas y mañana volveré a Florida. Lo tengo decidido.
-Qu..-Tartamudee- Qué?
-Si.-Dijo muy seguro- Para qué quedarme? Sino puedo hablar, sólo te traigo problemas. Piensas que estoy loco,  me encerraran.
-Nadie te encerrara Frank, puedes bajar y preguntárselo a los chicos.
-Los has llamado para que me lleven entre todos por si me resisto?
-Frank!-Grite perdiendo la poca paciencia que junte cuando subía- Olvídate de eso!
-No puedo!-Gritó uniéndose a mis gritos- Te escuché cuando lo dijiste!
Nos miramos.
-Te he dicho que sólo fueron unas palabras. Las palabras van y vienen Frank, lo sabes muy bien por nuestro trabajo-Me calle por unos segundos- O lo que era nuestro trabajo.-Aclaré- Me sentía muy mal, necesitaba hablarlo con alguien. Lo iba a hacer contigo? Claro que no. Llamé a Mickey y punto.
-No lo se Gerard...-Tocó su venda- Ya no se nada. Estoy tan..
-Tan?-Pregunté-
-Tan confundido, son muchas cosas las que se han juntado.-Me miró-
-Lo se..-Acerque mi mano a la suya- Pero se supone que estamos para ayudarte, no?
Hizo silencio, alejando su mano.
-Debo tomar mi remedio.-Se puso de pie rápidamente-
-Harás otra vez lo mismo? Evitarme?-También me puse de pie-
-Di lo que quieras, no me interesa.-Dijo bostezando-
-De aquí no saldrás.-Camine rápidamente hacia la puerta-
-Gerard...-Murmuró- No quiero discutir contigo.-Me  miró- Bueno en realidad si quiero, pero mi cabeza no lo aguantara, debo tomar esas pastillas.
-No, no las tomaras hasta que hablemos. Quiero hablar contigo cuando estas lúcido, y no semi drogado.
Negó con su cabeza, murmurando a lo bajo.
-Qué dices?-Pregunté-
-Nada.
-Con quién hablas.? Dímelo. Contigo mismo?
-Por dios Gerard... -Se acerco- Déjame salir.
-No lo haré.-Extendí mis brazos a los costados para cubrir la puerta-
-Gerard!-Gritó otra vez.- No quiero pelear contigo! Hazte a un lado.
-No!-Grité- Dime, dime qué te dice. Quiero saberlo.
-No, no quieres saberlo!-Se alejo unos pasos-
-Dímelo!-Exigí- Te escuchare. 
-Demonios!-Grito tomando su cabeza.- Por qué lo hacen tan difícil? Ah!?
-Mírate Frank, mira como actúas. Dime qué ocurre, puedo ayudarte.
-No puedes.-Se alejo mientras comenzaba a llorar-
-Dime desde cuándo lloras tanto. Nunca has llorado como lo has hecho en estas semanas. Nunca y sabes que tengo razón.
-Déjame en paz Gerard, vete. No quiero que me veas así.-Volteó-
Camine hasta el, y rodee su espalda con mis brazos.
-Vamos...-Dije a su oído casi susurrando- Dime.
-Suéltame.!-Me empujo demasiado fuerte- No hablaré contigo! Nunca! Prefiero morir antes que decirte que pasa por mi mente!
-Por qué!?-Grité otra vez-
-Porque no lo entenderías! Yo no lo entiendo! No quiero entenderlo! Sólo aléjate!
-Demonios Frank! Por qué no quieres que te ayude? Siempre estuvimos juntos! Siempre.-Grite-
Silencio.
Podía escuchar mi respiración, su respiración algo dificultada por el llanto.
Lo mire. Quería matarlo, abrazarlo, llorar con él. Decirle todo, pero no podía, trataba de hacerlo pero las palabras no salían de mi boca.
-Frankie...-Murmuré-
-No me llames Frankie. Aléjate Gerard. Sal de la habitación porque juro que si no te haces a un lado, bajare por la ventana.
-No, no lo harás.-Dije acercándome-

Camino rápidamente hacia ella, la abrió.
Uno de sus pies de ubico en el marco y se sostuvo de la pared.
Corrí hasta él, tome su espalda y caímos juntos al suelo.
Las treinta y dos vértebras de mi columna sonaron contra el suelo, pero no me importo.
-Por dios Frank!!!! Quieres suicidarte o qué demonios?-Sostuve sus hombros-
-Suéltame! Suéltame!!!-Gritaba tratando de safarse-
-Deja de gritar! Son casi las doce de la noche!-Dije-
-No lo haré! Suéltame!!!!-Grito unas tres veces-
En un movimiento rápido, lo solté, giramos y me ubique sobre sus piernas.
-Cálmate, quieres? Podemos hablar sin gritarnos!?-Sostuve sus manos por encima de su cabeza-
-Muérete Gerard! Suéltame!-Comenzó a forcejear-
-Dime! Dime lo qué ocurre!-Grite-
-Tu, tampoco quieres decirme!-Grito-
Silencio.
Nos miramos.
-Hice que Ray dejara la banda porque no puedo estar a tu lado, sin querer devorar tus labios!-Grite de la nada-
-Maldición Gerard! –Grito-Te amo.-Agregó-

Silencio, silencio, y más silencio.
No respire, dios sabe cuantos segundos pasaron para recordar que debía llenar mis pulmones de aire.
-Qué..?-Solté sus manos-
-No lo repetiré. –Dijo mirando hacia un lado intensamente sonrojado- Ya suéltame! Quieres?-Grito-

Me aleje, poniéndome de pie.
Nos miramos. La puerta se abrió.
Ray entro.
-Esta todo bien? Escuchamos los gritos y golpes.-Dijo-
-Cómo es que te convenció de dejar de banda porque me amaba? Por qué demonios no me lo dijiste!? Pensé que la habías dejado porque yo lo amaba!-Grito-

Oh...Esperen. Qué acaban de escuchar mis oídos?

-Qué?-Mire a Ray- Habías hecho el mismo trato con él? Acaso estas loco??-Grite hecho una furia-
El, sonrió algo nervioso.
-Tenían que arreglar sus problemas. Y sabía que si seguían con la banda, nunca iban a decirse lo que sentían. Por eso, preferí sacarificar todo por ustedes.
-Qué?!-Grito Bob-
-Dios...-Murmuré-
-Has dejado la banda por ellos? Entonces no eres un traidor!-Lo abrazo cayendo sobre nuestra cama-
Mickey entro en escena.
Mire a Frank, lloraba sin reprimir una sola maldita lágrima.
-Lo lamento Ray!!! Lamento todo lo que te hice!-Hablaba demasiado rápido Bob- Perdóname! Perdóname!-Gritaba-
-Alguien me lo saca de encima?-Preguntó Ray respirando con dificultad- No me deja respirar.
-Michael, llévatelos. Quieres? Necesito estar a solas con Frank.-Dije-
Él, se acerco.
-Ya vamos Bob, suéltalo.-Dijo Mickey tironeando de su camisa-

Ambos se pusieron de pie.
-Lo siento...-Dijo Ray- No podía seguir con esta farsa, ustedes necesitaban aclarar sus mentes. Yo sólo, puse mi granito de arena.
No dije nada. No podía decir nada. Estaba shockeado completamente.
Ellos tres, nos miraron y desaparecieron rápidamente.
Silencio.
Frank, se sentó al pie de la cama, seguía llorando. 
Vi como sus manos temblaban, encendió un cigarrillo.
No me moví de ese lugar. Quería hacerlo, pero mis pies estaban estancados en el suelo de madera.
-Deja de mirarme.-Dijo sin sacar su vista del escritorio-
-Por....-Casi tartamudee- Por qué esperaste tanto para decírmelo?-Termine la frase-
-Tengo una vida Gerard.-Fumo su cigarrillo entre sollozos- Una mujer, una reputación.
Silencio.
-La persona con la que hablaba era mi inconsciente. Me habla, o me hablaba. No lo se. –Exhalo el humo- Aquella noche en tu baño, quería que se vaya. Me torturaba una y otra vez hablándome de ti, de cómo tenía que enfrentarte y dejar de reprimirte.-Comenzaba a hablar muy rápido- Y tú esa noche, me interrogaste. Entre en una crisis, en la cual la única solución que se me vino a la mente, fue estrellar mi cabeza sin importarme nada. Sólo quería dejar de escucharte. De escucharlo.-Respiro hondo-

De la nada, mis ojos comenzaron a derramar lágrimas, recordando aquella noche.
-Apenas...-Solloce- Apenas respirabas. Estuviste en mis brazos casi media hora hasta que llegaron los médicos y lo único que pensé era en como me iba a suicidar si tu decidías dejarme.-Dije-
Su llanto creció, y fue la señal para que mis pies se movieran.
Apago su cigarrillo, y cubrió su rostro con ambas manos.
-No no no..Por favor deja de llorar.-Lo abrace lo más rápido que pude-
-Lo siento. Lo siento.-Dijo aferrándose a mi pecho.- Pero no puedo dejar de pensar en ti. Cada cosa que decía, actuaba, pensaba, escuchaba me llevaba a ti.-Se confeso-
No respondí. Estuvimos abrazados hasta que ambos logramos calmarnos, sólo un poco.
Lo solté, lentamente.
-Mírame.-Dije-
Lo hizo. Sonreí secando sus lágrimas.
-Lamento todo esto. Lo lamento, te has golpeado por mi culpa.-Mire su venda-
Suspiró sin soltar mi camisa.
-No...-Murmuró entre los últimos sollozos- Tú, no tienes la culpa. Es mi culpa, por reprimirte.
Suspire, y nos volvimos a abrazar.
-Qué haremos Gerard? 
-Cada noche que hacíamos esas pequeñas escenas sobre el escenario, nunca las fingí. Nunca.
-Yo tampoco.-Dijo a mi oído- Pero tenía tuve y tengo mucho miedo.
Lo solté.
-No quería que esto ocurriera. Nos conocemos hace tantos años. No puedo estar enamorado de ti, simplemente no puedo.-Me soltó-
-Lo estas? Estas enamorado?-Pregunte-
-No lo se...- Miró el suelo.-Creo que si.
-Y Jamia?
-La amo. Pero también a ti. Dios!-Grito poniéndose de pie una vez más- Es tan complicado! No se que es lo que siento!
-Cálmate.-Me puse de pié- Respira, si?
-No puedo Gerard!-Comenzó a ponerse nervioso otra vez- Ponte en mis zapatos, dos segundos y querrás golpearte la cabeza como yo lo hice.!-Volvió a llorar- Tu no estas en pareja! Tu no has lidiado cada vez que te has acostado con ella, porque sólo estaba tu rostro y anatomía en mi mente!
-Sh...-Me acerque sin pensar mucho en lo que mis oídos escuchaban.-
-No se que hacer!-Me abrazo-
-Estamos juntos. No?
No dijo nada.
-Frankie?-Pregunte-
Silencio.
-Frank?-Lo aleje de mi-
Sus ojos estaban cerrados. 
Se deslizo en mis brazos.
Gracias Dios por los reflejos que me has dado.
-Maldición! Frank??-Dije agitándolo un poco- Demonios...-Murmuré-
Estaba desmayado.
Lo lleve rápidamente hasta la cama, y lo recosté. Toque su pulso, era normal.
Un simple desmayo.
La puerta se abrió.
Entro Mickey.
-Se desmayo.-Lo mire-
-Qué!?-Corrió hasta nosotros- Pero esta bien?
-Si, debemos dejarlo descansar. Ha pasado por mucho.-Murmuré corriendo el cabello de su rostro-
-Demonios Gee, siempre supe que había algo entre ustedes, pero pensé que sólo era cosas de amigos...No lo se.-Se encogió de hombros-
Suspire.
-Nos encontramos en el comedor, creo que debemos hablar y seriamente.-Nos dejó solos una vez más-
Me senté a tu lado. Estabas pálido, tu venda estaba algo desacomodada. La toque suavemente, cubriendo una vez más tus puntos, y tome tu mano.
-Te amo Frankie.-Sonreí besando tus hermosos nudillos- Y nunca más me alejare de ti.
Silencio.
Me acerque lentamente a tu rostro, y bese tus labios con tanta delicadeza, para luego hacer lo mismo con tu frente.
Me puse de pie, deje la luz encendida y salí de la habitación.

No hay comentarios:

Publicar un comentario