sábado, 20 de julio de 2013

A lovely apparition; Capítulo: #5

Capítulo: #5

El verano pasó a convertirse en otoño, trayendo consigo el cumpleaños de Michael. Él había hecho planes para celebrar la ocasión con una cena festiva, invitando a algunos pocos de sus amigos—incluyendo a Frank, antes que descubriera la verdad sobre Gerard.

Frank no estaba seguro, ahora, si debería considerarse invitado o no. Llamar a la casa de los Way de nuevo no parecía ser una buena idea, y mientras el día se acercaba, aún no se había encontrado con Michael en ninguna parte. Finalmente escribió una carta, corta y formal, tratando de decir todo lo que necesitaba ser dicho mientras evitaba mencionar algo sobre Gerard o su situación en específico.

Michael,

Debería, primero que todo, disculparme por mi comportamiento la otra noche, y que tomes esa disculpa por cualquier otra ofensa que haya causado.

Segundo, tengo una pregunta referente a tu cumpleaños. Si, después de los eventos recientes, tú o cualquiera de los involucrados prefiriera que yo no asistiera, lo entendería completamente. Si, de cualquier forma, mi invitación sigue en pie, prometo que haré todo lo posible para evitar más incomodidades.

Saludos,
Frank

La respuesta que recibió era aún más breve, e igualmente iba directo al punto.

Frank,

Si aún quieres asistir, estaría más que encantado de tenerte aquí. Realmente espero que podamos evitar más incomodidades, y debes estar seguro que todos aquí harán lo mejor que puedan para que así sea.

Michael.


*****

Gerard había estado tan solitario como siempre desde que Frank visitó la casa por última vez, pero no iba a pasar el cumpleaños de Michael escondido en su cuarto—incluso si eso significaba evitar ver a Frank otra vez.

"¿Estás seguro de eso?" le preguntó Michael esa mañana. "Si prefieres no ir a la fiesta, yo entendería."

Gerard negó con la cabeza. "No puedo esconderme en mi habitación por siempre, y no me quiero perder tu fiesta de cumpleaños. Creo que puedo soportar estar cerca de él por una noche junto a otras personas."

Era fácil decirlo con confianza; Gerard sólo esperaba que pudiese mantenerse fiel a sus palabras cuando se encontrara cara a cara con Frank de nuevo.


*****

Frank aún se sentía inseguro, llegando a la fiesta, pero enderezó sus hombros, tocó el timbre, y entró, asintiendo amablemente al mayordomo e intercambiando algunos saludos con otros invitados antes de encontrar a Michael en el salón.

"Estoy tan sobrio como un juez, y entré por la puerta principal," anunció. "Espero eso le pueda dar un buen tono a la velada."

"Yo también," respondió Michael, y entonces le dio una de sus inesperadas sonrisas. "Me agrada que hayas venido, Frank."

Frank correspondió la sonrisa. "Feliz cumpleaños." Echó un vistazo al rededor, alzando sus cejas. "¿Está...?"

"Sigue arriba," le informó Michael. "Murmurando y quejándose de sus puños o algo por el estilo, me imagi—espera, aquí está," culminó, mirando por encima del hombro de Frank.

Frank se volteó para ver a Gerard bajando las escaleras. Se detuvo cuando vio a Frank de pie junto a Michael, palideciendo un poco (tampoco es que tenga mucho color para empezar), y entonces continuó bajando, su mandíbula expuesta en una expresión determinada.

Frank lo había visto muchas veces en vestidos y una vez con la mitad de un vestido; la última vez, Frank había irrumpido en la habitación de Gerard sin anunciarse, había estado descalzo y con una camisa holgada y manchada. Esta era la primera vez que Frank lo veía propiamente vestido, como un caballero.

Se veía muy llamativo con ese abrigo negro puro y el chaleco, el único adorno era un poco de encaje en sus puños y el cuello. Su cabello oscuro estaba suelto, cayendo al rededor de su cara en contraste con su pálida piel, y sus ojos estaban tan cautivantes como siempre.

En total esa era su entrada, y Gerard había atraído un poco de atención en cuanto terminó de bajar las escaleras. Frank escuchó a alguien detrás de él decir "Así que éste es el misterioso hermano."

"Existe después de todo," respondió Frank por sobre su hombro, y vio a Gerard sonrojarse.

Michael se acercó a él al pie de la escalera, e intercambiaron algunas palabras (Michael quizás convenciendo a su hermano de no correr escaleras arriba), antes de entrar juntos al salón. Gerard se detuvo cuando pasó al lado de Frank, mirándolo inseguro.

"Buenas noches," dijo Frank, inclinando un poco su cabeza. "Gerard, ¿no es cierto?"

Gerard le dedicó una pequeña y dubitativa sonrisa. "Sí. Buenas noches, Frank."


*****

Estaban sentados a varios puestos de distancia en la cena, haciéndoles casi imposible hablar sin ofender a cualquier de los acompañantes más cercanos. Para Frank eso estaba bien; estaba ansioso por hablar con Gerard de nuevo, pero no con público.

Después de la cena había brandy, y más conversaciones informales, y algunas pocas personas se turnaron para tocar el piano y cantar. Frank se había cuidado de beber poco durante la cena, y notó que Gerard hacía lo mismo; agarró dos vasos de brandy ahora, pero sólo los llenó hasta la mitad, y se aproximó a Gerard, quien estaba de pie en la parte trasera de la habitación.

"¿Puedo hablar contigo a solas?" le preguntó en voz baja, añadiendo, cuando Gerard le dio una mirada un poco dubitativa, "Le pediría a Michael hacer de chaperón, pero apartarlo de su propia fiesta sería injusto y atraería atención."

"Cierto," concordó Gerard, y, después de una pausa, "Ven conmigo."

Guió a Frank hacia una puerta lateral la cual parecía un pequeño estudio: Frank echó un último vistazo al salón mientras se iban, y nadie parecía notar su partida.

"Mientras no gritemos, nadie podrá escuchar nuestra conversación por encima de la música," le explicó Gerard mientras cerraba la puerta. Tomó uno de los vasos cuando Frank se lo ofreció, pero sólo jugó con él un momento, sin beberlo aún. "Muy bien, ¿qué deseabas decirme?"

Frank tomó un sorbo de su propia bebida, fijando su mirada en la alineación de libros que estaban en la pared detrás de Gerard en lugar de verlo directamente a los ojos.

"He estado pensando, estos días," comenzó incómodamente. "Como sugeriste que lo hiciera."

Gerard agachó la cabeza, su cabello suelto cayendo sobre sus ojos. Instantáneamente, los dedos de Frank se contrajeron, queriendo estirarse para colocarlos detrás de su oreja.

"¿Y?" incitó Gerard amablemente. "¿Has llegado a una conclusión?"

Frank suspiró. "Sí y no." Tomó otro sorbo de brandy, tragándolo demasiado rápido y haciendo una mueca cuando sintió el ardor en su garganta, y continuó antes que pudiera reconsiderar sus palabras. "A lo que llegué fue: tengo ciertos sentimientos hacia ti que no comprendo del todo, pero no los puedo negar. Dudo que los hubiese concebido si no hubiese creído antes que eras una mujer, pero no se han disipado luego de conocer tu identidad, como creí que sería."

Gerard lo estaba mirando ahora, sus mejillas cubiertas de un tono rosado, los ojos bien abiertos. Parecía que quería estar encantado, o aliviado, pero no estaba seguro cuál era la apropiada. Mientras Frank más lo miraba, más quería tomar a Gerard y besarlo o dejar la habitación, así que se volteó, yendo y viniendo agitado mientras continuaba.

"Todo lo que sé, todo lo que he aprendido, me dice que está mal sentir lo que siento. Y aún así—y aún así hay algo en mí que dice que está bien, y no será ignorado."

"No sé qué decirte," murmuró Gerard. "He estado consciente de mis... inclinaciones desde que era un niño. Si están bien o mal, no puedo decirlo; son una vasta parte de mí como para decir que no importa. Puede que no sea igual para ti."

"Quizás no," concordó Frank. "Quizás no me importa."

Gerard lo miró a los ojos por un momento, y luego esquivó la mirada, tragando fuerte. "Dices eso porque no sabes cómo es."

"Comienzo a aprender," respondió Frank, dando un paso hacia adelante. "Sería más sencillo ignorar estos sentimientos, lo sé, pero saberlo no me ayudado a hacerlo."

"¿Entonces qué hacemos?" preguntó Gerard con suavidad, mirándolo.

"No lo sé," respondió Frank con honestidad. "Por ahora, lo único que sé es que quiero besarte."

Escuchó la respiración de Gerard atorarse en su garganta, pero no se opuso ni se alejó, y, después de un momento, Frank se inclinó, alzando un poco su rostro. Gerard se movió, entonces, alzando una mano para colocarla en la mandíbula de Frank y sostenerlo.

"Frank—" comenzó. "Si aún tienes dudas sobre esto—"

"Si tengo dudas," murmuró Frank, "entonces tendré en mente que sólo podré culparme a mí mismo por actuar a pesar de ellas."

Gerard aún lucía inseguro, pero a pesar de eso se inclinó, tocando ligeramente sus labios con los de Frank. Frank se impulsó contra su mano, intentado profundizar el beso, y Gerard se dejó, su mano deslizándose para colocarse en la parte trasera del cuello de Frank.

Frank recordó que en algún lado junto a ellos había un escritorio; se estiró y tanteó con su mano hasta encontrarlo, colocando ahí su bebida, y tomó la de Gerard también. Gerard soltó el vaso con facilidad, y antes que Frank hubiese terminado de colocarlo, los dedos de Gerard estaban tomándolo del rostro otra vez. Sostenido entre las dos manos de Gerard ahora, Frank no podía tomar control del beso tan fácil como lo hubiese hecho con una mujer. Era extraño, pero el temblor que bajó por toda su espina no era desagradable.

Gerard lo mantuvo firme cuando trató de acercarse de nuevo, pero Frank podía usar sus propias manos, y lo hizo, llevándolas hasta la cintura de Gerard para halarlo hacia él. Al mismo tiempo abrió su boca, sacando su lengua para pasarla por el labio inferior de Gerard. Gerard dejó salir un sonido en sorpresa ante eso, con su propia boca abriéndose, y Frank aprovechó el momento antes que Gerard rompiera el beso, jadeando como un hombre que acaba de salir de las aguas profundas.

"Frank—cuán lejos sea que quieras llevar esto, éste no es el momento o el lugar."

Frank se alejó un paso, sintiéndose mareado. Por unos momentos, había sido lo más sencillo olvidarse de todo menos de Gerard; ahora, con distancia entre ellos, él estaba de nuevo consciente de donde estaban, de las otras personas al otro lado de la puerta, de lo diferente que era esto de cualquier otra cita que hubiese considerado antes.

"Por supuesto," dijo, soltando la cintura de Gerard y alejándose más. Gerard lo soltó también, entrelazando sus manos detrás de su espalda. "¿Volvemos a la fiesta?"

"Podemos, si eso quieres," dijo Gerard. "Pero..." se detuvo, entonces continuó, un poco incómodo. "Siento que todavía nos conocemos muy poco, Frank, y me gustaría cambiar eso. Creo que sería lo mejor mantener distancia, pero ¿te sentarías a hablar conmigo, por un rato?"

Frank esbozó una sonrisa torcida. "He estado esperando conocer más de ti desde que nos vimos por primera vez, difícilmente rechazaría una invitación a hacerlo. Los otros podrían venir a buscarnos eventualmente, sin embargo."

"Déjalos," respondió Gerard, con una pequeña sonrisa. "Nos encontrarán teniendo una conversación perfectamente normal, como cualquier otros dos caballeros."


*****

Aún seguían hablando una media hora después, cuando Michael asomó su cabeza al estudio y dijo, acentuando con su tono de voz, que se había estado preguntando dónde se habían ido ellos dos. Volvieron a la fiesta luego de eso, Frank hablando fácilmente con otros invitados, Gerard estando silencioso más que todo, pero respondiendo gratamente cuando le hablaban y riendo de vez en cuando ante un chiste.

Mientras la noche continuaba, la multitud disminuía, hasta que los últimos invitados que quedaron fueron Frank, una jovencita que respondía al nombre de señorita Simmons, y el primo un poco mayor que hacía el papel de chaperón. Gerard había notado a Michael siendo tan atento con la señorita Simmons como podía sin descuidar a sus otros invitados, y no se sorprendió cuando éste se ofreció a escoltarla a ella y a su chaperón a casa (a pie, ya que aparentemente vivían cerca).

"Puedo dejarlos a ambos solos para que se entretengan el uno al otro, supongo," les dijo a Gerard y a Frank, haciendo que Gerard se atorara con el sorbo de brandy que recién había tomado.

Frank sólo sonrió, tratando de lucir especialmente inocente. "Creo que podremos arreglárnosla."

Se despidieron de los tres antes de marcharse, y se quedaron juntos en el salón, solos en la casa a excepción de algunos sirvientes y los padres de Gerard, quienes se habían ido a dormir horas atrás.

"Ella le gusta mucho," dijo Gerard. "Puedo notarlo."

"¿Qué? ¿Te refieres a Michael y a la señorita Simmons?" preguntó Frank. "Es bonita."

Gerard asintió, bajando la vista hasta sus zapatos. Un momento después, escuchó a Frank acercarse y miró hacia arriba.

"Tú eres bastante bonito, debo decir," le dijo Frank, en voz baja.

Gerard se sonrojó ante el halago inesperado, echando un vistazo hacia la puerta del salón. Con la fiesta esencialmente terminada, los sirvientes deberían dejar la habitación pronto, así podrían ir a dormir.

"Lo sé," dijo Frank cuando Gerard abrió su boca. "No es el momento o el lugar."

"No el lugar, no," dijo Gerard, y dudó mucho antes de continuar, un poco sorprendido de sí mismo. "Pero si—si no te importa ir hacia hasta arriba conmigo, creo que podría ser un buen momento."

Frank parecía sorprendido ante la invitación, pero no—Gerard esperaba—disgustado. "¿En serio?"

"Si quieres," dijo Gerard silenciosamente.

Frank bajó la vista por un momento, respirando profundamente, y entonces asintió firmemente. "Sí," dijo. "Sí, creo que me gustaría."


*****

Subieron las escaleras en silencio, incluso más extraño ahora que antes. El silencio incómodo duró hasta que estuvieron dentro de la habitación de Gerard, hasta que Gerard se volteó para decir algo y entonces se encontró con los labios de Frank sobre los suyos casi al instante.

Gerard soltó un sonido de satisfacción, alzando sus manos para colocarlas sobre los hombros de Frank mientras las manos de Frank se aferraban a su cintura. Dejó que sus dedos bajaran luego de un momento, desabotonando el saco de Frank y empujándolo hasta que Frank lo soltó para quitárselo, dejándolo caer en el suelo sin importancia. Gerard era rápido para seguir el ejemplo, lanzando su propio saco sobre una silla pero sin separarse un sólo momento para ver si había caído ahí, y entonces se besaron de nuevo, profundo y fuerte, hasta que la cabeza de Gerard comenzó a dar vueltas.

Frank estiró un brazo para presionar su mano con la espalda de Gerard, y Gerard se apegó a él sin pensarlo, uniendo sus cuerpos. Por un momento podía sentir a Frank, duro y caliente contra su muslo—y entonces Frank se separó de él, luciendo sobresaltado, y Gerard sintió su estómago dar un salto cuando se dio cuenta de qué pudo haber causado esa reacción.

"Lo siento," dijo rápidamente, comenzando a alejarse. "Si quieres detenerte—"

"No, no, está bien," respondió Frank deprisa. "Es—sólo déjame—"

Estiró una mano entre ellos, y cuando sus dedos rozaron el miembro de Gerard, incluso sobre las capas de ropa, las caderas de Gerard embistieron sin poder evitarlo. Gerard mantuvo sus ojos en la cara de Frank; estaba mirando hacia bajo, su labio inferior atrapado entre sus dientes y una determinada, casi tenaz mirada en su rostro. Su mano rodeó el miembro de Gerard, tímidamente al principio, pero luego con firmeza, seguro, provocando un gemido inevitable de Gerard. Frank alzó la vista ante eso, y una mirada casi traviesa atravesó su rostro, justo antes que subiera y bajara sus dedos por toda su endurecida extensión. Gerard embistió de nuevo con un sonido ahogado, y entonces agarró a Frank de la muñeca.

"Espera—ven aquí—"

Tomando a Frank de la mano, Gerard caminó hacia atrás hasta que estuvieron junto a la cama. Alzando su otra mano hasta el pecho de Frank, tocó el primer botón del chaleco de Frank y preguntó "¿Puedo...?"

Frank asintió, estirándose para sacarse la camisa del pantalón y deshaciéndose del chaleco una vez Gerard terminó de desabotonarlo. Dio un brinco cuando sintió las manos de Gerard deslizándose debajo de su camisa y posándose sobre su piel desnuda, pero alzó sus brazos con prisa para ayudar a Gerard a deshacerse de la prenda.

Era hermoso, pequeño pero bien hecho, y tan pronto como sus manos estuvieron libres las estiró, trabajando rápido en los botones de Gerard. Gerard se quitó su saco y chaleco más dudoso, de repente cohibido sobre su propio cuerpo suave y pálido. Pero Frank tiró insistentemente hasta que la parte superior del cuerpo de Gerard estuvo tan desnuda como la suya, y entonces bajó su cabeza para presionar un beso sobre el hombro de Gerard, provocándole escalofríos.

Gerard colocó sus manos en el cierre del pantalón de Frank, entonces se detuvo. "Frank... ¿estás seguro de esto?"

"Te diré si quiero detenerme," dijo Frank con firmeza.

"Está bien," susurró Gerard, y agachó la cabeza mientras bajaba el cierre de Frank, concentrándose como si esa tarea fuese más compleja y difícil.

Frank se quitó los zapatos y bajó sus pantalones y medias, mientras apartaba su ropa y se enderezaba, Gerard no podía hacer más que mirar. Frank sonrió, alcanzando la pretina de Gerard.

"Puede que nunca antes me haya acostado con un hombre," dijo, "pero me parece que, idealmente, los dos deberíamos estar desnudos en algún punto."

Gerard se mordió el labio y dio un paso hacia atrás, apartando sus zapatos luego de quitárselos. Se deshizo del resto de su ropa con rapidez, antes que la duda lo invadiera de nuevo, y alzó la vista para ver a Frank mirándolo tan intensamente como Gerard lo había estado mirando hacía un momento.

"Sé que no hay mucho qué mirar," comenzó, solamente para que Frank resoplara con sorna.

"Sí, y seguramente yo soy un diamante sin defectos," dijo, y entonces tendió una mano. "Ven aquí."

Gerard tomó su mano, y Frank lo acercó más, su otra mano estirándose para enredarse en el cabello de Gerard y tirando hacia abajo para besarlo. Gerard abrió su boca ante la de Frank, su mano libre posándose sobre la cintura de Frank y así deshaciéndose de la poca distancia entre ellos. Sus miembros se rozaron, piel desnuda sobre piel desnuda, y Frank rompió el beso con un jadeo, pero no se estaba alejando o arrepintiéndose esta vez.

"Oh," respiró, aferrándose a los hombros de Gerard con ambas manos. "Oh, eso es—"

"¿Bueno?" inquirió Gerard, moviéndose contra él.

Frank señaló en un fuerte siseo, presionando su cara contra el cuello de Gerard. "Dios, sí."

Gerard volteó su cara, dejando besos en el rostro de Frank. Tenía una mano en la parte baja de la espalda de Frank y la otra sobre sus omoplatos, manteniéndolo cerca. Quería permanecer así y simplemente rozarse contra Frank hasta que el mundo palideciera, pero al mismo tiempo quería alejarse, persistir, hacerlo duradero.

Frank parecía bastante decepcionado cuando Gerard se alejó, pero no se opuso cuando vio hacia donde Gerard iba. Gerard se subió a la cama, arrodillándose sobre las sábanas arrugadas y moviéndose hacia atrás para hacerle espacio a Frank, y Frank lo siguió, empujando a Gerard para hacerlo acostarse de espaldas, pero resistiéndose cuando Gerard lo atrajo hacia abajo también.

"Yo creo," dijo, alzándose a sí mismo con uno de sus codos y bajando su otro brazo por el pecho de Gerard, "que antes que nos detuviéramos, estaban en un lugar... por acá."

Su mano rosó la barriga de Gerard y bajó hasta tomar su miembro nuevamente, y Gerard embistió ante el contacto con un jadeo. Frank lo tocaba lentamente, con cuidado, mirando el rostro de Gerard.

"¿Está bien así?" preguntó. "Es un poco extraño, hacerle esto a alguien más..."

"Es perfecto," dijo Gerard sin aliento. Tenía una mano empuñada en las sábanas; la otra se agitó por un momento antes de posarse sobre el brazo de Frank, aquel que estaba usando para sostenerse. "No te detengas, por favor no te detengas—"

Frank se inclinó hacia abajo, hablando cerca de su oreja. "Quiero hacer esto bien, Gerard," susurró. "Quiero verte perder el control y saber que es soy yo el responsable."

"Frank—" el nombre salió en un gemido roto mientras Gerard cerraba sus ojos. La mano de Frank aumentó su velocidad, moviéndose más rápido y tosco, y entonces Gerard echó su cabeza hacia atrás agarrándose del brazo de Frank mientras gemía sin palabras, sus caderas embistiendo erráticamente a la vez que se corría en la mano de Frank.

"Eres hermoso," susurró Frank en medio de la quietud que les siguió, y Gerard abrió sus ojos, pestañeándole. Frank frunció el ceño un poco. "No crees que lo seas, ¿cierto?"

Gerard esquivó la mirada, frotando el brazo de Frank distraídamente—había dejado marcas de sus uñas ahí, unos minutos atrás. "Me sentí hermoso en los vestidos," dijo después.

"Lo fuiste," Frank le aseguró. "Pero lo eres mucho más justo ahora."

Gerard se sintió sonrojar, una pequeña sonrisa formándose en su rostro. "Aún un adulador, puedo ver."

Frank tocó su mandíbula, volteando la cara de Gerard hacia él. "Y aún son en serio todas mis palabras," dijo, y lo besó.

Frank aún estaba duro; Gerard podía sentirlo presionándose contra su muslo. Puso una mano sobre el hombro de Frank y lo empujó suavemente, colocándose de lado mientras Frank se acostaba de espalda en la cama. Volvieron a besarse casi sin detenerse, y Gerard deslizó su mano por el pecho de Frank. Se tomó su tiempo, haciendo círculos con su pulgar en uno de los pezones de Frank lentamente y luego presionando, haciendo que Frank se retorciera contra él y gimiera dentro de su boca.

La mano de Gerard siguió su camino hacia abajo con la misma lentitud, trazando caminos en la piel de Frank. Frank estaba claramente impaciente, presionándose contra la mano de Gerard con entusiasmo. Gerard alzó la vista hasta él con una mirada traviesa, entonces colocó una de sus piernas sobre las rodillas de Frank y rodeó sus caderas con un brazo, manteniéndolo acostado.

Frank hizo un sonido a forma de protesta, a pesar que podía deshacerse del amarre, si lo intentaba. "No juegues," demandó.

"¿Quién dijo algo sobre jugar?" inquirió Gerard inocentemente. "No quiero apresurar las cosas."

"No necesitas apresurarte, sólo tócame, por amor a Dios."

Gerard se inclinó, tratando de distraerlo con un beso. Frank se dejó llevar, abriendo su boca bajo la de Gerard, y cuando Gerard finalmente rodeo su miembro con una mano, rompió el beso con un sonido ahogado de sorpresa, arqueándose ante el toque.

"Si crees que yo soy hermoso, deberías verte a ti ahora mismo," susurró Gerard.

Con Frank tan cerca, Gerard no necesitaba hacer mucho. Retorció un poco su mano mientras Frank embestía contra ésta, dejando besos desde el cuello de Frank hasta su pecho, y entonces cubrió uno de los pezones de Frank con su boca, pasando su lengua, maravillándose ante su propia osadía. Frank gimió ante esto, embistiendo más fuerte y luego aquietándose de repente, y Gerard lo frotó durante el clímax, repartiendo besos por todo su rostro.

Luego de limpiar el desastre con una de las esquinas de la sábana, se acostaron juntos, uno de los brazos de Frank rodeando a Gerard y la mano de Gerard sobre el estómago de Frank, frotando pequeños círculos. Estuvieron silenciosos por un momento, besándose lentamente, sin la urgencia de antes, y entonces Frank habló.

"Bueno. Parece que mis dudas sobre esto eran menos que insuperables."

"¿Y ahora?" preguntó Gerard, con un poco de duda. "¿Algún arrepentimiento?"

"Ninguno hasta ahora," contestó Frank, y se alejó un poco para poder ver a Gerard a la cara. "No voy a pretender que esto... todo esto... no es extraño para mí. Pero no, no me arrepiento."

Gerard agachó su cabeza un poco, bajando la mirada. "Me imagino que debe serlo. Extraño, quiero decir. Pero si aún quieres esto a pesar de eso..."

Frank alzó una de sus manos para apartar el cabello de Gerard de su cara, colocándolo detrás de su oreja. "Es lo que quiero ahora mismo. ¿Es eso suficiente?"

Gerard asintió, sus ojos cerrados. Si llegara el momento en que Frank no quiera esto—no lo quiera a él—nunca más, dolería, por supuesto. Pero mientras los hábitos de Gerard eran viejos y arraigados, Frank era más joven, metiéndose de cabeza en el enamoramiento, y puede ser mejor para él si ese enamoramiento resulta ser efímero. Gerard se había resignado a la soltería permanente años atrás, pero Frank podría algún día tener una linda esposa e hijos con ojos brillantes y risas contagiosas, una familia y un hogar y una buena vida.

Todo lo que Gerard tenía para ofrecer, en contraste, era a sí mismo.

"¿Gerard?" murmuró Frank, y Gerard alzó la vista para ver una expresión preocupada en su rostro. "No quiero lastimarte," continuó Frank. "Pero no quiero dar expectativas que no puedo asegurar cumplir."

"No, está bien," le aseguró Gerard. "Entiendo, y no pediré más de lo que sientas que puedes darme."

Frank se acercó de nuevo, besándolo ligeramente. "Creo que debería irme pronto," susurró contra los labios separados de Gerard.

"Eso creo," concordó Gerard a regañadientes, incluso mientras su mano se deslizaba desde el estómago de Frank hasta su cadera, como si la sola mención de Frank yéndose obligara a Gerard a mantenerlo ahí tanto tiempo como fuese posible.

Frank se apretó más contra él, besando la frente de Gerard, sus mejillas, el lóbulo de su oreja. "No quiero hacerlo," admitió eventualmente, y luego presionó sus labios en la cavidad debajo de la mandíbula de Gerard, donde palpitaba su pulso. Gerard se estremeció y jadeo, arqueando su cabeza hacia atrás mientras metía una mano en el cabello de Frank para mantenerlo allí.

"Entonces quédate un poco más," susurró, cuando pudo hablar otra vez.

Todo lo que Gerard tenía para ofrecer era a sí mismo, y aún así Frank estaba en su cama, aún en sus brazos, y lo que sea que pueda venir después, eso era suficiente por ahora.

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