domingo, 24 de noviembre de 2013

The unnamed feeling; Capítulo: #3

Capítulo: #3

-Gerard?-Dijiste esperando a que hablara-
-Sabes muy bien que es lo que ocurre.-Te respondí-
Sentí tus pasos, acercándose hacia mi.
Comencé prácticamente a temblar, tu presencia hacia eso.
-Gerard...-Dijiste apoyando suavemente una de tus manos en mi espalda-
Voltee, te mire, con algunas lagrimas en mis ojos.
-No puedo verte así, no sabiendo que soy la causa.-Dijiste-
Sonreí bajando la mirada.
-No entiendo.-Susurre- Esa vez respondiste a mi beso. No podes negarme Frank. No podes negar que también te pasan cosas.-Dije volviéndote a mirar-
Suspiraste mirando hacia un costado.
-Estoy confundido Gerard, dame algo de tiempo.
-Cuánto? Meses? Porque ya han pasado muchos de ellos, y aun así seguimos en la misma situación Frank. No se si pueda soportar mucho tiempo estando así, sinceramente no se si puedo ser capaz de aguantar mas de esta agonía.-Confesé-
Te acercaste lentamente a mi, todavía sin mirarme.
Apoyaste tu cabeza en mi pecho.
Mire el techo, y llore otra vez.
-Me podes abrazar fuerte?-Susurraste-
Cómo resistirme? Cómo resistirme a tu pedido!?
Te abrace con fuerza. Hiciste lo mismo.
-Lamento que estés llorando por mi.-Dijiste-
No conteste.
-Ya no se que hacer Frank, no puedo sacarte de mi mente.
-Lo lamento Gerard. No se que es lo que siento. Realmente estoy confundido. Pero no quiero que te separes de mi.
-Separarme de vos Frank?-Conteste- No me hagas reír. Es lo ultimo que haría. Y si no me correspondes, pues seguiré a tu lado de todas formas. No importa cuanto me duela. Simplemente no te dejare.
Tus manos se aferraron a mi espalda.
-Podemos quedarnos así unos momentos?-Preguntaste-
Sonreí.
-Si.-Te conteste-
Estuvimos en silencio, solo abrazándonos en ese pequeño baño.
Luego te alejaste de mi. Te mire, habías llorado.
-No importa si yo estoy llorando, pero no quiero verte nunca mas llorar. De acuerdo?-Dije secando tus lagrimas con dulzura-
Sonreíste.
Besaste uno de mis dedos.
-De acuerdo.-Respondiste-
Giraste y caminaste hasta la puerta, te seguí. Salimos juntos del baño.
Estaba algo aliviado por ese abrazo tan tierno que nos dimos. Pero no era suficiente.
No llenaba mis deseos y expectativas. Peor es nada, cierto?
Por lo menos, me decías que estabas confundido. Eso daba una esperanza a mi persona. Leve, pero esperanza al fin.
Volvimos todos al hotel, en silencio.
Seguramente se habían enterado de la pequeña situación que tuvimos en el baño.
De repente, todo estaba mal una vez mas.
Parece que solo me consolabas para no sentirte culpable.
Reías y bromeabas con el resto de nuestros colegas, como si nunca hubiésemos estado en el baño abrazándonos.
Iba a subir con ustedes al ascensor, pero seguí el consejo de Mickey.
-Creo que iré por ahí a tomar aire.-Dije mirándolos-
Me miraste algo sorprendido y con confusión.
-Pero...-Dijiste-
El ascensor no te dejo terminar la frase, las puertas se cerraron y despareciste con el resto de la banda.
Salí del hotel.
Termine en un pub. Desbordaba de gente.
Me senté en la barra.
Claro que no tome alcohol. Estaba deprimido, pero no lo suficiente como para caer de nuevo en ese infierno tan conocido por mi.
Una chica se acerco.
A veces son tan obvias las mujeres cuando solo quieren una noche de sexo.
Eso era lo que necesitaba, una noche de sexo. Para olvidarme de tu ser.

Hagamos un paréntesis y déjenme contarles una anécdota, la cual nunca olvidare por el resto de mi vida:
Recuerdo una noche en la cual estábamos en un pub. Todos divirtiéndonos.
Todavía no había dejado el alcohol.
Recuerdo que una chica se acerco a mi.
Su nombre, Julieta.
Comenzó a hablarme. Pero no era como todas aquellas mujeres que siempre se acercaban a mi, por interés.
Ella de verdad solo quería platicar.
Una mujer bastante atractiva. Alta, ni flaca ni excedida de peso. Pelo largo, castaño, ojos claros, de tez blanca.
Mi banda se fue, yo que me quede un rato mas con ella allí.
Claro esta, que luego de unas cuantas cervezas y algún trago mas fuerte, comencé a acercarme.
Es típico, un hombre toma alcohol, ve una mujer. Y las hormonas se despiertan.
¿Qué hizo ella?
Rió, alejándome suavemente.
Todavía recuerdo sus palabras” Gerard, estas ebrio, y no quiero ser una mas en tu lista de las fans con las que te has acostado”
Quede perplejo observándola.
Nunca nadie me había dicho eso. No, cuando las fans hacían cola para estar con nosotros. Pasaban noches de sexo descontrolado, solo para decir a sus amigas “He tenido sexo con un integrante de Mcr”.
Acaso no se sentían usadas? Muchas veces me he sentido así. 
Vagos recuerdos tengo en mi mente de diferentes rostros de esas chicas con las cuales he estado. Y todo por el alcohol.
Como les decía, esta mujer me sorprendió con sus palabras.
Realmente solo le interesaba platicar conmigo, en vez de terminar en una desconocida cama conmigo.
Sonreí ante sus palabras.
Apenas podía mantenerme en pie aquel día.
Ella se encargo de llevarme hasta el hotel.
No tuve oportunidad de agradecer lo que había hecho por mi. Nunca mas supe de ella.
Pero que no les quepa la menor duda, de que si pudiese ubicarla en este preciso momento, me casaría con ella sin pensarlo.
Es difícil encontrar mujeres así, mas estando en este medio.
Ya terminada la anécdota, prosigamos con lo que estaba relatando.

Acepte su invitación.
¿Qué hice?
La subí a un taxi y la lleve al hotel conmigo.
Gozo.
Ella sola gozo. En cambio, lo único que pensaba mientras teníamos sexo, era en ti. Trataba de imaginarme tu anatomía en ella. Hasta podía escuchar tus gemidos.
Si, me sobra la imaginación.
Habíamos terminado, ella seguía en mi cama.
-Podes irte-Le dije-
-Pero..-Dijo ella-
-Solo quiero que te vayas en cuanto antes.-Respondí-
No, no sirvió de nada tenerla a ella.
Nada se compara a ti, nada.
Nos pusimos de pie.
Apenas cubrí mi cuerpo con una bata, ella se vistió. La acompañé hasta la puerta.
La abrí.
Me sorprendiste.
Te vi sentado junto a la puerta de mi habitación.
Ella se fue, mirándonos raramente.
Te pusiste de pie.
No sabia que decirte.
¿Habías escuchado algo?
-Lo disfrutaste?-Preguntaste-
No te conteste.
No me viste, pero cuando tu boca formulo esa pregunta. Mis uñas se clavaron en la puerta mientras la sostenía. 
-Contestame.-Dijiste-
-No.-Te dije- No lo disfrute, resulta que ni siquiera eso hace que me olvide de tu maldita persona.
-Te escuche. Tus gemidos, los de ella. Me retorcí en la cama, pensando en que podría ser yo. Pero aun así, no puedo hacer nada. Nada.-Dijiste enfadado mientras cerrabas con frustración tus puños- No puedo dejar de pensar en el que dirán, en como me sentiré si estoy con un hombre.

No hay comentarios:

Publicar un comentario