domingo, 24 de noviembre de 2013

The unnamed feeling; Capítulo: #5

Capítulo: #5

Tu sonrisa seguía allí, y apuesto a que seguiría por semanas, al igual que la mía.
-No te das una idea de lo feliz que estoy.-Dije mirándote a los ojos-
Acariciaste mi rostro con ambas manos.
-Lamento...lamento todo el daño que te hice Gerard. Todas las veces que has llorado por mi culpa.
Las lágrimas cayeron, pero esta vez eran de felicidad.
-Hey...no llores...-Dijiste-
Sonreí.
-Es que...-Dije sollozando- No puedo estar mas feliz, lloro de la emoción.
Emitiste un sonido raro y me abrazaste con fuerza.
Me aferré a tu cuerpo.
-Dormirás conmigo?-Pregunte-
-No puedo creer que encima lo preguntes.-Dijiste-
Sonreí.
Nos acomodamos un poco en la cama.
Y solo te abrace.
Te acaricie horas y horas. Hiciste lo mismo conmigo.
No quería despegarme de tu cuerpo.
Tu pecho se convirtió en mi paraíso personal. En mi mundo.
Lo importante no era el sexo. Era que estés a mi lado. Que te decidas por mí. Lo hiciste.
No quería soltarte. Las noches enteras que he abrazado y acariciado a la almohada como un lunático pensando en vos, he perdido la cuenta de las veces que lo he hecho.
Las veces que había deseado este momento. Lo he soñado, hasta que lo he escrito.
Parecía un pequeño niño indefenso en tu pecho. Y tomando en cuenta que mi contextura física es mayor a la tuya, cualquiera se hubiese echado a reír al ver esta escena.
Finalmente nos quedamos dormidos.

Desperté.
Sonreí al ver como seguía abrazado a tu pecho.
Acariciaste mi cabello.
Estire mi cabeza y te mire. Hiciste lo mismo.
-No fue un sueño, realmente ha ocurrido.-Sonreí-
Hiciste un poco de fuerza y me llevaste más hacia ti.
Hundí mi cabeza en tu cuello.
Respire hondo, haciendo que mis pulmones enloquecieran con tu aroma.
Reíste.
-Me haces cosquillas!-Dijiste-
Sonreí y bese tu mejilla.
Mi mano estaba entrelazada a la tuya.
La acariciabas lentamente. Recorriendo cada nudillo de mis dedos.
No quería levantarme.
Quería mandar todo al demonio y fallecer en esa cama contigo, en esa posición.
-Debemos levantarnos.-Dijiste.-
-No quiero. No quiero que te vayas.-Confesé-
Sonreíste, sentí cuando los músculos de tu rostro se movieron.
-Yo tampoco.-Dijiste girando-
Nos miramos.
Nuestros ojos brillaban. 
Sonreímos.
Acariciaste mis mejillas.
-Todo el tiempo que hemos perdido...-Dijiste-
-No interesa. Lo recuperaremos.-Te conteste-
Sonreíste y esta vez vos fuiste quien me abrazo.
Mis manos gastaron la piel de tu espalda.
-Si no nos levantamos, me dormiré otra vez si seguís acariciándome de esa manera.-Dijiste suavemente-
Te solté, bese tus labios con suma delicadeza, sonreí.
Nos pusimos de pie.
-Debo ir a cambiarme.-Dijiste-
Me acerque.
-Esta bien.
Tome tu cintura, te atraje hacia mí.
Te bese.
Te desvanecías en mis brazos.
Te solté y emitiste un largo suspiro.
-Tus besos, son tan fogosos...-Dijiste a punto de reír-
-Ya anda...-Dije empujándote- Antes de que te atrape nuevamente.
Reíste besando mis labios y te fuiste.
Me senté en la cama unos minutos, trate de procesar lo que había ocurrido. Fue muy rápido! Todo lo que anhelé años, meses, semanas, paso en una noche.
Sonreí, hasta reí como un loco solo en la habitación.
Suspire y comencé a cambiarme.
Salí de la habitación. Estabas junto a mi puerta fumando.
Me miraste, sonreí.
-Les diremos a los chicos?-Preguntaste-
-Si!-Grite-
-Esta bien.
Cerré la puerta, y bajamos al comedor.
Allí estaban todos.
Nos miraron extrañados. Sonreíamos.
Hace semanas que no veían una sonrisa en nuestro rostro.
Han soportado discusiones interminables entre nosotros. Puertas que se azotaban. Hasta una vez, nos hemos tirado ceniceros.
Realmente se había salido de control.
Pero todo termino.
Y mí corazón estaba a punto de perforar el pecho, por la alegría que sentía.
-Si me dicen quién fue la persona que los hizo sonreír, juro que le haré un monumento.-Dijo mi hermano riendo-
Reímos sentándonos a su lado.
-Pues su nombre es Gerard.-Dijiste-
-Su nombre es Frank.-Agregue-
Silencio.
-Ah que bien!!!!-Grito por fin Ray-
Todos reímos.
Nos abrazaron. Estaban felices. Sabían la agonía que tuve que pasar caminando de la mano con tus inseguridades.
Estaban al tanto de todo.

Dos meses después:

Nos encontrábamos en Inglaterra.
Dormíamos juntos. Claro que nadie del mundo exterior sabia de nuestra relación.
Tampoco íbamos a ir caminando de la mano por cualquier lugar.
Seguíamos siendo hombres, y eso pesaba de alguna manera.
Pero, algo me estaba volviendo loco.
Creo que te amo. Te amaba? Si, te amaba. Pero no sabía como decírtelo.
Es una palabra importante, lleva consigo millones de significados.
No sabía si me amabas, o solo te gustaba acostarte conmigo. Aunque sos la persona mas tierna y dulce con la cual he estado.
Pero se puede ser de la misma manera con un amante, o no?
Ya no era “el sentimiento innombrable”, realmente lo llamaba “amor”, tanto mi mente como mi corazón. 
Hoy era nuestro último día en Londres.
Estábamos preparando nuestras cosas para volver.
Entraste algo fastidiado.
-Podes creer??? Debemos ir a la embajada para ver que demonios ocurre con nuestros pasaportes.-Dijiste casi gritando-
Cerré el último bolso, voltee y te mire.
-Qué?-Te respondí-
-Si!-Gritaste- Dicen que nuestros pasaportes son inválidos. No se que demonios...y tendremos que ir a la embajada.
-Pero, quién te dijo eso?
-Nuestro manager. Y si no vamos ahora, perderemos nuestro vuelo.
-Maldición...-Susurre-
-Así que...vamos?
-Si, pero por qué son solo los nuestros, y el resto?
-No se!-Volviste a gritar- Los otros pasaportes están todos correctos.
Suspire. Tome mi abrigo.
-Esta bien, vamos.-Te dije-
Bajamos algo fastidiados en el ascensor.
Te mire, sonreí.
Estabas algo colorado de la bronca, me acerque y te abrace de costado.
-No es nada Frank. Se resolverá, iremos, hablaremos y fin del problema.
-Lo se..-Dijiste sonriendo-
Giraste tu cabeza y me besaste.
Te solté.
Un momento fue en que tu mirada se torno seria.
-Qué?-Te dije-
-Te amo Gerard. Vos me amas?
No sabia que decirte, si sentías lo mismo que yo. Era la primera vez que me decías esto.
Iba a responderte, pero las puertas del ascensor de abrieron.

No hay comentarios:

Publicar un comentario