miércoles, 26 de marzo de 2014

Is that... You make me feel so special; Capítulo: #17

Capítulo: #17

- Pero Gerard…
- Vamos, Frank… Solo será por un día. – levantó sus manos a la altura de su mentón, en forma de súplica.
- Ash, está bien.
- ¡Eh! – exclamó Gerard con una gran sonrisa.
- Pero ¿A dónde iremos?
- Bueno, estamos algo cerca del colegio, así que lo mejor será escondernos un rato para que nadie nos vea
- Puff... que aburrido.
- Pero después nos arrancamos para otro lado… Ya ven – dijo tomando mi brazo y llevándome a la rastra a unos arbustos. Vimos pasar un par de veces a un inspector del colegio en su auto. Era común que hicieran eso, ya que las arrancadas del colegio no eran poco comunes. 
Después de un rato, fuimos al centro de la ciudad.

- ¿Quieres helado? – preguntó Gerard al ver que yo no estaba muy animado.
- Bueno – dije de mala gana.
- Pero no estés así – dijo él subiendo mi mentón.
- Estoy bien Gerard – respondí serio.
- No lo estás – Me observó un momento – Bueno, vamos a tomar helado. Quizás así se te pasa el mal humor.

Seguí a Gerard, que parecía conocer muy bien el centro de la ciudad. A veces pensaba que él era muy experimentado para mí. En lo personal, había hecho un par de veces la “cimarra”, pero decidí no hacerlo más cuando noté que tenía muchos problemas de conducta y estaba bajo en rendimiento. Y ¿ahora qué? Gerard me hace ojitos y yo cedo sin peros. 
Llegamos a la heladería y Gerard hizo los pedidos. 

- Toma – dijo entregándome mi helado.
- Gracias- Gerard me miró de manera extraña. No supe que quería, hasta que él recibió su helado y buscaba el dinero en su bolsillo. 
- ¡Corre! – dijo tomándome del brazo. Yo sorprendido, moví las piernas como nunca antes lo había hecho. 
Corrimos mucho, hasta llegar a una esquina en la cual nos escondimos. Ambos largamos fuertes carcajadas. Estábamos apretándonos el estómago de la risa. 

- Pensé que no te vería reír más – dijo Gerard, aun entre risas.
- Eres un tonto – dije de igual forma.
- Me cansé – estaba más calmado.
- Si, yo también. – Nos quedamos ahí un rato, controlando nuestras respiraciones.
- ¿vamos? – dijo Gerard poniéndose de pie.
- Si – lo seguí.

{*Narra Gerard*}

Fuimos a la plaza del centro de la ciudad y nos sentamos en el pasto a disfrutar nuestro helado. Conversamos un rato cosas no muy coherentes, pero lo que importaba en el momento, es que estaba junto a él. Me quedé mirándolo por un largo rato y cuando Frank se dio cuenta se comenzó a reír.

-¿Qué? – dijo sin entender.
- Tienes helado ahí – sin dejar de mirarlo, saqué un poco de mi helado y se lo puse muy cerca del labio. 
- ¡Tonto! – comenzó a reír e hizo lo mismo conmigo, pero en mayor cantidad.
- ¡Frank! Yo no te eché tanto – saqué mucho más que él y me abalancé sobre su pequeño cuerpo. Él no daba más de la risa y yo me preocupaba de sacarle el helado de su cara, dando pequeños lengüetazos y besos en su rostro.
- Gerard – dijo avergonzado intentando sentarse, tal como lo estaba en un principio.
- ¿Qué? – Me quité de encima de él.
- Hay gente – comenzó a mirar a todos lados. 
- ¿Y? – imité a Frank. Se quedó en silencio y volví a mirarlo. - ¿a qué le tienes miedo? 
- Ge…
- ¿A que sepan que te gusta un hombre? – se quedó en silencio nuevamente. – No te conocen, Frank.
- Lo sé, pero… - No tenía argumento. 
- ¿A qué le temes?... ¿A que algún día se entere tu mamá? – lo observé un largo rato. 
- No lo sé… Quizás. – se veía dudoso.
- ¿Por qué? No te toma en cuenta… ¿Por qué te importa tanto su opinión?
- No es que me importe… ósea, no sé… No… No quiero ser igual de egoísta que ella. – miró el suelo.
- ¡Oh por dios, Frank! – Me puse de pie – Solo tienes miedo de ti mismo. 
- Pero ellos se aman.
- ¡Nosotros también! – comencé a molestarme. 
- Pero… Ash, Gerard no lo sé… Trata de entenderme, - Se puso de pie también - esto es nuevo para mí. Tú eres más experimentado, has estado con muchas niñas y con muchos chicos también. En cambio, yo no. Es confuso… - frotó su cabeza
- ¡No me vengas con eso! Si estuvieras confundido no me hubieses dicho todas las cosas que me has dicho estos días, ni tampoco hubiésemos hecho todo lo que hicimos. – Estaba realmente molesto. Su falta de honestidad me hacía enfurecer. 
- Pero… - Se veía tenso – Igual tienes más experiencia. Mira ahora mismo… Hicimos la cimarra por que tú quisiste y ¡hasta robamos, Gerard!
- ¡¿Qué?! ¡Mierda Frank! ¿Y tú no tienes boca? Perfectamente pudiste haberlo evitado, solo tenías que decirlo. Te hubiese entendido, pero no. Tú si quisiste hacer la cimarra y te largaste a reír cuando robamos los helados. Así que por favor ¡no me eches la culpa! - No pude seguir mirándolo e indignado me fui de ese lugar. 
Caminé lo más rápido posible, aunque no sabía hacia donde ir. Obviamente no volvería a casa. 

{*Narra Frank*} 

Estaba devastado. Todo lo dicho por Gerard, me dejo débil y me sentí realmente mal, aunque sabía que lo que decía era verdad. Me volví a sentar en el pasto sin saber que hacer. Estaba con la mente en blanco y con la mirada perdida. Gerard me había dejado votado en pleno centro de la ciudad. No tenía idea dónde me encontraba precisamente. Cada vez que salgo lo hago con alguien, la mayoría de las veces con Bob y él conoce toda la ciudad, por lo cual yo no me tengo que andar aprendiendo nombres de calles ni nada de eso. Si, estaba perdido. 
Intenté recordar cómo habíamos llegado allí, pero se me hacía difícil, ya que en cada segundo se me venía a la mente Gerard y nuestra discusión. Se me partía el corazón al saber que estaba enojado conmigo y quizás por cuánto lo esté. Quizás por siempre. No volver a besarlo, a tocarlo a mirarlo… ¡No! No puedo pensar en eso. ¡Ash! Necesito volver a casa. Si alguien me viese aquí me matarían. ”Debí haber ido al colegio” Decía una vocecita dentro de mi cabeza. Me puse de pie, intentando recordar en cómo había llegado hasta ese lugar. Comencé a caminar e intenté volver a casa. 
Después de consultar, preguntar a la gente, leer letreros y todo ese tipo de cosas, logré llegar. Aun era temprano, así que intenté no ser visto por ningún vecino o alguien conocido. Entre a casa silenciosamente, cerré la puerta y mi vista se dirigió al living… “¿Visitas? Pensé, mientras miraba al chico que me miraba confuso. ”¿Más visitas?”

- Hola – dijo poniéndose de pie para saludarme. 
- Hola – respondí sorprendido. 
- ¿Eres Frank?
- Eh… Sí – Dije serio ¿Quién era ese chico? Y ¿por qué sabía mi nombre?
- Pensé que salías más tarde del colegio. – Lo miré confuso.
- Disculpa… - dije, mientras inclinaba mi cabeza en forma de duda.
- ¿Si?
- ¿Te conozco? – Quizás éramos amigos cuando pequeños y no lo recuerdo… Pero no, eso no podría ser. Si fuese así no hubiese entrado a mí casa. ¿Será que están Donald y mamá y le abrieron? ¡Oh no!
- Ah… - sonrió – No, disculpa olvidé presentarme. Yo soy…


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