miércoles, 26 de marzo de 2014

Is that... You make me feel so special; Capítulo: #22

Capítulo: #22

Entré y mi vista se fijo en Linda y Donald, que se encontraban en el comedor conversando con sus manos entrelazadas. 

- ¡Frank! – Mi madre sonrió ampliamente, aunque pude notar los nervios en su voz.
- Hola, mamá. – dije dirigiéndome a la escalera para ir a ver a Gerard.
- Ven, cariño – dijo sin abandonar esa sonrisa. Me pareció raro que me tratara tan amablemente. 
- ¿Qué sucede? – dije sin entender, acercándome a la mesa.
- ¡Gerard! – gritó Donald. 
- ¿Qué? – se escuchó a lo lejos la hermosa voz de Gerard.
- ¡Ven, hijo! – después de hablar, observó a mi madre sonriéndole entusiasmado y mamá le respondió de la misma forma. Yo no lograba entender lo que sucedía. Los miraba, intentando atravesar sus pensamientos, pero me distraje al sentir la presencia de Gerard que se sentó a mi lado. Levanté mi vista y lo seguí hasta que se acomodó, dirigió su vista hacia mí y me regaló una sonrisa en forma de saludo. Yo hice lo mismo, aunque obviamente me hubiese gustado saludarlo de otra manera. Lo extrañaba mucho, hace tiempo que no estábamos “juntos”. Gerard observó a mis padres algo incómodo, recién en ese instante me di cuenta que mi vista se había quedado pegada en él hace ya, un rato. Rápidamente volví mis ojos a Linda y a Donald, dando una pequeña simulación de tos. 
- ¿Y? ¿Qué sucede? – dijo al fin, Gerard.
- Pues… - Mi mamá nuevamente observó a Donald de manera muy feliz. Esto me estaba poniendo nervioso. – Este tiempo ha sido algo difícil para nosotros… Y sabemos que para ustedes también. – Ambos nos miramos un instante, con expresiones muy confusas, luego volvimos nuestras miradas hacia mi madre – Y lo cierto que toda esta experiencia nos ha hecho más fuertes y obviamente ha fortalecido nuestra relación en gran manera. Y es por eso que… - Se miraron de nuevo y rieron nerviosamente. 
- Y es por eso que hemos decidido casarnos – Interrumpió Donald.

En tan solo dos segundos, sentí el mundo venírseme encima. No hubo gestos, reacción. No me podía mover, no había aire en mis pulmones. Mi vista se nubló ¿Lágrimas? No… Simplemente me sentí morir. Bob tenía razón, todo salió al revés. Quería separarlos… ¿Qué logre? La unión eterna. Sentí que me iba cayendo a un gran hoyo negro. Sus voces se hacían lejanas, las risitas de felicidad de Donald y mi madre se hacían lentamente ausentes. 
De pronto recordé lo recientemente hablado con Bob. Pensé en mi padre y en Gerard, mil recuerdos e imágenes se me vinieron a la mente. Dicen que eso pasa cuando enfrentas la muerte… Y quizás lo estaba haciendo… Quizás estaba muriendo, pero me negué. No podía… Tenía que luchar, porque me lo prometí a mi mismo. Porque le prometí a mi padre que lucharía por mis sueños, por mi felicidad. Porque amaba a Gerard, porque… Gerard Way era mi todo. 
Sentí que volvía a la vida. En tan solo dos segundos desaparecí y ahora estoy acá nuevamente. La imagen de Gerard diciéndome ”Te amo”, me hizo reaccionar. Me armé de valor.

- ¡No! – grité casi inconscientemente, poniéndome en pie y lanzando lejos la silla. Todos saltaron del susto ante mi reacción, poniéndose de pie a los costados de la mesa.
- ¡Frank! – grito mi madre, abrazando a Donald. Mi vista fue directa a Gerard. Se encontraba atónito y sin habla. Con sus ojos enormes e inundados de susto de la impresión, posados en mí.
- ¡No pueden! – Miré a mi madre, que estaba aterrorizada. Y la verdad es que yo también.
- ¿Qué te sucede, Frank? ¡¿Por qué?! – Decía mi madre. Nuevamente observé a Gerard. Tenía miedo, lo pude notar.
- Frank – dijo casi en susurro, pero aun así lo pude escuchar. Hizo unos gestos con su mano de arriba abajo, intentando decir que me tranquilizará y que podíamos llegar a un acuerdo. Yo negué con mi cabeza, no podía. Tragó saliva en gran cantidad. Logró entender que por primera vez, yo estaba dispuesto a todo. 
- No… Yo… - casi no me salía la voz, pero al ver a Gerard me armaba de valor. – Yo… - Quería llorar, nunca en mi vida había sentido tanto miedo. – Estoy enamorado de Gerard – Logré que esa frase saliera de mis labios. Gerard cerró sus ojos fuertemente en dirección al suelo. Yo aun lo miraba, no me atrevía a observar a mi madre o a Donald.
- ¡¿Qué?! – escuché a Linda. Yo aun con mis ojos posados en Gerard, me acerqué rápidamente a él. Vi su rostro elevándose con gran confusión. Lo tomé rápido y besé sus labios de manera brusca, pero no me importó. Una lágrima cayó por mi mejilla mientras hacía esto. Gerard tomó mis manos (aun en su rostro) y me alejó de su cara. 
Esta vez si que sentí, que dejaba de existir. Había sido rechazado de la manera más cruel que podía haber. Lo miré con gran angustia, mientras lágrimas caían sin cesar por mi rostro
- ¡Oh por dios! – gritó mi madre. Se le quebró la voz. - ¡Frank, no tienes por qué inventar estas cosas! ¡Simplemente dime que no te agrada Donald!... ¡No inventes locuras como esta! – Gritaba desesperada. Pero mis ojos seguían atentos a los de Gee, que estaban cristalinos y sin quitar su expresión de sorpresa. 
- Gerard… - dijo Donald en tono molesto, mientras intentaba sostener a mi madre que de la desesperación se estaba desmayando. – Dime que no es cierto… ¡Dime que tu no le correspondes ese amor! – También gritaba. Mi mente colapsaba, pero aun mirando a Gerard sentía calma. Aunque me rechazara, no me importaba. Le había demostrado que mi amor era real. Que nunca mentí con respecto a mis sentimientos. Que era mi vida y por él daría todo.


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