miércoles, 26 de marzo de 2014

Is that... You make me feel so special; Capítulo: #4

Capítulo: #4

Él no había notado mi presencia en la oficina, yo me quedé estático mirándolo pensando en qué podía estar haciendo ahí. Bob seguía caminando, ya que no se había percatado de que yo no iba a su lado. Cuando se dio cuenta se devolvió rápidamente.

- Oye, qué te pasa… Vamos – dijo agarrándome de un brazo
- No Bob, espera… - Se volteó a mirarme – Gerard…
- ¿Ah?
- Gerard, el hijo de Donald está aquí – hablé despacio apuntándolo disimuladamente, aunque no se por qué ya que la mirada de Bob no lo fue nada, Se volteó inmediatamente.
- ¿Dónde?, ¿qué hace aquí?
- y yo qué sé – anteriormente dije que estaba dispuesto a cambiar mi actitud con él así que eso hice, me acercaría a saludarlo de buena manera y a preguntarle qué hacía allí sentado y sólo. Bob me seguía.

- Hola Gerard – él estaba con la cara apoyada entre sus manos, mirando el suelo, levantó su cabeza a penas escuchó mi voz.
- Hola – dijo totalmente frío, mirándome de pies a cabeza. Podría decir que hasta fue desagradable ¿me habría escuchado ayer cuando le pedí disculpas? 
- emmm… - disimulé una leve tos, creo que estaba nervioso – Él es Bob… - presenté a éste poniéndolo delante de mí, Gerard solo levanto las cejas y la cabeza levemente en manera de saludo, Bob se cohibió e hizo lo mismo, yo por mi parte me sentía muy incómodo 
- y… ¿qué estás haciendo aquí?... Se puede saber supongo – intentaba poner una leve sonrisa al final de cada oración para hacerme el simpático, cosa que en él no causaba reacción alguna.
- eh… Mi papá me quiere poner en tu escuela – apuntó hacia atrás de mí, me volteé y ahí permanecía Donald en una oficina conversando con una inspectora. ”¡¿Qué?!” pensé, esto no podía estar pasando… ”¿Gerard en mi colegio?” Está bien. Dije que cambiaría mi actitud con él, pero eso no incluía ser su “amigo”, tendré que venir al colegio con él todos los días, e iremos en el mismo curso (?) nunca le pregunté en qué curso estaba, solo se que había repetido, pero no sé cuántas veces.
- ah… 
- ¿Vienes al colegio aun? Pensé que eras universitario - ¡Genial!, Bob no podía interrumpir de mejor manera, más encima terminó la frase con una risita burlona… Gerard puso una cara de molestia, me miró a mí, se paró y se fue a otro lado de la oficina. Bob se dio vuelta para mirarme.
- ¿Le molestó lo que dije?
- ¿Viste la manera en que te miró?, ¡Cómo me preguntas eso Bob! 
- Pero no es mi culpa que se enoje, se ve que no es muy simpático… 
- Repitió de curso, y no le gusta que le toquen el tema
- ¡¿Por eso se enojo?! Y ¿cómo yo? He repetido tantas veces que ya ni me acuerdo y aun soy feliz – me sonrío.
- Si, ya veo… vamos – nos dirigimos a entregar el trabajo, y nos fuimos de ahí
- ¿Te cae mal Gerard? – me preguntó Bob mientras nos sentábamos bajo un árbol del patio
- No, pero ya te conté lo sucedido ayer y creo que se enojo mucho conmigo… Además yo también me siento mal, porque yo no actúo de esa forma 
- Si, lo sé. Pero él no era muy simpático, así que no te sientas mal, creo que es así
- Él fue muy amable conmigo hasta que yo le grité… Supongo que por eso ahora es pesado conmigo. En todo caso… Se notó que le caíste mal ajaja
- Sí, es raro. No acostumbre a caerle mal a la gente – Lo miré chistoso
- Que humilde eres 
- Gracias – posó una risa de buen niño en su rostro, yo sonreí
Pasaron las clases rápidamente, con Bob ya nos dirigíamos a casa y estábamos llegando a la mía 

- ¿Qué harás si Gerard queda en el colegio? 
- No puedo hacer nada. Solo espero que no sea tan antipático como lo fue hoy día 
- Bueno, pero tampoco hables mucho con él porque, quizás después se quiera hacer tu amigo y ya no andarás conmigo – puso una cara triste.
- cómo crees Bob, - dije poniendo mi mano sobre su espalda - has sido mi perra de toda la vida jajaja – él se sonrió y se despidió. Yo entre a mi casa.

Desde afuera se escuchaba la música demasiado fuerte, me sorprendí ya que a mí nunca me dejan subirle tanto al equipo. No había nadie en casa, excepto Gerard que, supongo, estaba en “su” cuarto, ya que de ahí provenía la música. Después de meditar largo rato, sobre si ir o no a su habitación a averiguar si quedó en mi colegio o no, decidí ir. Toqué varias veces su puerta, pero con tanto ruido era obvio que no escucharía nada
- ¡Gerard! – Comencé a gritar desde afuera… - ¡Gerard! – no salía así que solo entré
- ¡Gerard! – Le grité mientras él estaba de espaldas en el escritorio, se volteó inmediatamente algo asustado y le bajó al equipo.
- ¿Y tú?, ¿Quién te dejó entrar? 
- Disculpa, es que no me escuchabas de afuera 
- ¿Qué quieres? – dijo duro y pesado
- ¿Qué te pasa? – Soné confundido y triste, esta vez decidí parar con las peleas, no me agradaba para nada este “Gerard” 
- ¿Por qué?
- ¿Por qué actúas de esa manera?
- No te conozco, ni tú a mí – Recordé cuando yo le dije eso y me sentí mal - ¿Qué te hace pensar que no soy de esta manera normalmente?
- No lo sé… Y tienes razón, perdón. – Me fui a mi pieza rápido para no tener que volverle a ver la cara.

{*Narra Gerard*}

No… Yo no tenía ni la más mínima razón. Realmente, yo no era así. No me gustaba herir con cada palabra o gesto feo que le hacía al enano, pero no podía hacer nada al respecto, fue la mejor manera que se me ocurrió para alejarme, para no entablar conversación con él y así no tener que mirar esos tan hermosos, intensos y misteriosos ojos otra vez. Él piensa que estoy enojado con él por lo de ayer, pero la verdad es que no, solo lo hice por lo dicho anteriormente. Aunque no podía negar que moría por sentirlo cerca mío de nuevo y me daba rabia el que me gustara sin siquiera conocerlo. Nunca fui superficial, pero tampoco lo siento así en este momento. Es verdad. Es muy lindo, pero no solo por eso me gustaba, sino que 
como creo haber dicho alguna vez, él tenía algo especial. Frank… Era especial. 
Entre tanto pensar, me vino el arrepentimiento. Pensé que suficiente era con que a Frank no lo tomaran en cuenta, quizás necesitaba a alguien a su lado. Su madre ni siquiera lo respetaba. Pero al mismo tiempo, tenía miedo… El tan solo pensar que podía llegar a conocerlo más profundamente me asustaba. Si ya tan solo no me lo podía quitar de la cabeza con haberlo visto un par de veces, no me imagino cómo sería si pudiese pasar más tiempo con él… ¡Me volvería loco! Aunque igual ahora pasaría más tiempo con él, ya que me pusieron en su colegio, cosa que según creo no le agradará. Si voy a tener que estar más tiempo a su lado, prefiero que nos llevemos bien, es lo mejor para ambos… Creo.
Entre tanto pensar y pensar quedé realmente confundido, “esto me tiene mal” pensaba. Odiaba a mi padre por haberme traído aquí y tener que pasar por esto. Pero a la vez lo adoraba por ponerme en el camino a ese ser tan alucinante. 
Quería que llegara Linda y mi papá de su trabajo, para así tomar once, que se hiciera de noche, poderme acostar y dormirme para no despertar más. Preferí descansar un rato para despejarme. 

{*Narra Frank*}

Me encontraba en mi cuarto estudiando, aunque debo decir que me costaba bastante… Ya ni en mi casa podía estar tranquilo. A la antipática de mi mamá se le sumó otro. ¿En verdad Gerard tendrá esa personalidad? Me costaba creerlo,eso quería decir que el primer día solo se hizo el simpático, o quizás, era rencoroso y no me perdonaría lo que le dije ayer. Bajé las escaleras a penas escuché la puerta de entrada, era la primera vez que me alegraba por saber que mi mamá había llegado.

- Hola hijo – mi mamá se acercaba a la cocina con bolsas del supermercado – trajimos cosas ricas para la once…
- Si ya veo – dije sonriendo. Preparé la mesa para comer, Donald estaba en la cocina conversando y riéndose con mamá.
- Frank, dile a Gerard que baje, por favor 
- ¿ah?, Eh… - simule una tos, creo que cuando me pongo nervioso lo hago notar de esa manera, mi tos fingida – ¿no puedes ir tú? – no recibí respuesta, a lo mejor no me escucharon… No quería ir, a esta altura Gerard me estaba dando miedo.

Subí las escaleras lentamente. Iba asustado, cruzando los dedos para que no me diera un puñetazo a penas tocará a su puerta 

- Gerard… - dije casi en susurro tocando la puerta. Después de varios intentos, supuse que no estaba, pero para asegurarme abrí la puerta despacio. Estaba recostado en su cama de una manera muy tierna ”Ojala se mantuviera de esa manera siempre” me dije a mí mismo. Fui hasta su cama y lo observé por un momento, no se por qué, pero algo me decía en mi interior, que Gerard solo estaba fingiendo ser algo que no es ”Es imposible que este chico sea tan malo”.


No hay comentarios:

Publicar un comentario