miércoles, 26 de marzo de 2014

Is that... You make me feel so special; Capítulo: #8

Capítulo: #8

{*Narra Frank*}

Me despedía de Gerard haciendo el gesto con la mano, mientras cerraba la puerta. Él estaba estático y con grandes ojos haciendo lo mismo. Apenas estuve dentro de mi pieza, me lancé sobre mi cama librando un gran suspiro. La sonrisa de idiota en mi cara era imposible de borrar. Miraba el techo el techo con mis brazos ampliamente abiertos, recordando lo sucedido durante el día. No soy tonto… Yo me daba cuenta. Cada mirada tímida que me daba Gerard en diferentes circunstancias y cada palabra de estímulo… Él solo quería estar cerca de mí. Al llegar a esta conclusión pegué un salto sobre la cama, mi corazón se aceleró y se me erizó la piel. Era verdad. Sus caricias y ahora, recién cuando lo abracé fuertemente pude sentir sus rápidos latidos del corazón, que hasta llegaban a parecer míos. Estaba realmente aturdido. Medité seriamente en esta conclusión y me asusté por completo. Desde que vi a Gerard por primera vez no ha abandonado mi mente. Pienso en él… Siempre. ¡Oh no! ¡Es un hombre! ¡Es el hijo de Donald, novio de mi madre!. Distracción era lo único que quería. Necesitaba distraerme. Pensaba y pensaba. No podía salir de casa, era muy tarde y quizás eso solo perjudicaría más las cosas. “¡Bob!” pensé. Si, obviamente con las tonterías de Bob se me olvidaría todo.

- ¡Frank! – se escuchó la voz de Bob al contestar al teléfono. Estaba di fónico.
- Hola, Bob… Tu voz es un asco 
- oh si, lo sé. Es que estoy tan enfermo – dijo mientras se sonaba
- Si, hoy te fui a ver con Gerard y estabas dormido
- ¿con Gerard?
- Si
- ¿Son amiguis ahora?
- ajaja… No tonto. ¿Y? ¿Hasta cuando estarás en casa, sin ir a la escuela? – cambié l tema
- no sé… Es aburrido, pero hoy me vino a ver Carla – dijo picarón
- ¿en serio? – Dije mientras reía - ¿y qué hicieron?
- Bueno… Tú sabes. – Dijo riendo – No, la verdad es que me fue a ver cuando yo estaba despertando, así que intenté alejarme un poco… Tú entiendes, aun no me lavaba los dientes, y…

Dejé de escuchar a Bob, aunque él seguía hablando. Estaban tocando la puerta.

- Eh… Bob – interrumpí – tengo que colgar, otro día hablamos. Adiós. – Corté – pase… - dije. Dejando mi celular sobre el escritorio en el que yo estaba apoyado, casi sentado. Se abrió la puerta lentamente y vi el rostro de Gerard asomarse. Yo permanecí rígido en mi posición (sentado sobre la mesa del escritorio) con mis ojos pegados a los de él, aunque Gerard evitaba mi mirada, se veía nervioso. Miraba hacia todos lados. Cerró la puerta y se quedó tímidamente parado, apoyándose en la puerta.

- ¿Qué quieres? – dije amablemente, pero nervioso, ya que él no decía nada. Se me hacía raro ver a Gerard después de las mil cosas que había pensado hace un instante.
- Eh… vine a… - miró el suelo y comenzó a caminar lentamente hacia donde estaba yo. Cuando estaba frente a mí, me miró nuevamente. Se acercó peligrosamente a mí, cosa que provocó sonrojar mis mejillas y demostraba que estaba muy nervioso. Habría mis ojos cada vez más. Estábamos solo a unos centímetros y sacó su brazo que anteriormente estaba tras su espalda y dejó algo en mi escritorio. Bajé la vista a ver que era, él me seguía observando. Tomé con mis manos la foto… Eso era. Una foto de mi padre y yo cuando era pequeño. Salíamos ambos con una sonrisa de oreja a oreja. Pero mi cara en la foto me provocó risa, pues tenía una risa totalmente fingida, pero muy grande. Commence a reírme y Gerard solo me miraba.

- La encontré mientras ordenaba el cuarto – dijo sonriendo.
- No recordaba esta foto… Gracias Gerard – volví a levantar mi mirada hasta encontrarme con sus ojos. Estaba realmente nervioso, creo que lo he dicho varias veces. Ambos nos mirábamos fijamente, hasta que sin darme cuenta mi vista se fue a sus labios.

- ¡Déjame! – Se escuchó entre risas a mi mamá subiendo las escaleras. Gerard se volteó y se alejó de mí rápidamente. Yo solo me quedé igual.
- ¡hijo! – mi mamá entró riendo a mi habitación. Donald la tenía abrazada y también reía.
- ¿Y tú, qué hace aquí? – le dijo Donald a Gerard.
- Eh… - me miró, pero luego se volteó y respondió – nada, solo vine a dejar algo, pero ya me voy. – Comenzó a caminar – Buenas noches Frank – dijo, saliendo de la habitación.
- Buenas noches, Gerard – dije despidiéndome y mirándolo atento.
- Bueno, te veníamos a decir buenas noches también hijo. Adiós. –Mi mamá y Donald salieron de la habitación aun jugueteando.


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