miércoles, 26 de marzo de 2014

Is that... You make me feel so special; Capítulo: #20

Capítulo: #20

- ¿Me perdonas? – Pronunció Frank… Él sabía que estaba perdonado, era obvio por las muestras de cariño que le daba Gerard, pero aun así quería escucharlo de su boca. Gerard sonrió y se giró, quedando de espalda sobre su cama. Frank estaba con medio cuerpo sobre él, con sus manos apoyadas sobre su pecho y observándolo con gran ternura. Gerard sonrió.
- No… No estás perdonado – seguía sonriendo y llevando sus ojos de un lado a otro de la habitación, para evitar mirar los de Iero, pero este los buscaba. Aunque Gerard seguía evitándolos – A menos que… - Esta vez si lo observaba y al mismo tiempo mordía su labio.
- ¿A menos que qué? – Frank poso una traviesa sonrisa en sus labios.
- A menos que me beses. – Frank lo miró por un momento, luego entreabrió su boca y cerró sus ojos, acercándose a Gerard, quien también se dejo poseer por el menor. Frank rozó sus labios de manera suave y rápida. Cosa que no le gustó a Gerard. Él quería un beso de mayor intensidad. Ambos abrieron sus ojos. 
- ¿Listo? – Dijo Frank alejándose un par de centímetros, aun con su sonrisa traviesa. 
- Ni lo noté, Frank. – dijo serio.
- Pero dijiste que te besara y ya lo hice… No me dijiste que clase de beso querías. 
- Un verdadero beso de reconciliación, pequeño. – Ambos sonrieron.
- Ah… Exprésate bien. – Frank soltó una leve carcajada.

Gerard, sin ya más paciencia, tomó al menor de su cuello. Atrayéndolo, hasta que sus dulces labios hicieron contacto. Los movimientos de Frank, hacían que Gerard lo deseara cada vez más. El menor intentó levantarse un poco, para rodear con sus piernas a Gerard. Y así lo hizo. Las manos de éste bajaron a sus piernas, acariciándolas de arriba abajo, mientras las manos de Frank, subieron hasta su cuello, para intensificar aun más el beso. 

{*Narra Frank*}

¿Era realmente posible? Dicen que tu primer amor es único e inocente. En verdad, lo que sentía por Gerard era único, pero no muy inocente. Lo amaba demasiado, hacía que mi mente divagara las 24 horas del día pensando en él. Que me sintiera inhumano al no estar cerca de él y al mismo tiempo cuando estaba con él. Cambió radicalmente mi vida… Ya no soy el niño que llora porque no lo toman en cuenta o simplemente callaba. Quería luchar… Estaba dispuesto a hacer lo que sea, para que esté siempre conmigo. Protegiéndome, acariciándome, besándome o simplemente mirándome… Era tan puro y fuerte lo que sentía por Gerard. Era… Lo era todo para mí.
Me concentré más en lo que estábamos. Me alejé un poco para poder mirarlo… Se estaba haciendo tarde. La habitación se tornaba oscura, pero aun por la ventana lograba entrar la luz que hacía que yo pudiese admirar el maravilloso rostro de Gerard. La luz llegaba directo a sus hermosos ojos. Brillantes y atentos a cada movimiento. Miraba mis ojos y mis labios, una y otra vez. Hasta que se concentró en mis ojos. Quedamos un momento así. Fue maravilloso transmitir todo, con solo miradas. 

- Te amo. – dije sin despegar mi mirada de sus ojos.
- Yo también te amo, Frankie.

Bajé mi mano hasta la parte clave, acaricié por fuera del pantalón un par de veces. Comencé a hacerlo más fuerte, mientras relamía mis labios. Gerard cerró sus ojos y tomó mi mano, incitándome a que lo tocará por dentro del pantalón. Yo quería hacerlo sufrir por un rato. Solo sonreía y él comenzaba a impacientarse. Como vio que yo no sería el de la iniciativa, volteó mi cuerpo para quedar él sobre mí, pero yo no se la haría fácil… Aunque no puedo negar que ya tenía una erección entre tanto jugueteo, pero aun así no me iba a rendir. Me zafé y nuevamente fui yo, el que quedó sobre él. 
- ¿Qué quieres, Frank? – dijo resignado y con la respiración agitada. Mi sonrisa era más amplia aun. 
- Quería ver cuánto aguantabas, pero al parecer no mucho – reí. Él seguía serio, intentando calmar su respiración. 
- Ya viste que no aguanto mucho… ¿Podemos seguir ahora? – dijo acercándose a mi cuello y lamiéndolo lentamente. Yo me estremecí y me excité mucho más. Pero, como dije, quería hacerlo sufrir.
- No… - me alejé nuevamente con mi sonrisa picarona.
- Ash, Frank… ¿Quieres que te dejé solo? Me puedo ir a pajear al baño. – Su amenaza me hizo reír a carcajadas. 
- ¿Te has pajeado alguna vez, pensando en mí? – pregunté una vez más relajado, acercándome a su rostro.
- ¿Qué? – Se veía atónito ante mi pregunta.
- Que si te has masturbado pensando en mí.
- ¡Oh por dios, Frank! ¿Cómo puedes romper un momento tan lindo preguntando semejante cosa? – se veía molesto… Pero tampoco tanto. Así que continué con mi juego.
- Pero quiero saber… - dije como niño pequeño.
- Pero ¿por qué quieres saber es…?
- Respóndeme – dije en forma de suplica. 
- Ash, Frank…
- Respóndeme. 
- No. – Gerard estaba serio y yo me lo tomaba simplemente como un juego. Aun permanecía sobre él y me gustaba verlo molesto. Y todo eso tenía sus consecuencias en cierta parte de mi cuerpo.
- Pero por favor, dime si o no.
- Pero si te dije que no – ya no seguía enojado, lo pude notar en la forma en que me hablaba.
- ¿No? ¿En serio? – dije contento, esbozando una sonrisa en mi rostro.
- Si, en serio. – Se veía confundido. Mis ojos se volvieron más brillantes y lo abracé tiernamente.
- Pero, Frank… qué… - quedó en silencio, sorprendido por mi reacción.
- Una vez escuché que cuando verdaderamente amas a alguien, jamás piensas en ese tipo de cosas de aquella persona, por lo tanto no te masturbas pensando en él… En cambio si es solo atracción física y superficial si lo hacen. – volví mi vista hacia él. Comenzó a reír fuertemente, yo también lo hice… Luego de calmarnos. Corrió el flequillo de mis ojos y me cautivó con su mirada.

- ¿Y tú?
- ¿Yo qué?
- ¿Te has masturbado pensando en mí? – Me hice el distraído y puse mi mano en mi barbilla, demostrando que “lo estaba pensando”
- Una vez, nada más. – Una de sus cejas se levantó y sus ojos se abrieron sorprendidos. Ante su reacción yo reí.
- Mentira, solo bromeaba. – Lo besé.
- ¿Seguro? – dijo entrecerrándome los ojos.
- Si, seguro – dije serio. Lo besé de nuevo con más dulzura y dedicación.


No hay comentarios:

Publicar un comentario