martes, 17 de junio de 2014

It ends tonight; Capítulo: #16

Capítulo: #16

All I Don't Want To Need At All

Mikey iba a salir tras Frank cuando su hermano lo detuvo del brazo.
El bajista volteó a verlo severamente y se quito de encima su mano, como si temiera que él fuera a infectarlo de muerte.


“Mikey, espera. Déjalo”


Su hermano no dijo nada, pero al menos se detuvo indeciso, lo que le dio seguridad para entablar una conversación. No sabía por que o cómo, pero de repente sentía la necesidad de hacerlo, tal vez fuera que intuía que Mikey pasaba solo por la misma terrible situación, y que ambos anhelaban compartir por lo menos eso, era como una clase muy rara de apoyo, compañeros de penas.


“Necesita tiempo, creo que todos lo necesitamos.”

“No lo compadezcas, tu no sabes nada.” Mikey se movió para irse.



“No me importa lo que sé.”

Mikey se detuvo y volteó a verlo sorprendido: “Lo escuchaste.” Murmuró bajando el rostro abatido, eso lo superaba en todos los sentidos: tanto lo amaba.


Luego ambos hermanos se miraron y en ese gesto pudieron comprender una pequeña parte de lo que estaban viviendo amando al mismo hombre y sabiendo que ese hombre podría amarlos a ambos. Se habían quedado en silencio cuando Ray entro al estudio:


“Lo llevaré a su casa. No se preocupen ok. Luego, otro día hablarán.”

Ray los miró con pena, eran sus amigos y compartía indirectamente el dolor que vivían.


“Gracias” Dijo Gerard y el guitarrista salió de ahí, él volvió la vista a Mikey y contuvo una expresión de sorpresa al ver el rostro desmejorado de su hermano, las ojeras, la piel pálida, el seño en su frente, la angustia reflejada en su mirada. Apenas hasta ese momento lo había notado, él estaba sufriendo tanto o más que él.


“Es su decisión.” Dijo secamente Mikey y de inmediato salió de ahí dejando a su hermano igual de dolido que él, un poco de todo el resentimiento que le tenía se desvaneció en ese instante cuando pudo contemplar de cerca el sufrimiento por el amor a Frank.


Frank, Frank, Frank… una nombre tan corto, tan simple, pero que aún así era la causa de todos sus infortunios, movía todo en sus vidas, tanto la felicidad como el sufrimiento. Mikey y Gerard eran enemigos ahora, dos hermanos que desconocieron su sangre por amor, mataron su pasado por una vida a su lado, olvidaron todo y lo siguieron al cielo, y ahora parecía que se encontraban en el infierno.



Gerard se sentó en el piso del estudio como solía hacer, pasaron los minutos y ninguno de sus amigos volvió, seguramente Bob y Brian no quisieron meterse en ese asunto, tal vez pensando que él quería estar solo. No imaginaban que Gerard los necesitaba mucho, ya no tenía a Mikey y Ray en esos momentos se ocupaba de Frank.


Su rostro helado estaba cansado de la soledad, de llorar solo, su corazón cansado de darse ánimos y necesitaba olvidarse de todo aunque fuera por un momento. En sus cinco sentidos jamás lo lograría, se levanto y salió de ahí en busca de un potente analgésico: el alcohol, que siempre lo había ayudado a perderse en el pasado.

*****

Mientras tanto Ray y Frank llegaban al apartamento del menor con los rostros sombríos y sin haber dicho una sola palabra durante todo el camino.
Después que Ray viera el estado de vulnerabilidad en que se encontraba su amigo al topárselo cuando salía del estudio, no pudo más que insistir en acompañarlo hasta su casa. Frank estaba demasiado afectado como para oponerse y así en silencio subieron al auto de Ray y en poco tiempo llegaron a su destino.



Ray no se atrevía a preguntar nada, porque se imaginaba la situación al ver las caras de sus otros dos amigos, conflictos del corazón, los más complicados, los que más lastimaban. El guitarrista suspiro y miró de reojo a Frank que seguía ensimismado, era como si nadie estuviera ahí a su lado.


“Frank.”

El menor giró el rostro pálido, no había lágrimas, solo vacío.

“Gracias Ray, pero quiero estar solo.”

“Ok, solo quiero asegurarme de que estés bien.”


“Lo estaré, no te preocupes Toro.”

“¿En verdad Frank?”


“Solo quiero dormir.”


“Frank.” Ray lo miró con incertidumbre, le preocupaba que su amigo fuera hacer una estupidez.

“No haré una estupidez.” Replicó Iero imaginando los pensamientos de su amigo, y éste medio sonrió.

“En serio Frank, podemos hacer algo, ver tv, componer, tocar, pero…”

Los ojos verdes lo miraron con cariño, un cariño que lo hacía sentirse mejor, con valor: “No valgo tanta consideración Ray, pero gracias amigo.”

“Con un carajo Frank, ¿qué dices? Anda, abre y toquemos alguna canción.”


Ray no dejaría solo a Frank quien siendo tan impulsivo y sintiéndose tan miserable en esos momentos, podía cometer una locura, estaba en sus manos evitarla y lo haría.
Entraron al apartamento y, como había dicho a su compañero, Iero sólo quería dormir para olvidarse un poco de todo y se tumbó en un sofá. En realidad la compañía de Ray lo estaba sosteniendo con fuerza, mientras él se encontraba pendiendo al filo de un abismo, dispuesto a soltarse en cualquier instante.

Ray se quedo a su lado, se preparó algo de comer y luego se puso a ver la tv, mientras el estaba perdido en un mar de sueños.

*****

“Agrr ahh, te adoro Frank.” Gimió Gerard al separarse de la voraz boca del músico, luego se quito la playera para pegarse a su piel tibia enloquecido de deseo.

“Estás jugando conmigo” Dijo con entrecortada voz, apenas audible para el otro hombre que ahora se entretenía desabrochando el pantalón mientras besaba su bajo vientre.

“No, ya no es un juego.” Dijo apartando los labios de la piel y lo miró directo a los ojos, estaba agitado, pero en sus pupilas había claridad y al igual que en sus palabras.


“Gee.” Suspiró al volver a sentir la húmeda boca recorrer su abdomen: “No eres un buen mentiroso.”

El otro hombre reaccionó ante eso y se sentó encima de su cintura mirándolo otra vez directo al verde de sus ojos: “No juegues tu, conmigo.” Luego lo besó posesivo perdiéndose en su sabor. Viviendo el presente sin pensar en ningún futuro***


Gerard aventó la botella vacía contra la pared de su habitación:

“Maldito, jugaste desde el principio.”

Su voz apenas se entendía por la embriaguez. A su alrededor habían varias latas de cerveza y una botella vacía de vodka y otra hecha pedazos en el piso. La soledad nunca había sido buena consejera y ahora se volvía contra él de la peor manera, y él ya no tenía tanta resistencia como en el pasado. Con eso tenía que bastarle.


Trato de ponerse en pie, pero no lo consiguió y se quedo tirado en el piso, a punto de perder la consciencia. Mucho había puesto en juego y ya era tarde para quitar la apuesta de la mesa. Si perdía, lo perdería todo, no valdría la pena seguir viviendo.
Ahora era sólo su decisión, como Mikey dijera, porque él ya le había dado todo y tal vez aún así, no hubiera sido suficiente.

“Te amo tanto Frankie…” Murmuró casi perdiéndose, y lentamente sus ojos se cerraron.

*****

No conseguía concentrarse, no podía pensar en otra cosa, ya había intentado durante todas esas horas y simplemente la misma historia seguía desfilando por su cabeza. El mismo nombre.


Todo tiempo pasado siempre fue mejor. Había sido más feliz, había sufrido menos, había sido amado más. ¿Por qué el tiempo no lograba detenerse? Siempre se recuerda cuando la vida no tiene rumbo, cuando esta vacía y no hay nada que hacer más que esperar a que todo siga pasando, a que pase algo que mágicamente cambie la monotonía.


Era el tiempo de esperar por una respuesta del destino, ya se había dejado vencer, ya había embestido con insistencia y nuevamente lo perdía todo. Con ese amor nunca se sabía que era lo que venía por delante.
El mismo hombre, sólo él era quien podía dar el paso siguiente. Herir más y seguir amando. ¿Lo aceptaría?
Tal vez era mejor preguntarse si lo resistiría.


Mikey se dio vuelta en la cama y trato de parar sus pensamientos, con suerte se dormiría por unas horas.

*****

Ray abrió los ojos, le dolía la espalda y uno de sus brazos estaba entumido bajo el peso de su cuerpo. Se movió lentamente y con algo de dificultad, había sido una siesta agotadora en ese incómodo lugar. Una vez que se sentó en el sofá vio que enfrente Frank seguía dormido, se levantó y por la ventana observó que el sol estaba empezando a ocultarse. Se sorprendió por que habían dormido mucho, tal vez unas tres horas seguidas, y aún su amigo seguía acostado sin miras a que fuera a despertar pronto.


“Tengo hambre.” Dijo en voz alta y fue de nuevo hacía la cocina, justo en el camino su celular comenzó a timbrar:


“Hola Brian.”


“Por fin alguien contesta.” Dijo impaciente y al parecer molesto.


“¿Qué es lo que pasa?”


“Que nadie se digna a contestar su cel, ¿dónde están todos?”


Ray se preocupó:


“No lo sé, estoy en casa de Frank. Pero dejamos a Gerard y a Mikey en el estudio.”


“No hay señales de ninguno. Bob y yo fuimos a almorzar y cuando regresamos no había nadie. El maldito ensayo se canceló por que no los localizo.”


“Siento no haberte avisado, pero hubo un problema con…”


“Ya no podemos seguir con problemas, ¿qué diablos les pasa? La banda es primero.”


“¡Calmate Brian!”


“Tenemos presentaciones encima Ray, y el tour en una semana, ¿Te parece poco?”


“No hombre, pero Frank está…”

“En serio Toro, tenemos que seguir con los ensayos, si localizas a los Way les avisas. Tengo que irme.”


El mal humor de su manager contagió al guitarrista, pero Brian estaba en lo cierto, los problemas personales de sus amigos se estaban metiendo al estudio y como estaba la situación, era posible que la banda no lo soportara. No quería ni pensar en cómo terminarían las cosas, pero temía lo peor.


Trató de alejar esos malos presagios de su cabeza, cuando otros peores se le pusieron enfrente: “¿Cómo estarían los hermanos?”


De inmediato comenzó a marcarles a sus celulares, pero ninguno contestaba. Ray no sabía qué hacer, no podía dejar a Frank solo para ir a ver cómo estaban Mikey y Gerard. Toda esta situación lo angustiaba y el no poder hacer casi nada era lo peor, le crispaba los nervios.Tal vez Bob pudiera ayudar.

*****

El rubio baterista llegó tiempo después que anocheciera al apartamento de Gerard, había podido comunicarse con Mikey y luego de hablar con él por varios minutos intuyo que se encontraba bien, triste, pero finalmente estaba calmado y no se preocupo más por él. Era cosa suya superar esta difícil etapa, no podía hacer más que ofrecerle su apoyo moral.


Una vez que verificó que uno de sus amigos no corría peligro siguió tratando de contactar con Gerard, pero había sido inútil, él no respondía, así que decidió ir a buscarlo a su casa.


Tocó una y otra vez sin obtener ninguna respuesta, el portero le había dicho que el Sr. Way estaba en el edificio desde el medio día y que estaba solo, por lo que comenzó a sentir una extraña sensación mientras seguía tocando sin resultado. Parecía que no había nadie en el lugar y entonces la preocupación se hizo más grande, ya no volvió a intentarlo sino que bajo nuevamente en busca de las llaves del apartamento. Esto podía ser una emergencia, cómo olvidar los viejos tiempos, muchas veces habían pasado por lo mismo con Gerard. Pero años después esto podría convertirse en una tragedia, él médico lo había dicho, ‘’si sigue así no habrá vuelta atrás’’. Su amigo podría no resistir un acto desesperado por escapar.
Una vez que llegó al lobby del edificio corrió en busca del portero, le explicó la situación y en pocos minutos abrían la puerta de la casa y Bob llamó al vocalista: “Gerard, ¿estás aquí?, Gerard.”


“Gerard, ¿estás bien?”


Silencio.


El baterista luego de revisar la sala, el estudio, y la cocina se fue directo a la habitación. Se quedó petrificado cuando abrió la puerta y vio a su amigo tirado en el suelo, sintió un frío helado recorrerlo y su cara se tensó al ver la cantidad de latas que había y las dos botellas vacías. A pesar del temor se apresuró para ir a su lado, lo volteó y reviso el pulso, el contacto de sus manos frías le erizó la piel, entonces Bob se quedo inmóvil mirándolo por unos momentos hasta que:


“¿Se encuentra bien?, o ¿llamó una ambulancia?” Preguntó cautelosamente el portero que había ido con Bob, en caso de que necesitara ayuda.


Bob giró el rostro y su terrible expresión hizo pensar lo peor al portero, hasta que el rubio contesto: “No, creo que solo esta muy tomado. Llamaré a su médico particular. Con suerte estará bien.”

“Déjeme le ayudo a levantarlo.”

“Está bien. Gracias.”

Los dos hombres levantaron al músico del piso y lo acomodaron en la cama. Bob llamó a Ray y a Brian para informarles lo que había pasado y evitar que siguieran preocupándose por su paradero.


Una vez que el médico revisó al vocalista dijo que solamente estaba muy tomado, pero que no había necesidad de llevarlo al hospital, porque su cuerpo se encargaría de desintoxicarse solo. Aconsejó que cuando Gerard despertará acudiera a una consulta en caso de que se sintiera mal, le dejo unos analgésicos para contrarrestar los efectos de la resaca, y se retiro sin más.


El rubio volvió a llamar a Ray, quien al escuchar las buenas noticias por fin pudo tranquilizarse un poco. Acordaron que no le dirían nada del asunto ni a Mikey ni a Frank, porque no querían empeorar la situación.


En cuanto a los ensayos Brian, a pesar de estar molesto por que sus músicos mezclaran la vida personal con el trabajo, comprendió la situación y decidió darles un día libre. No podía hacer más cuando tenía el próximo tour tan cerca.
Así que descansarían ese sábado y hasta el lunes volverían al estudio.

*****

El fin de semana se pasó rápido entre la resaca de los problemas y los fantasmas del dolor acecharon a los tres músicos. Sus recuerdos los acompañaban, cuando pensaban cómo sería tener que borrarlos para empezar de nuevo, se estremecían en la negación. Hubieran querido aparecer en otra realidad, en otro tiempo, lejos del amor de su vida. Hubieran querido soñar para siempre, quedarse quietos, dejar de sentir.


De los tres Mikey era el único que había tomado una decisión, y estaba listo para enfrentarse a todos. Esos días comprendió una cosa que le trajo claridad a su cabeza, hería de muerte a su corazón, pero le daba paz a su alma. Lo haría sin importar nada, ni lo que Frank hiciera, porque ya nada volvería a ser como antes. El daño estaba hecho y llevaría la cicatriz para toda la vida. Para él era lo mejor, y quería vivir, dejaría en su lugar el pasado.


El bajista miraba por la ventana de su habitación, la noche se veía tan amenazadora, tan solitaria que lo atemorizaba, de ahora en adelante ese panorama lo viviría solo.


Él se iría.

*****

Realmente los problemas personales estaban afectando a la banda: como en los viejos tiempos Gerard no se concentraba y olvidaba la letra de las canciones, Mikey desafinaba y simplemente Frank no llevaba el ritmo, se perdía y gracias a eso Bob quien trataba de esperarlo hacía que los demás se equivocaran.


“¡Esto es un maldito desastre!, ¡¿qué diablos les pasa a todos?!” Grito Brian furioso saliendo de la cabina de audio, los miró severamente a cada uno y nadie respondió nada, sabían que no estaban haciendo un buen trabajo a causa de su falta de atención.


“Tres horas pérdidas, ¡increíble! Tomen un receso de media hora.” Dijo y salió de ahí, porque él también necesitaba despejarse del ambiente pesado que reinaba en el lugar.


Habían llegado puntuales a la cita e inmediatamente se pusieron a tocar, deliberadamente Brian no les había dado tiempo de conversar o iniciar una disputa más. Creía que la música los ayudaría a relajarse, pero esta vez ni eso aligero el clima de rencores y tristezas entre los muchachos de su banda.


Si la situación seguía así, tal vez fuera necesario suspender el próximo tour, o por lo menos atrasarlo unas semanas, pero eso afectaría significativamente la imagen de My Chemical Romance, cuyo éxito empezaba despuntar con fuerza internacionalmente.


Ninguno de los chicos hablaba, cada uno se encontraba alejado de los otros, atendiendo sus asuntos, ignorándose, evitando cualquier hiriente contacto. Ray y Bob se quedaron ahí como precaución y tratando de hacer las cosas menos difíciles para sus amigos, quienes no se atrevían ni a mirarse entre sí.


Frank era el más afectado de los tres, su rostro reflejaba la angustia que vivía y su triste mirada la culpa que llevaba a cuestas por amar de más, por haberse enamorado de quienes no debía.



Gerard estaba ausente, aún no superaba el haber recaído en el alcohol, no era que se hubiera hundido de nuevo, sino que el solo haber dado un paso en falso lo decepcionaba de si mismo y echaba años a la basura por haber sido débil ante su vicio, aún por un solo día. Estaba apenado con sus amigos y ahora más que nunca no se creía merecedor del amor de Frank. En un momento se acercó a Bob:

“Hey Bob.”

“¿Ya mejor?”

“Si, gracias. Bob… yo quería pedirte que…”

“No hay problema Way, ellos no lo sabrán.”

El vocalista se sintió aliviado por no tener que pedirles un favor más por esa terrible situación, sus amigos lo entendían y agradecía infinitamente a la vida por su amistad.


“Gracias.” Y sin evitarlo el vocalista estrecho a Bob con cariño, se sentía como basura, tan vulnerable, pero tenía quien lo apoyara y eso no tenía precio.



Frank se encontraba charlando con Ray de cierta canción, pero le llamo la atención el momento en que ambos músicos se abrazaron y el otro guitarrista lo notó. Se puso nervioso, porque sabía que Frank empezaría a hacer preguntas, y él era muy malo diciendo mentiras.



Pero el menor solo se quedo observando a Gerard, lo veía con tanto cariño y admiración que Toro se conmovió, ¿cuánto debía amarlo que a simple vista se le notaba? En eso Ray sintió otra mirada sobre ellos, era Mikey, que no quitaba sus dolidos ojos de Iero. En ese pequeño instante Ray Toro comprendió todo, para él quedaba más que claro. Pero al parecer a los protagonistas de esa historia les era difícil ver la realidad, aceptar la fuerza de los sentimientos.

Sin dar tiempo para más Brian enteró al estudio y todos fueron a alistarse en sus instrumentos, pero Mikey se aproximó al manager:

“Necesito hablar contigo.” Le dijo con la convicción que esas inocentes miradas le dieron, él ya lo había decidido y ahora confirmaba que era lo más acertado que podía hacer, el resentimiento jamás lo dejaría en paz.




“OK, después del ensayo.”

“No, ahora Brian. Es necesario, por favor solo unos minutos.”

Al ver la seriedad en las palabras del bajista, su representante accedió: “Vamos al estudio, para estar en privado.”


Y se encerraron, lo que extraño a los demás, menos a Frank que tenía su atención puesta en otros ojos avellana.


Ray salió del estudio aprovechando para ir por una soda y Frank se quedo solo sosteniendo su guitarra, sus ojos seguían los movimientos del vocalista, tanto que ni siquiera se sorprendió cuando él le dirigió una tímida sonrisa. Simplemente no podía dejar de mirarlo, se sentía bien hacerlo. Tuvo el impulso de ir a preguntarle cómo se encontraba, no sentía temor, sólo confianza, algo que lo llenaba de seguridad, de un deseo irrefrenable de estar cerca.


Había un lazo invisible que los unía, a pesar de todo el dolor que habían vivido.



Frank se acerco con cautela al vocalista, y se miraron un momento en silencio. Luego Gerard habló primero:


“Hola”


“Hola.” Respondió Frank bajando la mirada


Había una magia, algo sobrenatural que limpiaba las fallas, la hoja estaba en blanco, y se encontraban en un mejor lugar.


“¿Estás bien?” Ahora preguntó el guitarrista y Gerard desvió la mirada y no contestó


“Gerard, yo… siento todo esto, yo…”


“Basta Frank.” Dijo con pesar, sus ojos se nublaron y con su mano detuvo las lágrimas: “No toda la culpa es tuya.”

Gerard no podía creer que lo amara tanto como para olvidar todo lo que había pasado, pero lo hacía, lo amaba más que a su propia vida. Ni el orgullo, ni el rencor tenían cabida en este amor: “Esto pasará un día. Frankie solo dijimos adiós con palabras.”

Frank asintió y trato de sonreír, sí, era una realidad que lo amaba, pero también lo era que su corazón estaba dividido en dos. 

Justo en ese instante Brian y Mikey salieron de la cabina de audio y el manager dijo que tenía algo que comunicarles:


“Creo que tienen que saberlo desde este momento. El tour se retrasará dos semanas.”



“Pero, ¿por qué?” Dijo Bob, hablando por todos que miraban expectantes a su manager.



“Será tiempo suficiente para conseguir un nuevo bajista. Mikey sólo nos acompañará las dos primeras semanas antes de dejar la banda.”


Se hizo un silencio sepulcral en el que Frank miraba con incredulidad a Mikey.


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