martes, 17 de junio de 2014

It ends tonight; Capítulo: #6

Capítulo: #6

It's Too Late To Fight (I)

Ese contacto luego de un rato parecía que no se rompería aunque se separaran, así que Mikey sin poder soportar ese martirizante abrazo quitó sus manos firmemente alejándose de él.

Volteó y al verlo se sorprendió de lo miserable de su aspecto, sintió el impulso de abrazarlo nuevamente, pero él habló: “Yo sólo quiero que no te lastimen.” Dijo con la mirada baja.

Mikey sonrió amargamente sintiéndose un imbécil por haberse ilusionado en ese momento cuando le pidió que no se fuera con él, pero al escucharlo regresó a la realidad. Que el amara todavía con todo su ser a Frank no significaba que él alguna vez hubiera sentido lo mismo, habían terminado y eso no tenía vuelta atrás.

Ninguno de los dos notó la presencia de unos ojos verdes siendo testigos de parte de esa escena con un sentimiento de sorpresa mezclado con celos.

Unos segundos pasaron y al fin el vocalista decidió entrar al estudio y los vio ahora más claramente ahí parados frente a frente con un aspecto sombrío en sus rostros, su corazón dio un vuelo que lo paralizó. Inmediatamente su hermano salió y los dejo solos, Gerard no lo miro siquiera, su atención estaba concentrada solo en el guitarrista.

“¿Pasa algo Frank?” Una tristeza se posó en sus ojos al preguntar.

“No lo sé.” No era capaz de mirarlo.

Way sólo lo recibió en sus brazos cuando él se aproximó, sintiendo un pinchazo en el estómago al tiempo que él buscaba sus labios desesperado, y entonces rompió ese fugaz beso.

Lo observaba fijamente preguntándose qué diablos le pasaba a Frank, examinaba sus facciones tensas, la mirada evitando hacer contacto con la suya y temía preguntarle, pero no podía ignorar que lo había visto abrazando a su hermano y que ahora actuaba tan extraño, además de ese beso frío y ausente. Para su mala suerte supo que ese sentimiento no podía ser otra cosa que celos.

“¿Qué paso Frank?”

Iero le dio la espalda para ir a tomar su guitarra y luego de respirar profundo volteó a verlo. Ni él mismo sabía qué había pasado exactamente, pero se sentía culpable y parecía que tenía una espesa neblina en la cabeza que no lo dejaba pensar claro ni mirar a los ojos a Gerard

“Nada Gee…” 

Gerard lo miró, sus grandes ojos avellana parecían disculparse reflejando un cariñoso brillo que lo reconfortaba. Amaba tanto a Frank. Se adelantó hacia él y tomó su mano acariciándola por unos momentos, luego lo atrajo hacía si pegándolo a su cuerpo: “Sabes que te amo Frank.” Sus miradas volvían a fundirse en una.

La respuesta se convirtió en un fuerte abrazo seguida de un vehemente beso: “Yo también te amo.” Murmuró pegado a su boca, ¡Qué poder hechicero tenía esa boca! Todo dejaba de importar cuando Gerard lo besaba.

Momentos después salieron del estudio para ir a comer por ahí y simplemente pasar el tiempo juntos, aunque el vocalista se llevaba consigo ese sentimiento que lo inquietaba en lo más profundo de su ser.

*****

Mientras tanto Mikey que había salido del estudio en cuanto vio a su hermano al llegar a su auto lo primero que hizo fue marcar el número de uno de sus amigos: “Hey Stump, ¿cómo estás hombre?... Si me enteré, que mal plan… Pero bueno, pues quería ver si me pasabas el cel de Peter…”

*****

Los días pasaron entre la monotonía de los ensayos que se habían transformado en insoportables e inevitables reuniones de trabajo en donde sólo se limitaban a repetir una canción tras otra mecánicamente y las noches que eran su único respiro.

Para Frank y Gerard transcurrían entre la reconfortante compañía del otro ya fuera leyendo, tocando, viendo tv, hicieran lo que se les ocurriera sus noches siempre las terminaban perdidos en la pasión. Mientras que para Mikey las noches se convirtieron en su pasado con Pete Wentz.

El bajista decidió recuperar la amistad de Wentz, ‘’sólo eso’’ le había aclarado y el otro músico había aceptado de muy buena gana, porque a pesar de que le hubiera gustado empezar inmediatamente una relación más íntima comprendía que su Mikey estaba aún muy herido por el rompimiento con Frank y de ninguna manera quería lastimarlo esta vez.

Así que comenzaron a frecuentarse nuevamente, unas noches sólo cenaban, otras salían por ahí o iban a algún antro de los múltiples que Pete conocía, y siempre terminaban tocando en el apartamento del cual se encontraran más cerca. Estaban construyendo nuevos momentos juntos y ambos se sentían muy bien con ello. 

Aunque Mikey cada día se veía más animado y dejaba de prestar atención a la relación de su hermano con su ex una triste melancolía no dejaba de brillar en su mirada.
No ocultaba que estaba viendo a Wentz porque simplemente no había nada que ocultar de esa renovada amistad, pero para Frank era insoportable y le hacía insufribles los momentos que tenían que compartir por la banda,

El guitarrista no sabía porque se sentía enojado todo el tiempo, tanto que varias veces había discutido con Gerard por tonterías sin importancia, actitud que ya estaba exasperando a Way.

“¡No es mi maldita culpa que dejaras a Pansy sobre la mesa!” Gritó fastidiado Gerard parándose frente a Frank.

Accidentalmente el vocalista había derramado su café y Pansy termino con unas gotas de la bebida encima.

“¡Con un carajo Gee!”

“Si tan sólo fueras más cuidadoso.” 

“Tú eres el torpe. ¡Mira nada más como la dejaste!” 
La mirad de Gerard se encendió.

“¡No me provoques Iero! Además no es para tanto!”

“¡Maldición! ¡Cómo que no es para tanto!”

“Estás de un maldito humor del demonio, me voy.” Y Way se encaminó a la puerta.

“¡Has lo que quieras!”

Gerard que había terminado por enojarse salió de ahí dando un portazo sin siquiera voltear a verlo, no iba a soportar otro de los berrinches de Frank. Estaba cansado de su mal humor y ni siquiera sabía la razón, así que salió de ahí para despejarse con rumbo a su apartamento porque necesitaba pasar un tiempo a solas. 

Realmente se estaba convirtiendo en un dependiente de la compañía de Iero, sentimiento que lo asustaba porque no tenía control sobre el. Lo amaba demasiado y el solo pensar en perderlo lo afligía como ninguna otra cosa en el mundo.

En esos momentos se sentía tan malditamente triste por haberse peleado que estuvo tentado a regresar para disculparse, pero su orgullo luchaba para mantenerlo firme en espera de que Frank se diera cuenta que su actitud estaba afectando su relación.
Era algo difícil porque cuando se trataba de Frank el Gerard seguro de si, independiente y orgulloso desaparecía para darle paso al hombre perdidamente enamorado dispuesto a dar todo de si por aquel dueño de su corazón.

Way llegó a su apartamento y para alejar a su novio de sus pensamientos decidió ponerse a leer y si se la paso unas horas hasta que ya cansado se metió a la cama para dormir, cosa que últimamente no hacía. No pudo evitar sonreír recordando lo extraordinario de amar a Frank y así se quedó sumido en sus recuerdos: “Sólo está noche babe, mañana todo quedará olvidado.”

*****

Mientras tanto Frank seguía furioso por lo de su guitarra consentida y no tenía ninguna intención de disculparse, se ahogaba estando ahí así que tomó las llaves de su auto y salió.
Ni siquiera se daba cuenta que esa pelea había sido completamente innecesaria y una exageración de su parte, un mal humor oculto lo controlaba. Dio vueltas y vueltas por las calles sin dirigirse a ningún lugar determinado, su mente estaba en blanco. 

Minutos después se encontró en medio de una calle familiar, miro a los lados y pudo reconocer los edificios, entonces se orilló frente a aquél que siempre lo había hecho.Había llegado hasta ese lugar sin proponérselo y ese hecho lo sorprendía e inquietaba, ¿porqué rayos estaba estacionado frente al edificio dónde vivía Mikey Way?


Frank se quedo pensando por un momento y sentía una ansiedad revoloteando en su estomago al sentirse tan cerca de Mikey y quería verlo, era lo único que quería. Tal vez había llegado hasta ahí movido por un impulso desconocido, por un sentimiento desconcertante que no lo había dejado respirar tranquilo desde que lo dejara, pero eso ya no importaba, quería verlo con un deseo que hacía latir su corazón. Esa simple posibilidad lo emocionaba llenándolo de una felicidad que parecía haberlo abandonado los últimos días.

Ahora que estaba ahí entendió que no era culpa, sino una necesidad que se había estado ocultando tras ese mal humor disfrazada de resentimiento y desasosiego. ¡Qué falsa preocupación por el bienestar de Mikey! Cuando todo se trataba de egoísmo, porque lo estaba perdiendo definitivamente. El que el bajista estuviera con otro ponía el punto final a su relación de años, no había vuelta atrás.

¿Volver? Se preguntaba, ¿volver a qué? ¿Por qué volver?

Nuevamente por otro impulso salió del auto y se dirigió al apartamento, lo único que tenía claro en medio de esa enorme confusión era que necesitaba ver a Mikey. Su cuerpo solo no podía evitarlo y llegó frente a su puerta, tratando de sentir su presencia puso la palma de la mano en la puerta.


Se quedo mucho tiempo ahí hasta que escuchó un murmullo que le sonaba tan lejano y volteó el rostro para ver de donde provenía. Parpadeó repetidamente sin hacer ningún otro movimiento, su mano aún seguía sobre la puerta y como si el mundo estuviera moviéndose a un ritmo lento vio como una hermosa sonrisa de dibujaba en el pálido rostro que se agachó por un momento hasta que unos dedos lo tomaron de la barbilla, luego todo perdió su color cuando lentamente los labios se juntaron en un toque suave y amoroso que hizo punzar con rabia su corazón.

Estaba paralizado, inconscientemente había girado el rostro para no mirar más a Mikey besarse con Peter y fijaba su mirada en el piso.

“¿Frank?” La voz del bajista sonó temerosa, casi como un sollozo: “¿Qué haces aquí?”

El otro chico no se movía y Mikey tuvo que tocar su hombro para hacerlo reaccionar: “¿Por qué viniste?”

Un susurro: “Porque te amo.” Y volteó a verlo con la mirada nublada.


No hay comentarios:

Publicar un comentario