martes, 17 de junio de 2014

It ends tonight; Capítulo: #8

Capítulo: #8

Just A Little Insight Won't Make This Right

No hubo más palabras.


En cuanto entraron al apartamento la habitual penumbra se convirtió en la nostálgica atmósfera de noches pasadas, el ambiente enrarecido que el deseo produce los envolvió.


Y sus corazones sólo latían fuerte, los murmullos de la noche llegaban hasta ellos como un lejano eco, todo se convirtió en sensaciones, todo eran los labios de uno recorriendo el cuello del otro, sus manos paseando por sus cuerpos libres como siempre.


Frank se abrazo con fuerza a él, pero Mikey se separó para arrancarle la ropa de encima y se fue sobre su cuerpo con ferocidad. El otro lo recibió aún más voraz devorando sus labios enrojecidos, pegándose a su torso, metiendo las manos dentro de los jeans y se dirigieron al sofá chocando con todo lo que se encontró a su paso, descontrolados por la pasión.


Ambos se creían parte de un sueño, como si vieran a través de un espejo lo que hacían y creyeran que no se trataba de ellos mismos. Mikey estaba como fuera de sí, ya no besaba a Frank en los labios, solo acariciaba y lamía cada centímetro de su cuerpo desnudo. Sus manos iban por su vientre hasta su erección mientras lo veía a los ojos llenos de deseo y seguía tocándolo con más fuerza.


De pronto una calidez que estaba más allá de la lujuria apareció en la mirada avellana y Mikey cerró los ojos, se inclinó sobre su cuello besándolo y sus manos volvieron a recorrer su torso, podía escuchar los ahogados suspiros del guitarrista.


Frank buscaba su mirada y su boca, pero él estaba inmerso solamente en su cuerpo, saciando esa necesidad de su ser aún amado.


“Mikey… bésame…” Murmuraba mientras sentía como el otro dirigía sus labios más allá de su vientre y tembló al sentir la humedad de su boca haciendo un camino entre sus muslos para alcanzar al fin su excitada virilidad.


Frank no podía dejar de gemir el nombre de su amante, cada vez más quedamente hasta que él acudió por fin a su llamado y se enderezó para tenerlo frente a frente. La mirada de Mikey era acuosa y sus ojos no podían parecerse a los de nadie más, entonces de nuevo el guitarrista lo quiso besar, pero él lo evito y pegó su mejilla contra su rostro, acariciándolo con algo de ternura en ese gesto que a Iero le pareció tan frío.


“Ven aquí” Lo jaló pegándolo a su cuerpo y Frank rodeo su cintura con las piernas aferrándose a su cuello con sus labios, sus manos abrazando con fuerza su espalda y ahora Mikey era el que gemía atrapado en ese íntimo abrazo.


Sus manos volvieron entre las piernas del guitarrista y en un momento lo poseyó, de su garganta salió un contenido grito. Fue entonces cuando Frank tomo su rostro entre las manos haciendo que sus miradas se fundieran también, quería sentirse cerca, quería romper la distancia que el otro ponía al no querer besarlo.

El bajista no lo evitó, luego recargó agotado su frente contra la suya, empujando sus caderas contra él en busca de las luces del infinito que ese placer le provocaría, como antes, como siempre.


Frank quería un beso entonces con el rostro hizo que Mikey lo viera de nuevo a los ojos y se pegó a su boca entreabierta, al sentir la caricia tímida de su lengua, vibró con un éxtasis extraño que lo hizo sentir completo y apuró el ritmo cadencioso de sus caderas. Ahora se movía con urgencia al igual que Mikey que ya no contenía su gemir pegado a los labios de Frank, dejando a su lengua recorrer esa tentadora boca.


El frenesí los guiaba, el caliente sudor que impregnaba su piel rozándose mientras uno en los brazos del otro se dejaban arrastrar por el placer, por esa pasión que seguía encendida, que tal vez nunca se había apagado.


Sus labios se separaron sin poder contener más los gemidos y Mikey refugió el rostro en el cuello de Frank, ambos se apretaban contra el cuerpo del otro y su movimiento ya no tenía control. De pronto con un extasiado suspiro Frank se dejo caer entre sus brazos, echo su cabeza atrás y se movía todavía con vigor sobre Mikey quien luego también se dejo ir y se estremeció fuerte llenado a Frank de su enardecida esencia.


Estaban apenas con fuerzas, los latidos furiosos de sus corazones igualaban a la agitación de su respiración, pero no querían soltarse y permanecieron en ese abrazo mucho tiempo.


Mikey volvió a la realidad y en un movimiento hizo que los dos quedaran separados sobre el sofá. Frank seguía todavía aletargado pensando en lo que había hecho y por alguna razón no se arrepentía, estaba por completo calmado y no quería dejar escapar todas las intensas sensaciones que acababa de vivir. Sólo sabía, al evocar el rostro de Mikey amándolo, que esa cara nunca le recordaría a nadie más, que sus grandes ojos no se parecían a los de nadie, porque ese era Mikey, en ese momento no había ninguna confusión.

Luego volteó el rostro y él estaba boca arriba absorto en sus pensamientos también, entonces quiso acercarse, pero Mikey evitó el abrazo levantándose y al instante poniéndose sus boxers.

“¿A dónde vas?” Preguntó inocente Frank.


“Voy a darme una ducha.” Y lo miró fríamente: “Espero que cuando salga te hayas ido.” Se dio la vuelta para irse mientras Frank sintió un frío helado hundirse en su corazón y luego Mikey giró para añadir: “¿Qué creías?... Yo no soy como él.”


“¿Por qué diablos lo permitiste entonces?”


“Eso fue sólo sexo. Ahora ya vete Frank.” Y se fue dejándolo desconcertado sentado en el sofá.

*****

Mikey entro apenas con toda la entereza al baño, pero en cuanto se vio protegido por la privacidad que le ofrecían esas cuatro paredes se desplomó desconsolado en el piso: “¿Por qué te amo tanto Frank?” Sollozaba quedito, no le importaba llorar así por él, no podía controlar el sentimiento y en ese momento se sentía tan solo. Hubiera querido ir a refugiarse con aquellos que antes le daban su apoyo: Gerard y Frank, pero ellos lo habían traicionado.


Las palabras que le había dicho a Frank rondaban sus pensamientos, habían sido unas palabras muy hirientes, porque pudo verlo en sus ojos y en su expresión descompuesta. Pero no había podido evitarlo, su orgullo se impuso esta vez a pesar de lo vulnerable que se encontraba y de que sabía que lo amaba aún más que antes. Y los celos lo cegaban, el rencor hacia ambos, él no haría lo mismo. Simplemente no tenía esa sangre fría de Gerard.


No quería pensar en qué diablos pretendía Frank, no quería volver atrás. Aunque en lo profundo de su corazón guardaba la esperanza de que aquellas palabras que le dijo hicieran a Frank comprender que él no estaba dispuesto a una aventura, que no quería juegos y que no estaba a su disposición. Era mejor para su estado de ánimo hacerse el indiferente que mostrarle a Frank cuánto lo afectaba su sola presencia.


Se quedo ahí en el suelo un poco más calmado hasta que escuchó como se cerraba la puerta y se levantó de inmediato. Él se había ido, se había ido sin intentar nada más. Respiro con dificultad como si algo oprimiera con fuerza su pecho, y entonces salió a la sala. No había más que la esencia de Frank impregnada en el ambiente.


Al fin y al cabo tal vez era lo único que había querido, una simple noche de sexo y nada más. 

*****

Por un momento Frank hubiera querido rogarle a Mikey por una segunda oportunidad ante la satisfacción de haber vuelto a estar entre sus brazos, pero luego esas palabras le dijeron que lo había  herido demasiado y dolorosamente lo volvieron a la confusa realidad. Aún así su rechazo fue duro de asimilar, no tuvo la fuerza para nada más, no había justificación o una explicación sencilla para lo que había hecho. No pudo más que salir  de ahí.

*****

“Yo creo que no hay por qué preocuparse Gee. Lo conoces, ha de estar comiendo con ella.”


“No, tuvo que avisarme. Sabía que lo esperábamos.”


Gerard no quitaba el gesto de preocupación del rostro y se paseaba de un lado a otro ante un tranquilo Bob.


“¿Qué tal si le paso algo? Debimos llevarlo, no es bueno andar en taxi y sólo, no debí dejarlo, seguro algo le paso y ¿qué si lo asalta…”


“¡Tranquilízate ya Gerard! Nada le paso a Frank, simplemente se quedo más tiempo con su madre. Él dijo que tenía días de no verla.” 


“Pero es que él me hubiera llamado y…”


Bob ya no sabía que más decirle a su amigo para que dejara de preocuparse por el paradero de Frank que no los había llamado para reunirse y comer juntos. Ambos ya se encontraban en el apartamento del vocalista tratando de localizarlo en el celular, pero sólo los mandaba al buzón, justo iban a llamar a casa de su madre cuando el cel de Gerard sonó:


“Hola, ¿estás bien babe?” La voz pasó de alterada a un tono enternecedoramente tranquilo: “Ok, sólo estaba preocupado… Ok, nos vemos, te amo.”


Bob miraba a su amigo con una sonrisa de ‘te lo dije’ y cuando éste colgó movió la cabeza en un gesto de desaprobación: “Par de tórtolos. Bueno pues ya que dio señales de vida, creo que puedo irme.”


El rubio se encaminó a la puerta seguido por un sonriente Gerard: “Como dijiste su madre le preparó de comer.”


“Era obvio, pero bueno entiendo que no puedas evitar preocuparte. Luego nos vemos Way.”


“Va, adiós y gracias Bob.”

*****

Minutos después Gerard recibió otra llamada:


“Gerard, es que…” Y se quedó callado.


“¿Qué pasa Frankie? ¿Todo está bien?”


“Sí… este… es que estoy cansado y me voy a quedar en mi apartamento… yo… espero no te moleste.” Dijo con la inseguridad reflejada en la voz que el vocalista no dejo pasar de largo.


Gerard se quedó callado.


“¿Gerard?” 


“Ok, si tu quieres. Nos vemos.” Y colgó sin más. 


Frank sabía que él empezaría a sospechar cosas, que estaba molesto y herido también por lo de la noche anterior, pero definitivamente después de lo que había pasado con Mikey no era capaz de verlo a la cara.

No porque se arrepintiera de lo que había hecho, sino porque no quería herirlo y  egoístamente tampoco quería apartarse de él. Sabía que Gerard se daría cuenta de inmediato si lo veía en ese estado.


Gerard dejo el teléfono y fue a sentarse al sofá, su rostro estaba más pálido de lo habitual y tenía un mal presentimiento por la rara actitud de Frank. No creía estar exagerando esta vez, algo le estaba pasando al guitarrista y un profundo temor lo invadió cuando pensó que tal vez la culpa era más grande que su amor.


Cubrió su rostro con ambas manos y se quedo así con la cabeza inclinada sobre su regazo, pensando y angustiándose a cada segundo que consideraba la posibilidad de que Frank no lo amará tanto como él lo hacía.


Se levantó con determinación y la idea de ir en busca de una respuesta, pero luego se quedo de pie ya frente a la puerta: “Creo que necesita tiempo.” Dijo en voz alta y volvió al sofá donde se quedo con la mirada perdida. Esa noche no concebiría el sueño. 

*****

Mikey había salido de la ducha y luego de recoger su ropa regada por la sala estaba como una estatua sosteniendo una prenda que no le pertenecía: una sudadera negra.


Frank la había dejado olvidada.


La miraba como si jamás hubiera visto algo que se le pareciera y recordaba cada caricia, cada beso que su dueño le diera hacían apenas unos momentos. Sacudió la cabeza tratando de evitar que esas imágenes se apoderaran de él e iba a ponerla donde la había encontrado, pero un aroma familiar llegó a él de la ropa y no pudo dejarla, no pudo parar sus recuerdos y lo único que quería era volver a vivirlos. Entonces estrechó la sudadera contra su pecho y se quedo así con los ojos cerrados.

*****

Al entrar y respirar la tranquilidad fría de su casa se sintió un poco aliviado, tenía al menos un refugio donde podía escapar de tanta confusión y sentimientos encontrados.


‘¿Cómo había llegado hasta ese punto?’


La calma duró poco cuando se topo con una antigua fotografía que gracias a que tenía tiempo de no ir ahí, ésta seguía puesta en el mueble al lado de otras.


Dos pares de ojos verdosos que parecerían idénticos para el espectador común, pero no para él, lo miraban sonrientes.


Su corazón se encogió.

Tomó el portarretratos donde él y los hermanos Way estaban los tres abrazados y con un aspecto sombrío fijo la mirada en la fotografía.

¡Cómo daba vueltas la vida!

Se quedó mirando por mucho tiempo al amor de su vida, a su amante.


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