lunes, 19 de marzo de 2012

There's no beat without you; Capítulo: #6

Capítulo: #6


El aroma penetrante del desinfectante con el que limpiaban los baños del psiquiátrico le causaba constantes mareos, el lugar era muy bello, eso no se puede negar, los pasillos iguales unos a otros, las puertas de blanco inmaculado, donde resaltaba en azul pálido el número identificatorio, todos los pasillos conducian a un pacifíco lago, rodeado de sillas y mesas estilo francés, en los que los pacientes solian tomar el sol y recibir visitas de sus familiares, Gerard asistia dos veces al día a terapia, una grupal y otra con su terapista personal, para él era muy difícil arrancarse a Frank del alma, desde el mismo segundo que lo conoció, el joven guitarrista se había convertido en su tabla de salvación.

Haló la perilla del sanitario, se quedó viendo como las pastillas giraban en el agua antes de ser tragadas por la tuberia, caminó con desgano hasta el lavamanos, cepillándose los dientes para que los enfermeros no sintieran el aroma a vómito en su aliento, no es que Gerard se opusiera a la medicación, las naúdeas eran involuntarias, tan pronto las pastillas llegaban a su estómago, las arcadas lo dominaban, y al pisar el baño el olor a desinfectante le aceleraba el vómito, tan solo llevaba cuatro días recluído, y se había acostumbrado a la rutina, es más, le gustaba estar allí, libre de presiones, de responsabilidades, de tener que sonreir ante las cámaras cuando lo que sentía era deseos de llorar.

Frank descolgó el teléfono de la suite nupcial del "Princesse Royale" , en la riviera Francesa, se sorprendió gratamente al escuchar la sosegada voz de Mikey del otro lado del auricular

- Él mismo fue, por su propia cuenta y se internó en la casa de reposo -

- ¿Firmó el documento? -

- Ajá, solo podrá salir de allí cuando el psiquiatra lo crea conveniente -

- ¿Estas seguro que esta vez no será como las anteriores, en las que apenas pasa una semana huye del lugar? -

- Te digo Frank, que firmó la orden donde renuncia a sus derechos, de la única manera que Gerard deje ese lugar es cuando la evaluación psiquiátrica sea positiva -

Dejó el teléfono sobre la mesita, no podía disimular la enorme sonrisa que decoraba sus labios, caminó hasta el balcón donde se encontraba su esposa, la tomó de las manos, conduciéndola hasta el borde de la cama, se sentarón frente a frente, ella pudo descubrir un brillo especial en sus ojos, y de inmediato adivinó

- ¡Gerard se internó! -

Frank asintió efusivamente con su cabeza, y sus ojos empezaron a llenarse de lágrimas, pero esta vez no eran de tristeza.

- No te pongas así, alégrate, todo salió como lo planeaste -

- Lo sé, estoy llorando de alegría -

Ella tomó con delicadeza la mano de Frank, deslizando hacia afuera el anillo del matrimonio, quitándose el suyo, y entregándoselos a Frank

- Creo que ya no necesitaremos usar esto - Sonrió, antes de levantarse y encaminarse al closet de la habitación

- Debemos empacar, hay mucho que explicar de regreso en América -

Frank la observó, no podía borrar esa sonrisa de sus labios, se levantó dando pequeños saltos, buscando su maleta para llenarla de sus cosas

- Mi papá me va a matar, ¡Ja! el pobre estaba tan abatido el día de la supuesta boda que me faltó poco para romper el silencio y decirle que todo era una medida desesperada -

- ¿Solamente tu Papá?, ¡Ay Frank, la familia Way entera te va a colgar! -

Frank meneó la cabeza mientras se inclinaba a recoger la ropa de las gavetas inferiores

- No, ellos entenderán, lo que hice fue por el bien de Gerard -

Aquel fue el vuelo más eterno que Frank tomó en su vida, sentía la urgencia de regresar a casa, de hablar con el terapista de Gerard, se sumergió en los recuerdos de aquel día en que decidió optar por medidas extremas para salvar al amor de su vida.

- Debes llevarlo al borde, lograr una conducta que lo empuje a internarse en la clínica, sé que es dificil Frank, pero debes hacerle daño -

El terapista pronunciaba cada palabra como si fuera algo muy fácil de hacer, de hecho para Frank la decisión no era tan sencilla de tomar, su psiquis estaba desequilibrada un poco, su amor profundo por Gerard lo había llevado a ignorar ciertos hechos y comportamientos, él sabía en el fondo que su amante no estaba bien, pero amaba el sentimiento de superioridad que tenía, ser él único ser por el cual Gerard respiraba, no se puede mentir, Frank estaba afectado, inclusive por momentos amenazaba a Gerard con dejarlo si no hacía lo que él queria, la bella relación que comenzó en la clandestinidad se habia transformado en algo enfermizo.

Pero el amor es sabio por si solo y la alarma se encendió una madrugada en casa de Gerard, después de unos cuantos días libres, se internaron entre las sábanas de su cama, y en ese preciso instante otro de los tantos síntomas de la enfermedad se manifestaba.

Frank abrió los ojos un poco molesto por el humo del cigarrillo que se encerraba en la habitación, Gerard no había logrado conciliar el sueño, se pasó la noche entera, fumando, bebiendo y contemplando el sueño de Frank

- ¿Tienes algo que no sea vodka? - Preguntó el aun somnoliento Frank, acomodando su cabeza sobre el pecho de Gerard - ¡Tengo tanta hambre que comería hasta carne! -

Sonrió esperando una respuesta de Gerard, sin obtener alguna

- Voy al baño - Dijo al fin, viendo los perdidos ojos de su amante

- ¿Qué vas a hacer? -

- Voy a desaguar - Apretó los labios esperando que Gerard sonriera por lo menos, pero no fue así, su amante parecia absolutamente perdido en sus pensamientos, al regresar del baño se metió entre las mantas, tratando infructuosamente de iniciar una conversación

- Quiero que me lo mames Frank -

- ¿Perdón? llevamos días en est cuarto, no me hablas y solo abres tus labios para eso -

Gerard estiró su mano poniéndola pesadamente sobre la nuca de Frank, empujando su cabeza hasta su entrepierna

- Que me lo chupes, he dicho -

La voz era fría, distante, como sí fuera un desconocido, Frank empujó su cabeza, librándose de la presión

- Sabes algo, creo que es mejor que me vaya -

- Te doy asco -

- No, Gerard, es solo que estás raro -

La mirada antes perdida de Gerard se enfocó en los ojos de Frank, tomádolo de los hombros, acercándolo a su cuerpo, lo besó despacio, retirando luego su rostro

- Amor, por favor me haría bien una buena mamada -

Frank suspiró resignado, inclinándose sobre la pelvis de Gerard, empezó a realizar lo que se le había pedido, sin ganas, sin interes, solo para complacerlo, Gerard gemia profundamente, en realidad aquéllo duró unos pocos minutos, terminando con el escaso semen de Gerard en la garganta de Frank

- No es suficiente -

- ¿Qué cosa Gee?, ya te viniste -

- Penetrame -

- Eh, no creo tener las energías suficientes, Gee, llevamos dos días en esto, hasta tú que aguantas tanto estás desgastado -

- ¡No me importa! - Gritó, completamente fuera de sí, llendo hasta la cómoda, abriendo desesperado los cajones, revolviendo la ropa, buscando algo que no halló, le dio una rápida mirada a la habitación, Frank lo veía desconcertado desde la cama, hasta que al parecer en el candelabro de la mesa de noche encontró lo que buscaba, tomó una vela de tamaño considerable, la llevó a su boca remojándola con su saliva, regresó a la cama, arrodillándose dándole la espalda a Frank, le entregó la vela

- Aca está, métemela -

- Gerard, por qué mejor no te relajas un poco... -

Le arrebató la vela de las manos

- Si no me la metes tu lo hago yo, al fin que no necesito para esto -

Frank se quedó aterrado observando a su amor, tan desequilibrado, masturbándose con fiereza, lastimándose al punto de hacerse sangrar. Las palabras del terapista retumbában en sus cabeza "Impulsividad sexual, tendencia a la auto flagelación, comportamiento errático, Frank por ahora todo se te hace fácil, pero llegará el momento en que perderas a Gerard a causa de su enfermedad"

Por eso optó por tener una novia, Sally, ella sería perfecta, lo amaba como a un hermano y estaria dispuesta a ayudarle.

El avión llegó a territorio Americano, Frank se imaginaba las posibles reacciones de todo el mundo al explicar que solo fue un ardid para empujar a Gerard a tomar la desición de internarse, pero es que el comportamiento de su amante tenía a todos quienes le rodean sometidos a su voluntad, si Frank le contaba a alguién de su plan corria el riesgo que por lastima alguno abriera la boca para calmar a un perturbado Gerard, y todo se vendría abajo.

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