sábado, 23 de junio de 2012

Revenge seekers; Capítulo: #37

Capítulo: #37

Sangre de lobos.

Aquella mujer que era refugio de tantos por una sola noche, a cambio de unos cuantos billetes se convirtió de nuevo en ese albergue temporal de los deseos carnales y los pesares del alma del hombre que por primera vez en su vida se sentía más solo que nunca, el recuerdo fugaz de la piel tensa, suave, tan infantil y a la vez tan sexual de su amado Frank, del hombre por quien perdió a su hermano, su cordura y la poca fe en el mundo que a pesar de ser una de sus víctimas predilectas, aun tenía en él.

Las gotas de las ultimas lagrimas que quedaba en sus bellos ojos verde oliva, fueron secados con amor por Silvia, quien lloraba al unísono con él, le dolía profundamente verlo así, lo rodeó con su cuerpo, con su alma procurándole un hogar temporal en donde desahogar sus penas.

Las escarpadas colinas de Quebec habían perdido su belleza desde que Gerard las abandonó con el corazón destrozado, Frank acariciaba la espalda desnuda de Laura mientras ella tendida boca abajo en la cama respiraba suavemente, gimiendo quedamente en cada caricia.

- ¿Dónde se habrá metido el tipo ese? -
- ¿Cuál? -

Frank respondió fingiendo no recordar, no saber a quien se refería, y era en momentos como este cuando sentía el deseo profundo de matarla.

- el de New Jersey, ese que te mostré el otro día, el que es enemigo de mi padre, es tan extraño Frank, como si él presintiera que ya venían a matarlo-

- ah!, ya recordé el tal Gerard...-

Le dolía tanto hablar de él así, sentía el impulso de tomar a esa mujer del cuello y gritarle en la cara que ese tipo era su único amor en el mundo, y dejarla allí sin vida, pero su deseo de venganza era mucho más fuerte.

- Law, ¿tan pronto nos vamos de acá, me vas a llevar a conocer a tu familia verdad?-

- Mmm si, pero ya sabes que mi familia no es común, y si tu no les gustas...-

Frank la miró directo a los ojos, usando todas las técnicas de seducción que aprendió cuando se prostituía

- amor, sabes que no quiero vivir sin ti, jamás he amado a nadie como te amo a ti, si a tu familia de mafiosos no les caigo bien, que me maten allí mismo, porque sin ti no quiero vivir -

Más dulce que la miel, cada palabra llenaba el corazón de Laura, le creía, a pesar de ser ella una mujer despiadada como su padre, no podía resistirse a las palabras mentirosas de Frank, sus enormes ojos se veían tan sinceros que ella no dudó ni un instante de su honestidad

- primero hay que buscar a la loca de mi hermana, hace un par de días que no la veo... tan pronto la encuentre nos vamos!-

- yo no quiero esperar tanto, mejor vámonos ya, y que ella nos alcance luego, al fin que los matones de tu padre llegaron a buscar al tipo ese para matarlo, que ellos busquen a Marion y la lleven después -.

Los Bloody Hunters son una pandilla formada por tres familias que provienen de una única raíz principal, el "Grandpa", el patriarca de todos, es la piedra angular de la familia, el orgullo de todos y cada uno que ya sea por sanguinidad o matrimonio acuden a él para todo y por todo, ni una hoja se mueve en New Jersey sin el Grandpa no lo permite.

Frank entró con miedo en la gran casona, si ellos conocían tan bien a Gerard había una posibilidad de estar fichado por los matones de los Bloody, caminó tímidamente, en su mente se imaginaba al Grandpa como un Don Corleone, sentado en su despacho, vestido de etiqueta, y estirando su mano para ser besada, en cambio se encontró con un anciano de rostro benévolo, frágil, condenado a una cama por el resto de su vida a causa de una bala en su columna que lo dejó cuadrapléjico, a su lado, de pie, un hombre de rostro duro, de presencia severa, levantó la mirada para encontrarse de frente con Frank, quien necesitó todas las fuerzas de su alma para no desplomarse en el piso al ver la cara del asesino de su Padre.

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