domingo, 4 de noviembre de 2012

Orange hallo; Capítulo: #12

Capítulo: #12

Gerard, expectante fijó su mirada en Frank, quien se aproximaba con David y Billy, lo saludó fríamente, mucho más seco que la primera vez que se conocieron, como si no significara nada para él, - Ensille cuatro caballos y acompáñenos al señor Martin, a mi hermano y a mí a recorrer la hacienda -. Gerard comenzó la labor encargada, sin quitarle los ojos de encima a Frank, Billy se concentró en observar los animales, y David solo parecía tener ojos para Frank, mientras este esperaba de pie, al lado de Gerard a que terminara, David se le aproximaba, rozando su cuerpo con el de Frank, Gerard no obviaba esta acción, y esperaba la reacción de Frank, quien preso del miedo que aún le tenia a David, solo se quedaba quieto, muriendo por dentro, esperando que Gerard no lo notara, lo último que quería era herirlo, o provocar un altercado; El recorrido fue una tortura para ambos, los comentarios de David, sus acciones, esas miradas lascivas que le daba a Frank, estaban hartando a Gerard, quien se moría de la rabia en silencio; Desmontaron en lo alto de una montaña desde la que se podía divisar toda la extensión de la hacienda, el verde prado mullido les sirvió de lecho a Gerard y a Frank muchas veces, la pequeña sonrisa que se dibujaba en los labios de Gerard le hizo entender a Frank que él estaba recordando esos momentos de labios traviesos, de cuerpos bañados en sudor, de frases al oído, Frank se mordió suavemente los labios y suspiró, demasiado fuerte, tanto que David lo escuchó -¿Tan enamorado estas de tu hacienda? -, Frank no le contestó, solo le lanzó una mirada a Fugaz a Gerard, y ese simple hecho, ese suspiro acompañado de esa mirada fueron suficientes para que David sospechara que algo inusual estaba pasando, - quizás, si sea amor por tus propiedades, igual tus empleados son como una vaca más para ti, ¿no es así hermanito? -, Frank se petrificó, que David lo supiera solo podría traer consecuencias negativas, - es mejor regresar ahora mismo, antes que caiga la noche, y el camino se pueda tornar peligroso -, Frank trató de dejar las cosas así, pero David no estaba dispuesto a quedarse con la duda, se acercó a Frank tomándolo por la cintura, pretendiendo ayudarle a montarse en el caballo, acariciando su espalda, se acercó a susurrarle algo al oído, algo que Gerard no entendió, pero ciertamente le molestó, su rostro en el que aun estaba aquella sonrisa se desfiguró, y con rabia pidió acelerar el paso, esa reacción le confirmó a David que su hermanito tenía algo con ese peón.

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